La relación entre las sociedades humanas y la fauna se remonta a 12 mil años en la zona. El viernes disertarán al respecto Maitén Di Lorenzo y Maximiliano Lezcano en un salón del Ministerio de Familia.
Tareas de excavación en cercanías del lago Moreno. Foto: Maximiliano Lezcano.
En el área donde hoy se erige Bariloche la relación entre las antiguas sociedades humanas y la fauna se remonta a 12 mil años, tanto con animales que están presentes en la actualidad como con otros que se extinguieron. Sobre estas y otras cuestiones se extenderán Maitén Di Lorenzo y Maximiliano Lezcano el próximo viernes (27 de junio) desde las 18:30 en el tercer encuentro del ciclo “Café con Ciencia”, que impulsa la Secretaría de Cultura de Río Negro. La cita se concretará en el Salón Azul del Ministerio de Familia (Moreno 1435).
Para anticipar pormenores, El Cordillerano renovó el contacto con Lezcano, con quien no hace tanto charlamos sobre algunos hábitos que desarrollaron los antiguos moradores de la isla Victoria. “El ciclo es un puente hacia la comunidad de Bariloche para informar sobre temas científicos, tecnológicos y culturales”, introdujo sobre la modalidad. “Ya lleva dos encuentros y este caso en particular, trata sobre el testimonio de investigadores e investigadoras que trabajan en arqueología regional desde diferentes enfoques”.
La cita en cuestión “va a tratar sobre un aspecto, la arqueozoología, que analiza las relaciones entre sociedad y animales a través del tiempo”, anticipó el especialista. “Como dice el título, consideramos que es una relación que da mucho que hablar y escribir. Estaremos con la compañera Maitén Di Lorenzo, arqueóloga recientemente doctorada, y conmigo. Yo soy historiador, trabajo en CONICET, en el Museo de la Patagonia y me dedico a temas de historia y arqueología. El Salón Azul del Ministerio de Familia queda muy cerca del Velódromo”, previno el investigador.
Durante el encuentro, la dupla de disertantes va a compartir “algunas definiciones básicas sobre qué es la arqueología y en particular qué la arqueozoología”, anticipó Lezcano. “Hablaremos de sitios arqueológicos y su diversidad prestando más atención a los que son de la zona de lago Nahuel Huapi”. Convenientemente para los intereses barilochenses “nos vamos a extender en algunos sitios más conocidos en donde hemos trabajado, como El Trébol, que se ha dado bastante a conocer después de sus primeras excavaciones en 2002”.
Sucede que “ahí hay un conjunto de restos, mayormente conformados por huesos”, es decir, “restos de alimentación de la gente que vivió en este abrigo rocoso”, compartió el investigador. “Vamos a contarles lo que tiene que ver con aspectos muy importante del desarrollo de estas sociedades, porque hay que pensar que durante miles de años fueron cazadoras recolectoras, o sea, tenían una economía extractiva basada en el aprovechamiento de los recursos de los que disponían directamente de la naturaleza”, ilustró.
Caballos, una pantera y el mylodón, el perezoso gigante cuyos restos se encontraron en El Trébol.
Claro que hubo modificaciones. “Con el tiempo fueron cambiando y en la época histórica hablamos de sociedades ecuestres que ya tienen el manejo de ganado e iniciativas de agricultura, más un ritmo de vida quizá un poco más sedentario, aunque siempre se mantuvo una movilidad importante por el espacio del norte de Patagonia”, remarcó el historiador. “Queremos transmitir y ser conscientes de que esta relación entre sociedades y animales es de larguísima data”.
Tan antigua “como la humanidad misma, pero en este caso, de por lo menos 12 mil años, con los cambios importantes que hubo en la composición de esos conjuntos faunísticos y también en las formas de relacionarse con ellos por parte de los diferentes grupos que fueron habitando la Patagonia”, destacó Lezcano. Desde ya, en tan prolongado período “también hubo cambios climáticos y ambientales que incidieron en esas relaciones”.
Para nuestro interlocutor, “un aspecto para destacarle a la comunidad es que este lugar donde vivimos tiene una antigüedad muy grande”, subrayó. “Para Patagonia, es una de las mayores en cuanto a ocupación humana, al igual que la presencia de conjuntos faunísticos, incluso aquellos extintos que se han catalogado como megafauna, con animales de más de 1.000 kilos”, precisó el investigador.
Esos grandes animales que desafortunadamente no llegaron a nuestros días, “convivieron con la fauna que hoy conocemos, como el guanaco o el choique. Vamos a mostrar esa diversidad y cómo a través de la arqueozoología podemos dar cuenta de esas relaciones a partir de rasgos que vemos en esos restos óseos ubicados en su contexto en determinados sitios arqueológicos”, insistió el especialista. “Esperamos que puedan disfrutar”, invitó. La propuesta es libre y gratuita y de por medio, hay mucho saber.
