Cantó con el legendario Vinicius de Moraes a los 16 años y fueron cinco shows que le dieron a su carrera artística una dirección inequívoca. Llevaron a Belén Pérez Muñiz a convertirse en una referente de la música brasileña en Buenos Aires.
“Sigo el consejo de Vinicius que me dijo: ‘Tenés que hacer esta música porque te sale naturalmente bien. Sabés captar su expresividad y tenés una facilidad especial para idioma’”, contó la artista durante la entrevista con Clarín.

El vínculo con el artista brasileño fue decisivo en la carrera de Pérez Muñiz. “El impulso me lo dio Horacio Molina pero mi mentor fue Vinicius”, dice la artista que presentará su espectáculo Retratos de Vinicius de Moraes, un homenaje al poeta carioca por el aniversario de su nacimiento, este sábado 18 en Clásica y Moderna.
Un inicio mágico
“Ese día mágico en el que me escuchó Vinicius en La Fusa fue en el verano de 1979, tenía 16 años y estaba siendo acompañada por Horacio Molina. Cuando terminamos Vina, se acercó y me propuso que nos presentemos juntos. Me conocía desde los 6 y ahora me estaba invitando a cantar con él”, recordó con emoción la cantante.

Y sigue: “Hicimos cinco shows; en Punta del Este, tocamos en Papa Charlie; en Montevideo, en Macao y tres en La Fusa, de Buenos Aires, que estaba en la avenida Santa Fe, entre Callao y Riobamba, en la galería Capitol. Todos los shows estuvieron llenos y los músicos con los que tocamos eran uruguayos. A Vinicius le gustaba el swing que tenían los uruguayos para hacer música brasileña”, contó la cantante.
-¿Pasó todo en el mismo verano?
-Sì. Comencé a cantar con Horacio Molina. En una reunión familiar les dijo a mis padres que tenía que cantar profesionalmente. Ese verano abrieron La Fusa en el puerto,se había mudado de la Parada 10, y empecé a actuar con él. Recuerdo que primero Horacio hacía su show y después me acompañaba; hacíamos música brasileña. ¡Tenía 16 años y ya estaba en los escenarios, no lo podía creer!
Era el verano de 1979 y apareció por el club Vinicius, que venía de París con su novena esposa, Gilda, y me escuchó. Dijo: «¡Qué bien que está cantando Belén!». Para mí fue como un milagro, una cosa que siempre había soñado se me dio así, de pronto.

-¿Cómo te sentiste con esa invitación?
-Me sentía abrumada. Tuve suerte porque pudimos ensayar bastante; los músicos viajaron de Montevideo a Punta del Este a ensayar. Él me hizo tomar confianza.
-¿Qué te decía?
-Yo quería cantar los temas conocidos del momento y él me decía «No, no, hagamos Atrás da porta de Chico», un tema fuerte para una adolescente y lo hicimos.
Recuerdo que la pauta que me daba para interpretar era «canta relajada”. Vinicius era una persona muy emocional y sensible, pero en el escenario tenía un aplomo tremendo, ese aplomo, yo claramente lo sentía y me daba mucha seguridad.
El día que Vinicius la retó
Así define Pérez Muñiz una anécdota con Vinicius: “Me retó. Fue una experiencia muy fuerte y quedé con una tensión insoportable. Yo estaba saliendo con un chico y llegué tarde al ensayo. Toda la bohemia que tenía se acababa con la música, era súper responsable. Todo el ensayo con cara de culo. Después se cansó y pidió que me trajesen un gin tonic ‘livianito’ y me pude relajar. Fue la primera vez que tomé alcohol».
«Cuando finalizaron los shows le pregunté: ¿cómo sigo? Me dijo “Ya estás lanzadita, quedate tranquila».

-¿Cómo fue tu vuelta al colegio?
-Me sentía rara. Mis amigos no lo podían creer porque además de los shows estuvimos en televisión. Hicimos dos apariciones con mini shows en Canal 11, con Hugo Guerrero Marthineitz y en Canal 13, con Mónica Cahen D’Anvers. Mis amigas me veían por la tele pero nadie grabó nada, una lástima
Orígenes musicales
Belén proviene de un hogar con mucha música. Felipe “Coco” Pérez y Silvina Muñiz fundaron La Fusa, en Punta del Este, en Buenos Aires y, circunstancialmente, en Mar del Plata.

“Mi infancia fue muy musical. Mi papá tocaba el piano mientras estudiaba ingenirìa que terminó dejando. Hacía jazz y en mi casa de la calle Montevideo había un piano y se hacían jams sesión. Por esa época vinieron los músicos del Modern Jazz Quartet, también Susana Rinaldi, Amelita Baltar, Marikena Monti, Chico Novarro, que tocaba batería», dice.
La Fusa, en Parada 10, se abrió en el verano de 1968 y actuaron Amelita Baltar, Susana Rinaldi, Horacio Molina, Marikena Monti, Alberto Favero, Nacha Guevara, Mercedes Sosa, Les Luthiers, Carlos Perciavalle y Antonio Gasalla, entre otros. La Fusa tenía el espíritu del café concert.
“Y llegó el momento -agregó- que comenzaron a contratar músicos brasileños; La Fusa estaba en su apogeo, actuaron Naná Caymmi, Chico Buarque, Maria Bethania pero el primero que subió al escenario fue Vinicius que, inicialmente desechó la invitación porque decía que estaba de vacaciones hasta que aceptó. Tocaba en trío con Dori Caymmi y Maria Creuza o Marilia Medalha».
Y agrega: “Yo era chica, me sentaba en el suelo cerca del escenario y veía a estas cantoras, Maria Bethania, Marisa Matarazzo, Maria Creuza y me parecían imponentes. Me fasciné con la música brasileña que en casa se escuchaba mucho. Y me apasioné por la música de Brasil a los 12 años. Mientras mis amigas escuchaban a Sui Generis, yo prefería escuchar bossa nova».
¿Estudiaste canto?
-Estudié un tiempo. Mi padre me mandó a estudiar y lo hice con Magdalena León. Si uno tiene el don lo tiene que trabajar con técnica para desarrollar la voz. Hice técnica, aunque no quería saber nada en esa época con tomar clases.
¿Nunca te apartaste de la música brasileña para hacer otro género, tanto, folklore o pop?
-Al poco tiempo de los shows con Vinicius, mi padre me agarró y me dijo: “Vos sos argentina, tenés que cantar folklore, tango, cantar en nuestro idioma». «No -le dije- no puedo».
Río de Janeiro, Madrid, Buenos Aires
Siete años en Brasil con actuaciones esporádicas, un tiempo en Madrid, donde también actuó de manera esporádica y luego regresó a Buenos Aires, donde la carrera de Pérez Muñiz logra continuidad.
-¿Tu experiencia en Brasil cómo la definirías?
-Una argentina que canta música brasileña en Río la pasa difícil. Viajé con 20 años y pasé 7 en Río. Estuve muy cerca de Naná Caymmi, porque me hice muy amiga de su hija Stella, teníamos edades parecidas. En Río canté esporádicamente y aunque era aceptada no me abrieron las puertas. Me lo habían advertido. “No va a ser fácil”, aunque aguanté y fueron unos años que lo pasé muy bien.
Mi idea cuando regresé a Buenos Aires era regresar a Brasil, pero cuando volví me dediqué de lleno a la música. Dejé mi trabajo en una agencia de publicidad y me puse a armar mi proyecto.
Mes Viniciano
Belén tiene dos discos editados y un trabajo por terminar con su pareja, el guitarrista y compositor Leo Alvarez con temas de Tom Jobim, con un cuarteto de cuerdas, arreglos originales y percusión.
Se define como una cantante de vivo; sigue enamorada del escenario. Hace poco estuvo a punto de bajar una actuación por un catarro muy fuerte y cuando subió al escenario se le pasó todo. “El escenario me cura”, dice sonriendo.
Su show Retratos de Vinicius de Moraes tiene relación con el Mes Viniciano que se desarrolla en Brasil por el nacimiento del poeta, el 19 de octubre de 1913. “Este show lo siento especialmente emotivo, cuento anécdotas y las diferentes facetas que conocí de Vinicius a través de sus temas, el romántico, el sensible, el serio”, dijo la cantante.
Y concluye: “Vinicius le tenía miedo a la muerte y rechazaba a la gente ‘chata’, pero como no le gustaba la soledad a veces estaba rodeado de gente problemática. Muy carismático y muy melancólico y con un gran sentido del humor e ingenioso. Voy a hacer, por supuesto A felicidade, tema central en la carrera de Vinicius y Jobim, también Miedo a amar, tema con música y letra de Vinicius; Lamento, tema de Pixinguinha que le puso letra y algo del disco de La Fusa”, adelantó Pérez Muñiz.
Tras su ciclo de shows por el centenario del nacimiento de Vinicius, con Agustín Pereyra Lucena en guitarra y Leo Alvarez en guitarra y arreglos, Pérez Muñiz regresa a Clásica y Moderna con Alvarez en guitarra, Agustín Marquesano en bajo y Fabián Miodownik en batería.