El clásico cordobés entre Belgrano y Talleres se juega durante dos semanas. La previa al partido y la posterior. Y en el medio hay miedo. Lo demostraron los dos en un duelo caliente, cortado, lleno de infracciones. Era el temor a perder. Pelota perdida y corte con falta. No por casualidad hubo cuatro amarillas en el primer tiempo, las tres primeras antes de los veinte minutos. Temor porque ninguno de los dos viene bien y tampoco están cómodos para entrar a los playoffs, entonces la derrota iba a doler en la tabla y en los días siguientes cuando los hinchas se cruzaran en las calles. Y ya se sabe: el que gana tiene derecho a la cargada y el que pierde se la aguanta.
Hubo raptos de juego, de algunas jugadas elaboradas. Y uno solo que pareció estar al margen del clima caliente de un estadio colmado por 40.000 hinchas piratas. Fue el brasileño Rick, que al revés de partidos anteriores, jugado volcado sobre la derecha para sacarle jugo a su enganche hacia adentro y quedar perfilado para su zurda. Ya se cantaba “movete Belgrano movete” cuando Botta ganó un forcejeo sobre el lateral, la pelota le cayó a Rick que enganchó hacia adentro y sacó un zurdazo anunciado pero fuerte contra el palo izquierdo. Espínola reaccionó algo tarde y Talleres se puso arriba.
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) March 30, 2025
Pudo irse al descanso con dos goles de ventaja por una jugada insólita. Hubo falta en campo de Talleres. Benavídez remató unos metros más adelante de donde había sido el foul y sorprendió al arquero con un golazo a lo Chilavert contra Burgos. Era gol, que con criterio anuló Zunino: era de más atrás y no había dado la orden de ejecución.
🔎Sebastián Zuninno le ANULÓ un GOLAZO a Talleres por no ejecutar el tiro libre en el lugar donde fue la infracción, que era más atrás y al costado.
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Zielinski quemó naves en la reanudación con tres cambios. Buscó más ofensiva con Uvita Fernández. Con Menossi y Compagnucci buscó mejorar las pobres actuaciones de González Metilli y Ostchega. Y Belgrano, obligado por las circunstancias fue con todo a buscar el empate hasta arrinconar a Talleres. Hubo un remate en el travesaño de Herrera, un remate alto de Jara y algunos centros de riesgo pero el espíritu del clásico no cambió. Hubo cortes, discusiones, constantes llamados de atención de Zunino por “sacar” el partido sin tener que recurrir a los tarjetazos. El miedo seguía repartidos. El de Talleres por no perder la ventaja, el de Belgrano por la angustia de no lograr la igualdad.
Al cuarto de hora fue el Cacique Medina el que movió el banco. Dos cambios sensatos. Botta estaba cansado, Bustos no había mucho. Entraron Girotti y Depietri pero enseguida llegó el penalazo de Herrera a Uvita. Fue demasiado claro pero Zunino tuvo larga charla con el VAR para definir si correspondía roja al arquero por ser último hombre. Hubo decisión correcta: Riveros estaba en la raya, amarilla a Herrera. Jara convirtió con un bombazo al medio. Quedaba mucho por sufrir para los dos.
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Y sufrieron. Casi lo gana Talleres cuando Depietri desvió por poco su remate tras un desborde de Girotti. Y casi lo gana Belgrano en la jugada siguiente un cabezazo de Zelarayán.
Hasta el quinto minuto de descuento siguieron los forcejeos, las simulaciones, los pedidos de tarjetas, la pierna fuerte y la falta recurrente. Tenían miedo a perder. El empate salvó a los dos pero el punto sirve poco para la tabla
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