La lectura es un ejercicio que activa todo el cerebro: enriquece el lenguaje, fomenta la empatía, retrasa el deterioro cognitivo y aporta beneficios en la infancia, la juventud y la adultez mayor.

Redacción El País
Muchos se preguntan qué tan importante es la lectura en nuestras vidas o si el ser humano estaba preparado para leer. Estas preguntas revelan el interés por comprender cómo la lectura se relaciona con nuestro desarrollo y con el funcionamiento del cerebro.
Desde el punto de vista fisiológico, la lectura involucra una compleja interacción entre la anatomía cerebral y las funciones del ojo.
La retina, el nervio óptico y los músculos oculares cumplen un papel clave para fijar la vista y recorrer un texto. Luego entra en juego el procesamiento visual, que nos permite identificar patrones, reconocer letras y palabras, y asociarlas con significados almacenados en la memoria. En realidad, cuando leemos no “vemos con los ojos”, sino con el cerebro, que interpreta la información.

Foto: Freepik.
La lectura en la infancia
Durante los primeros años de vida, leer es esencial para el desarrollo integral de los niños. Estimula habilidades cognitivas como la memoria, la atención y la concentración, y favorece la comprensión de las emociones propias y ajenas, fomentando la empatía.
Además, leer en familia fortalece los vínculos y genera experiencias positivas compartidas.
La lectura en edad escolar
En esta etapa, leer enriquece el vocabulario, mejora la gramática y la fluidez verbal.
También refuerza la concentración, invita a la reflexión y al pensamiento crítico, y se traduce en beneficios académicos: mejor comprensión, ortografía, expresión y redacción.
La lectura en la universidad
Los estudiantes que leen de forma constante desarrollan mayor capacidad para comprender textos complejos y terminología técnica.
Además, la lectura puede funcionar como pausa relajante frente al estrés académico y ayuda a cultivar la empatía a través de la literatura.
La lectura en la tercera edad
En la adultez mayor, leer mantiene el cerebro activo, mejora la memoria y la atención, y puede retrasar el deterioro cognitivo. También combate la soledad, ya que conecta con distintos mundos e ideas, y favorece el descanso cuando se incorpora como hábito antes de dormir.
La lectura activa todo el cerebro: fortalece la memoria, estimula el lenguaje, genera empatía y ayuda a preservar la salud mental. En todas las etapas de la vida, leer no solo es un placer, sino también una herramienta poderosa para el bienestar.
En base a El Comercio/GDA
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