10 C
Buenos Aires
sábado, julio 12, 2025

Bolivia en el corazón de Salta: Un viaje a la cocina, tradiciones y comunidad boliviana

Más Noticias

Salta “la linda”, ha sido testigo del crecimiento y la integración de una comunidad boliviana que, con el tiempo, ha dejado una huella imborrable en la ciudad. Hoy, en el barrio La Loma, El Tribuno visitó la casa de Marina Dorado, una de las integrantes de la comunidad boliviana en Salta, quien nos abrió las puertas de su hogar y nos invitó a conocer su cocina y sus tradiciones.

Marina, quien lleva ya 18 años viviendo en Salta, es una de esas personas que, a través de la comida, mantiene viva su conexión con Potosí, su tierra natal. Con su pasión por la cocina, se ha ganado el cariño de los salteños, quienes, no solo disfrutan de sus deliciosos platillos, sino que también aprecian la calidez y la dedicación con que prepara cada plato. En su cocina, todo tiene un propósito: la comida es un puente entre dos mundos.
 

La cocina boliviana: colores, sabores y tradición

Al ingresar a la casa de Marina, los aromas de la comida boliviana nos envuelven. En una mesa, ya está dispuesto el jugo de pelones, una bebida tradicional boliviana, y en la cocina, las preparaciones están en pleno proceso. Marina nos muestra con orgullo sus ingredientes y nos explica el meticuloso proceso de la cocina andina.

«Esto es aguayo» nos dice señalando una tela tejida con colores vibrantes, un símbolo de la identidad boliviana. El aguayo es mucho más que una simple prenda, es un emblema de su cultura, que acompaña a los bolivianos en su día a día.

Entre ollas humeantes y sartenes, Marina está preparando un picante de pollo, uno de los platillos más representativos de Bolivia. Mientras nos muestra los ingredientes, explica con pasión que el secreto está en el chuño, una papa deshidratada que se rehidrata y se cocina durante varias horas para darle un sabor único.

Además, Marina nos habla de la sopa de maní, un plato que combina maní, verduras y carne, y que se cocina lentamente para lograr una textura cremosa y un sabor intenso. Cada receta es un acto de amor hacia su cultura, y nos lo transmite en cada palabra.

«Disfruto muchísimo cocinando. Para mí, la cocina es una forma de darle vida a todo lo que hago. Es mi manera de sentirme conectada con mi tierra», dice.

La charla sigue mientras Marina además prepara un buñuelo, que acompañará el api, una bebida espesa hecha a base de maíz morado, muy popular en Bolivia. El proceso de preparación es detallado, y Marina se asegura de que cada paso se haga con paciencia y dedicación.

La comunidad Boliviana en Salta: un viaje de integración y trabajo

Marina llegó a Salta hace 18 años desde la provincia de José María Linares en Potosí, buscando una vida mejor. Lo que inicialmente comenzó como una experiencia de prueba, se convirtió en su hogar. “Allá en el campo, la vida es muy diferente. Siempre había oído hablar de Salta y su belleza, y cuando llegué, me encantó. Hoy soy más salteña que boliviana”, nos cuenta con una sonrisa.

En Salta, la comunidad boliviana no solo se ha integrado, sino que ha jugado un rol fundamental en la economía local. Marina y su familia, por ejemplo, se ganan la vida a través de la venta de comida típica. Los fines de semana, su cocina se llena “pique a lo macho”, tamales de cabeza y también hace empanadas y humitas, que vende a su clientela.

«Aquí en el mercado, la mayoría de los trabajadores son bolivianos. Muchos de nosotros trabajamos desde la madrugada, acomodando la verdura que traemos de los campos. Es parte de nuestra cultura, siempre nos hemos levantado temprano para trabajar», afirma con orgullo.

La labor incansable de los bolivianos en Salta se refleja también en el Mercado ubicado en General Paz y Gorriti, donde la mayoría de los vendedores son de origen boliviano. Su presencia es indispensable, no solo en la venta de verduras, sino también en la cultura del trabajo arduo y la dedicación.
 

Las fiestas bolivianas: tradición, fe y cultura viva

Agosto es un mes lleno de celebraciones para la comunidad boliviana. En particular, el 15 de agosto, con la celebración de la Virgen de Urkupiña, es una de las festividades más importantes.

«En Potosí, celebramos a la Virgen de Urkupiña, pero en Salta se hace de una manera única. Hay desfiles, bailes y procesiones, que son una manifestación de nuestra devoción».

El 5 de agosto también marca una fecha especial: la independencia de Bolivia, una ocasión para reunirse con amigos y familiares, y recordar los orígenes del país.

Marina, que no es devota de la Virgen, destaca que la festividad más importante en su pueblo es la fiesta de la Virgen de Chutillos, que se celebra a finales de agosto en Potosí, donde se realiza un desfile en honor a la patrona del lugar.
 

Cultura, música y tradiciones que trascienden fronteras

La música boliviana es otro de los pilares culturales que Marina nos comparte. Si bien la cocina es su pasión, la música de su tierra siempre está presente en su vida. «Soy de Potosí, así que me gusta mucho el Tinku, que es muy tradicional de allí. Pero cada región tiene su propio estilo de música. En Tarija, por ejemplo, se escucha el chapaco, en Oruro el carnaval con la morenada, y en Cochabamba el salay».

A través de la música, los bolivianos mantienen vivas sus raíces, celebrando con danzas y melodías que nos cuentan la historia de su pueblo.

Desafíos y esperanza: el mensaje de Marina para los Salteños

Aunque la vida en Salta ha sido generosa para Marina, también hay momentos de dificultad. La comunidad boliviana enfrenta desafíos, como la discriminación y la xenofobia. Sin embargo, Marina, como muchos de sus compatriotas, se muestra optimista.

«Es cierto que algunas personas nos discriminan, pero eso es por desconocimiento o envidia. Nosotros trabajamos y conseguimos lo que tenemos. No hay por qué discriminar, todos somos humanos y debemos vivir en paz. Aquí, en Salta, somos más de casa que de Bolivia», dice.

La comunidad boliviana sigue creciendo y consolidándose en Salta, con su gastronomía, costumbres y valores, contribuyendo a la interculturalidad de la ciudad.

Marina Dorado es un claro ejemplo del esfuerzo y la integración de la comunidad boliviana en Salta. A través de su cocina, nos transporta a Bolivia, nos muestra sus costumbres y nos invita a disfrutar de su rica gastronomía. Pero más allá de los platos y las tradiciones, su historia refleja la perseverancia, el trabajo y el amor por la cultura que caracteriza a los bolivianos en esta tierra. Salta ha sido testigo de cómo, con cada día que pasa, la comunidad boliviana se enriquece, nutriéndose de lo mejor de ambos mundos: el boliviano y el salteño.

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Mundos íntimos. ¿Quién dijo viejo? A mis 89 años aún sigo remando. Mi mensaje a los jóvenes es simple: si yo puedo, todos pueden.

El próximo 8 de febrero voy a cumplir 90 años y aún sigo remando. Y no lo digo de...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img