El expresidente de Brasil asistió a un servicio en una catedral pentecostal en el Distrito Federal poco después de que el Supremo Tribunal Federal confirmara las medidas cautelares.

Foto: Cristiano Mariz/O GLOBO/GDA
Minutos después de que el juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Alexandre de Moraes, dictaminara mantener las medidas cautelares, pero descartara la prisión preventiva , el expresidente Jair Bolsonaro asistió a un servicio evangélico el jueves por la mañana junto con su esposa, la exprimera dama Michelle Bolsonaro. La pareja acudió a la Catedral de Benção en Taguatinga, una región administrativa del Distrito Federal.
En la ceremonia religiosa, Bolsonaro rompió en llanto al escuchar el sermón del pastor Ezenete Rodrigues, quien predicó con una bandera brasileña en la mano.
Michelle también dio un discurso y habló sobre la situación legal de su esposo, la cual siguió desde el público.
«Ustedes que están viviendo la censura previa y están viendo violado su derecho a la libertad de expresión, quiero decirles que Dios está en control de todas las cosas (…) el enemigo ha tratado de destruir nuestra nación», dijo la exprimera dama, quien a dio un discurso religioso afirmando que ganarán porque «Cristo ganó»: «Me duele no poder salir con mi familia, pero seré obediente a mi llamado. La libertad prevalecerá».
En una nueva decisión emitida este jueves, Moraes afirmó que las medidas cautelares impuestas al expresidente no incluyen la prohibición de entrevistas y participación en eventos públicos, pese a tener prohibido el uso de las redes sociales.
El ministro también reiteró que Bolsonaro tiene prohibido mantener contacto con otras personas investigadas y salir del Distrito Federal sin autorización judicial.
Silencioso desde que fue citado para brindar aclaraciones sobre supuestas violaciones a las medidas impuestas, Bolsonaro ha adoptado una agenda reservada, restringida a la sede del PL, partido al que está afiliado, y a su propia residencia.
Michelle, quien recientemente asumió mayor prominencia política al frente del Partido de las Mujeres (PL Mulher), ha reforzado la retórica religiosa y conservadora de la pareja y también es vista como un posible plan B electoral para la derecha. Su presencia en la iglesia refuerza su estrategia de mantener una fuerte conexión con la base evangélica, uno de los pilares del bolsonarismo.

Foto: JOSE OSORIO/AFP
Luisa Marzullo / OGlobo (GDA)
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