Fue golpeada, desnudada y rapada por comerciantes en Bermejo, al sur de Bolivia. La acusaron de integrar una banda que robó cinco millones de pesos. La policía la detuvo y se investiga el caso.
Una mujer tucumana fue víctima de una violenta agresión en la ciudad boliviana de Bermejo, en la frontera con Argentina, luego de ser acusada por comerciantes locales de haber participado en el robo de cinco millones de pesos en un comercio.
El hecho ocurrió el pasado viernes 11 de julio en la zona conocida como La Petrolera, a pocos metros del paso fronterizo con Aguas Blancas, en la provincia de Salta. Según relataron medios locales, la mujer habría integrado un grupo que simuló ser cliente en un local comercial y, mediante maniobras de distracción, logró sustraer un bolso con dinero en efectivo.
Golpiza, humillación pública y amenazas
Al ser identificada, la mujer fue retenida por comerciantes, quienes procedieron a desnudarla, golpearla brutalmente y cortarle el cabello al ras. Además, en medio del ataque, algunos de los presentes llegaron a pedir elementos para prenderla fuego, aunque finalmente no llegaron a concretarlo.
La escena fue filmada por testigos y los videos se viralizaron rápidamente en redes sociales, generando indignación por la violencia de la represalia.
Críticas a las autoridades y situación judicial
Pese a la gravedad del hecho, la policía local no intervino de inmediato, aunque más tarde procedió a detener a la mujer, que ahora permanece a disposición de la Justicia boliviana, donde se iniciará una investigación por el presunto delito de robo agravado.
Por otro lado, la comerciante víctima del robo expresó su malestar en declaraciones radiales: “Lo que da más bronca es que esta mujer va a tener tres abogados: uno de oficio, otro del Consulado argentino y hasta uno de Derechos Humanos, y yo tengo que salir a buscar y pagar uno para poder denunciar”.
El caso también genera preocupación en organismos de derechos humanos por la violencia ejercida fuera de todo marco legal y por la pasividad inicial de las autoridades, en una zona históricamente tensa por la actividad comercial informal y los conflictos en la frontera.
La Cancillería argentina aún no emitió una declaración oficial, pero se espera que intervenga el Consulado en Tarija ante las denuncias por apremios ilegales.