De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Exeter, un tercio de los niños en el Reino Unido no juega al aire libre después de la escuela, y un quinto no lo hace durante los fines de semana.
La investigación, que abarca a 2.500 niños de entre siete y 12 años, destacó la importancia del juego al aire libre en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales en los más jóvenes, según informó el medio británico The Guardian.
A su vez, el estudio se enmarca dentro del programa Born in Bradford, realizado en Bradford Royal Infirmary, un hospital en la ciudad de Bradford, West Yorkshire, en el Reino Unido. El mismo sigue la salud y el bienestar de madres e hijos desde el embarazo.
A través de cuestionarios completados por los padres, se evaluaron las habilidades socioemocionales de los niños utilizando la “puntuación total de dificultades”, una herramienta que ayuda a identificar problemas de comportamiento o emocionales.

Los hallazgos indican que el juego al aire libre mejora significativamente las capacidades socioemocionales de los niños. Esto se traduce en una mejor habilidad para comprender, manejar y expresar sus emociones, así como para interactuar con su entorno y establecer relaciones.
Según el doctor Mark Ferguson, investigador principal del estudio, “hay evidencia sólida que muestra que el juego al aire libre ha disminuido considerablemente, lo cual es preocupante dado que está vinculado a varios problemas de salud, incluyendo la obesidad, la ansiedad y la depresión”.
El estudio también reveló patrones de juego al aire libre basados en la etnia. Los niños de herencia británica blanca tienden a jugar más al aire libre durante los días escolares, mientras que aquellos de herencia asiática del sur lo hacen más durante los fines de semana.
Disminuye el juego al aire libre en Reino Unido: el impacto en la salud infantil
Los resultados también indicaron que los niños que viven en comunidades menos desfavorecidas se benefician más del juego al aire libre en comparación con aquellos en comunidades más desfavorecidas.
La profesora Rosie McEachan, directora del programa Born in Bradford, enfatizó la importancia de que los niños dejen sus pantallas y jueguen al aire libre, al sostener que “las calles locales en las que vivimos son igualmente importantes para los niños”.
Anne Longfield, excomisionada de la infancia y presidenta ejecutiva del Centre for Young Lives, instó al gobierno a establecer una nueva estrategia nacional de juego. “El juego es una de las herramientas más poderosas para impulsar las habilidades sociales de los niños, su actividad física, bienestar y confianza”, afirmó Longfield.
“Sin embargo, muchos de nuestros niños pasan sus años más preciados sedentarios, en sus teléfonos y a menudo solos”, agregó.

A principios de este año, un informe de la Comisión de Juego Raising the Nation concluyó que la falta de provisión de espacios adecuados fuera del hogar, debido a calles dominadas por el tráfico y la pérdida de fondos para parques infantiles, está llevando a una enorme pérdida de juego al aire libre e independencia.
El año pasado, se informó que la reducción del espacio exterior en las escuelas y menos tiempo al día para jugar estaban afectando negativamente el bienestar y la salud física de los niños.
Un portavoz del gobierno británico mencionó que se están invirtiendo 100 millones de libras esterlinas en instalaciones deportivas en escuelas y comunidades. Además, el esquema National Education Nature Park está ayudando a las escuelas a transformar sus terrenos en espacios más verdes.
“Reconocemos la vital importancia del juego y el acceso a la naturaleza”, afirmó el portavoz.