Hay que premiar a los mejores carpinteros, lampistas, electricistas, jardineros, paletas, mecánicos y a todo quisqui que trabaje con las manos y que se compromete de por vida con un oficio. Desplegar la alfombra roja para que todos estos profesionales la pisen orgullosos. Dedicarles portadas de periódico, entrevistarlos en prime time en televisiones y radios. Endulzarles el oído con palabras bonitas por consagrarse al servicio de construir cosas o arreglarlas. Pagarles las facturas con alegría. Y si coincidimos con ellos en el bar del pueblo o del barrio abonar con sincero entusiasmo sus consumiciones.
]]>