En entrevista con Emisoras Unidas, el comisario reveló que las investigaciones permitieron establecer los niveles de violencia de estas personas y el tipo de acciones que cumplen para tener ciertos rangos en las estructuras.
Para hacerse un tatuaje distintivo del grupo delincuencial deben matar, por lo menos, a alguien, detalló Boteo, quien agregó que por mayores beneficios deben asesinar hasta a 20, incluso funcionarios y empleados públicos.
Reiteró que la aplicación de la Ley de Aceptación de Cargos supuestamente se enfoca en facilitar la reinserción de las personas a la sociedad.
Sin embargo, en el caso de las pandillas consideró que es “muy difícil” lograrla con uno de sus integrantes.
Argumentó que salen con más odio de un sistema carcelario actual ineficiente, algo que constituye un problema estructural de años.
Describió que lo que se vive es delincuencia organizada, la cual únicamente se puede combatir con métodos especiales de investigación criminal y el reforzamiento del sistema de justicia en general.
El jefe de la PNC lamentó los homicidios registrados en los últimos días, como también los linchamientos, que vienen aunados a una falta de credibilidad en las instituciones legales.
Ejemplificó que muchos delincuentes entran y salen de prisión, inclusive extorsionistas con 11 o 12 ingresos a la cárcel, a veces en un mismo año o en un lapso de dos o tres años.
Boteo compartió que a diario son incautadas entre ocho y 10 armas, por lo que a la fecha suman más de dos mil 500 decomisadas.
Quitamos una a los sicarios y con el transcurso de los días, a partir del análisis balístico, se determina que esta la utilizaron en varios hechos criminales; en hasta 10 o 12 homicidios, expuso la autoridad.
El Ministerio de Gobernación de Guatemala rediseñó sus servicios de seguridad para impactar no solo en las calles, sino además en las prisiones ante presumible crisis provocada por el choque entre pandillas en busca de controlar el narcomenudeo.
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