
Barcelona
La cadena de fruterías Camarasa ha solicitado al juez la venta de su establecimiento insignia, ubicado en la plaza Francesc Macià de Barcelona, para intentar saldar sus deudas con los acreedores.
La compañía catalana, que está en concurso de acreedores desde el pasado mes de febrero, debe más de 3,5 millones de euros a varias entidades financieras –Caixabank, Banco Santander, BBVA y Banc Sabadell– y empresas proveedoras.
Con el traspaso de este gran local, que es frutería y restaurante a la vez, el objetivo del administrador concursal es llegar a saldar las deudas y dar continuidad al negocio tradicional de venta de fruta de alta gama, que actualmente se lleva a cabo a través de tres tiendas y un canal online.
La cadena de fruterías gourmet está en concurso con un pasivo de más de 3,5 millones
Fuentes cercanas al caso apuntan que ya se han acercado empresas interesadas por hacerse con el negocio de la plaza Francesc Macià, que emplea 38 personas. El local no es de propiedad, sino que opera bajo régimen de alquiler. Sin embargo, el activo está valorado en algo menos de 2 millones de euros porque cuenta con unas instalaciones reformadas y mobiliario que es relativamente nuevo. La familia Taribó inauguró el establecimiento el año 2022.
De momento, el proceso de venta –articulado como una venta parcial de la unidad productiva– todavía debe ser admitido a trámite por el juzgado número 1 de Barcelona. Esta solución planteada por el administrador concursal, Pepe Garcia, del grupo Gispert Abogados y Economistas, llega después de haber fracasado un pacto con los acreedores que permitiera aplazar los pagos de la deuda.
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Blanca Gispert

Con el dinero que se obtenga de la venta del negocio, Camarasa confía en saldar las deudas y dar por concluido el concurso de acreedores. Si esto no ocurre, porque el comprador paga un precio inferior al pasivo, el siguiente paso será poner a la venta toda la unidad productiva del negocio, es decir: el gran establecimiento, las tres tiendas y el canal online. En total, emplean 70 personas.
En declaraciones a este diario, el consejero delegado, Marc Taribó dijo el pasado mes de febrero que el negocio iba bien, que facturó 7,1 millones en el 2024 frente a los 5 millones del año anterior. Ahora, el directivo tiene las facultades intervenidas en favor del administrador concursal.
La fuerte inversión en la reforma del local de Francesc Macià, así como la pérdida (no deseada) de los tres puntos de venta en El Corte Inglés propiciaron una caída de los márgenes y un sobreendeudamiento que han llevado a la compañía al concurso de acreedores.