La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, designó este martes un nuevo médico de cabecera para el jefe del Ejecutivo, Javier Milei. De acuerdo con una publicación en el Boletín Oficial, Manuel Emilio Estigarribia renunció al cargo y será reemplazado por Cristian Luis Martelletti, que tendrá rango de subsecretario.
La resolución salió en el decreto 573/2025, donde se agradece a Estigarribia por «los servicios prestados en el desempeño de su cargo». Asimismo, señala que «resulta necesario proceder a la cobertura del cargo», razón por la cual se designó a Martelletti.
Martelletti hace casi cinco años forma parte del Ministerio de Salud, donde ocupó diversos cargos como coordinador de la red de cirugía y jefe de departamento quirúrgico del Hospital Balestrini y el Bicentenario de Monte Grande, de acuerdo con su página de Linkedin.
Además, ejerce como médico en la Unidad Médica Presidencial desde agosto de 2013, cuando Cristina Kirchner era presidenta. En septiembre de 2014 fue designado como médico asistente de forma permanente. También es docente en la UNLAM y la UBA.

Formado en la Fundación Barceló, el Hospital Maria Curie y la Facultad de Medicina de la UBA, se especializa en cirugía oncológica de cabeza y cuello. Además, realizó un máster en Salud en la Universidad de San Andrés el año pasado.
La Unidad Médica Presidencial también fue objetivo de la motosierra
A mediados de abril de 2024, el Gobierno nacional impulsó una serie de recortes en varias dependencias del Estado, y la Unidad Médica Presidencial no quedo exenta de esos ajustes.
La poda fue notoria: se redujo a la mitad el personal desprendiéndose de médicos, administrativos y ambulancieros. En aquel entonces, quedó como director el cardiólogo Manuel Estigarribia, que había ingresado durante la gestión de Mauricio Macri.
Estigarribia vivió en 2022 una de las pocas emergencias médicas presidenciales que se conozcan públicamente, cuando Alberto Fernández se descompensó en Bali, minutos antes de participar de una cumbre del G20.

El expresidente estuvo seis horas en el Sanglah General Hospital, el sanatorio dispuesto por Indonesia para que se atiendan los mandatarios, hasta que se le diagnosticó «una gastritis erosiva con signos de sangrado».
Los primeros síntomas fueron detectados por Pedro Sánchez, mandatario español, que lo notó adormecido, débil y desorientado. Según contó Fernández a interlocutores, sintió un vahído. «Sánchez tenía una cara de susto tremenda, no entendía lo que estaba pasando», contó alguien de la comitiva.
Enseguida intervinieron los médicos del G20 y se acercó el doctor Manuel Estigarribia, del equipo de la Unidad Médica Presidencial, a cargo de Federico Saavedra. Se pensó en principio que había sido un cuadro de hipotensión y mareos, producto del agobiante calor y la humedad que había para esa hora en Bali. «Por el jet lag está casi sin dormir», justificó ante Clarín un incondicional del Presidente cuando no se sabía demasiado.
AGE