Hizo todo lo posible, trató de combinar rodajes y demás, pero al final, no pudo venir. Gastón Cocchiarale no estará hoy martes presente en la Sala Buñuel del Palais des Festivals, cuando Tres, el cortometraje de Juan Ceballos, tenga su exhibición en competencia en el Festival de Cannes.
Gastón no tenía funciones de Empieza con D, siete letras hoy martes, y si acomodaba jornadas de grabación de la cuarta temporada de El encargado, viajaba. Pero las lluvias complicaron el plan de grabación nocturno y en exteriores, y se quedará haciendo fuerzas desde Buenos Aires.
Con la novia en Cannes
En su representación estará el resto del elenco, y Maru Blanco, su pareja en la vida real, que interpreta a su novia en el corto, la única película argentina que estrena en esta edición de Cannes, el mismo día que se confirmó que Ventana Sur, realizada en conjunto entre el INCAA y el Marché du film de Cannes, volverá a hacer en Buenos Aires.
Así que la nota que íbamos a hacer aquí en Cannes terminó siendo telefónica.

Lo que sigue son fragmentos de la entrevista.
-¿Cómo llegaste a “Tres”? ¿Conocías a Juan Ceballos, el director?
-Llegué a Tres en el 2021. Una obra de teatro que había escrito Pablo Bellocchio, y me la había ofrecido mi amiga y colega Antonela Scattolini Rossi, que iba a dirigirla y quería que yo protagonice. Juntos empezamos a cranear un posible elenco, con Maru Blanco, Lara Crespo y Pedro Risi. La hicimos en el 2022 en el Método Kairós, en el 2023 pasamos al Picadero e hicimos una función en el teatro Pepe Soriano de la Municipalidad de Tigre, a la que vino Juani Ceballos, que es el director del corto y que había hecho otros trabajos con Lara, una de las actrices.

Y nos tiró la idea de trasladar ese lenguaje teatral a un lenguaje audiovisual, lo cual nos generaba un enorme desafío.
-Y además, pasarlo al formato de un cortometraje.
-Y sí, la obra duraba unos 75 minutos y el corto, 20, y tiene esta cámara en mano, plano secuencia por momentos, donde hace que las escenas tengan una fluidez muy parecida al teatro.

Gastón, con experiencias en cortometrajes
No es Tres el primer corto de Gastón, que filmó varios en su época de estudiante de teatro. “Tres es un corto hecho a pulmón, basado en una obra de teatro independiente que se transforma en un corto independiente, sin ningún tipo de apoyo estatal ni privado más que el apoyo de la FUC -cuenta-. Nadie cobró un peso y es una épica total que haya llegado al Festival de Cannes. Habla muy bien de nuestro cine, y me llena de orgullo, sobre todo porque nuestra expectativa era muy distinta. Aspirábamos con toda la furia a poder presentarlo en el BAFICI para nuestros afectos, nuestros conocidos. Y no entró ni en el BAFICI, ni en Mar del Plata, ni en ningún otro festival, y entró en Cannes».
-¿Cuáles son, en tus palabras, los temas que aborda “Tres”?
-Fundamentalmente es la microviolencia, esa violencia que se oculta en el chiste, en las pausas, en los silencios. Esa violencia que no es explícita, que está ahí, dando vueltas, y que uno a veces la percibe como algo natural o que está naturalizada. Mario, mi personaje, tiene una forma de relacionarse, sobre todo con su novia, bastante al límite, en el sentido de su intensidad. Y la situación de “encierro”, sí en medio del campo, en este almuerzo medio forzado para presentarle a una amiga de la facultad a su cuñado. Y resulta que Mario la conoce a esta chica.

De la mano de Guillermo Francella
-Pareciera que tu carrera está asociada a Guillermo Francella. Debutaste en el cine siendo su hijo, Maguila Puccio, en “El clan”, estuviste también en “Animal”, y ahora sos su ayudante en “El encargado”…
-Sí, claro, sí, sí. Mi carrera está muy marcada por Guillermo, principalmente porque es quien me inspiró a ser actor. Para mí siempre fue un referente. Y bueno, tuve la fortuna de que mi carrera tenga ciertos momentos donde se encuentre con la carrera de él. Ni hablar de que es quien me hace debutar en cine en El clan, como bien decís. Mi camino está muy atravesado, no solo por los encuentros audiovisuales que hemos tenido, sino también por las charlas, los cafés, su mirada del oficio, y cómo me ha compartido un montón de su cocina para que yo entienda cuestiones que me han ayudado mucho a ir creciendo y mejorando cada día como actor.
-¿Qué nos espera ver de tu personaje en la cuarta temporada, que estás grabando ahora?

-Y, en la 4ª temporada el personaje de Eliseo va creciendo a niveles terroríficos. Y mi personaje, Miguel, está ahí acompañándolo en ese crecimiento, en ese desarrollo y en toda esa locura que empieza a transitar en la serie, a partir de un Eliseo que cada vez tiene más poder y que cada vez va por más. Miguel tiene algo de ingenuo y de compañero, lo sigue porque obviamente lo idolatra, lo admira, y todo se va a desmadrar bastante.
El enorme gesto de Campanella
-¿Te llamó Campanella directamente para hacer “Empieza con D, siete letras”, la obra que él escribió y dirigió, y donde actuás junto a Eduardo Blanco y Fernanda Metilli?
-El contacto lo establece Eduardo, a quien le tengo mucho afecto y mucho cariño. Nunca habíamos trabajado juntos, pero estos últimos años habíamos desarrollado una amistad muy linda de ir a tomar un café de vez en cuando. Me dijo que tenía la intención de proponerle mi nombre a Campanella, lo cual para mí fue un honor y un orgullo, para hacer estos dos personajes divinos que me tocan interpretar.

Y Juan decidió probarme, hice tres audiciones, hasta ser seleccionado por él y la verdad que es un enorme orgullo estar en esta comedia romántica moderna, escrita por Juan y por su mujer, Cecilia Monti. Estrenamos el 10 de enero y ya estamos entre las obras más vistas de la Ciudad de Buenos Aires toda la semana, o primeros o segundos o terceros, pero siempre estamos ahí arriba… Yo soy fanático de Vientos de agua y de pronto estoy compartiendo un escenario con uno de los actores que más me conmovió en esa serie que es Eduardo y siendo dirigido por el director de esa serie.
Gastón tiene una anécdota que recordar, por la que siente este profundo agradecimiento.

“Cuando estaba con las audiciones para Empieza con D, al mismo tiempo filmaba una serie para Flow que se estrena ahora, Nieve roja. Y además doy clases, tengo una escuela de teatro, Creer es crear, y cuando quedo seleccionado le cuento a Juan que mis horarios estaban muy complicados para ensayar: filmaba todos los días, desde temprano hasta la noche y a la noche daba clases en mi escuela. Tengo como 250 alumnos.
Yo pensé que Juan me iba a pegar una patada en el culo y la verdad que ahí ocurrió un gesto de él maravilloso, que fue que me comprendió, me felicitó por mi agenda tan atareada y trató de adaptar los ensayos para que yo pudiera ir, por ejemplo, los días que no filmaba.
Si yo me enteraba 24 horas antes que tal día no filmaba, Juan organizaba el ensayo para que pudiera ir. Es un gesto que lo valoro y que lo voy a atesorar toda mi vida. Porque que un director ganador de un Oscar se adapte a la agenda de un pibe que recién arranca… A mí me resultó de una generosidad y de una humildad muy, muy impresionante. El podría haber elegido con el dedo de la mano a quien que él quisiera como actor.
-¿Planes, proyectos, tanto sea en cine, teatro, TV abierta o streaming?
-Por suerte el futuro viene muy bien. Con la obra de Campanella estaremos todo el año en el Politeama, estoy con la cuarta temporada de El encargado, se vendría la segunda temporada de Nada, con Luis Brandon y Robert De Niro, que ahí también estaré presente, que se va a llamar Todo. No sé si la llegaremos a filmar este año o el que viene. Y sigo con mis clases en la escuela de teatro, que si Dios quiere tendrá espacio propio en un teatro en Almagro. Estoy tratando de lograr ese viejo sueño que tengo de tener un teatro propio.
Y estoy dirigiendo desde hace tres años una obra, Amantes casados y desconocidos, en Timbre 4, y si Dios quiere pasaremos a la calle Corrientes. Y bueno, estrenando este corto en Cannes, felizmente.