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viernes, agosto 1, 2025

«Cárceles. Narraciones del encierro»: La Biblioteca Nacional recorre libros y testimonios del encierro

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La muestra Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025), en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, propone un recorrido por la historia social, política y literaria de Argentina través de textos surgidos en la cárcel. Está compuesta por documentos de distinta clase sobre el encierro y la escritura: mapas, planos, partituras, fotografías, afiches, volantes, fanzines, correspondencia, notas periodísticas, manuscritos y libros.

Todos son documentos que integran el acervo de la biblioteca; con diferentes formas de circulación y variedades de soportes fueron reunidos en esta exhibición que se mantiene hasta el 24 de agosto e incluye desde las correspondencias de los caciques del siglo XIX, pasando por testimonios de presos políticos de distintas épocas, hasta poesías y ficciones célebres vinculadas a la temática.

“La exposición presenta un amplio panorama de la historia social, política y literaria de la argentina a través de textos producidos en el encierro o que tienen al encierro como su eje central”, dice Andrés Tronquoy, uno de los curadores.

“Ese arco temporal extenso –son casi 150 años– intenta rastrear, leer, apuntalar algunos de los dramas profundos del país a lo largo de su historia, desde la ‘Campaña del Desierto’ hasta hoy. Podemos decir que las narraciones del encierro en 2025 tienen una actualidad indudable. En ese sentido, además, abordar los últimos 30 años del rico movimiento de escritura en las cárceles resulta fundamental, y poco transitado”.

Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.
Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.

Escribir desde el encierro

I Acevedo, que, como Tronquoy, pertenece a la Dirección de Investigaciones de la Biblioteca y realizó también la curaduría, explica: “Las muestras que organizamos desde este sector tienen como objetivo exhibir los distintos materiales que contiene el acervo del Departamento de Archivos. El tema de la escritura en la cárcel es muy rico y tal vez no tan explorado”, cuenta y recuerda las actividades que comenzaron a brindarse especialmente a partir del año 2006 con la Ley de Educación, que determinó por primera vez que la educación en las cárceles pasara a depender del Ministerio de Educación y ya no del Servicio Penitenciario.

“Esta ley de Educación permitió que se abrieran más espacios institucionales en las cárceles”, sostiene Acevedo, con la llegada de asociaciones civiles o grupos de personas ligadas a la escritura “que ayudaron a editar publicaciones y revistas de una forma muy fácil y accesible”.

La muestra también incluye diferentes tipos de cartas escritas en las cárceles. “Muchas veces en situación de dictadura la censura o prohibición de la comunicación se puede ver que las cartas se enviaban en materiales muy precarios, en letras de tamaño muy reducido”, cuenta Acevedo.

Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.

“Están a su vez las cartas que se llaman caramelos, porque se doblaban para que fueran muy pequeñas para poder sacarlas de la cárcel de manera clandestina, y en situaciones donde las condiciones y posibilidades de comunicación son mejores, la escritura de las cartas también mejora. Siempre, o casi siempre, la comunicación estaba limitada a familiares; eso también es interesante porque en los casos de los presos políticos muchas veces se pueden ver sus mensajes y la motivación política, así como el orgullo de los familiares y el apoyo a esas personas, por las circunstancias que los condujeron a estar presos, eso es muy impresionante”.

“Cartas de preso”

Uno de los ejemplos de las cartas que se exhiben es el de Dardo Cúneo, quien fue director de la Biblioteca Nacional entre 1985 y 1989 y conservó en una carpeta sus “Cartas de preso”, enviadas a su esposa y su hijo desde la Penitenciaría Nacional y la cárcel de Viedma en 1961. En los escritos, los mensajes políticos se mezclan con asuntos familiares. Cúneo atesoró una colección de nueve mil libros de presos, que en 2008 donó en su totalidad a la Biblioteca Nacional.

“La presencia de las cárceles en la literatura argentina es de gran relevancia”, dice Tronquoy. “Empezando por La vuelta de Martín Fierro, de José Hernández, que en 1879 escenifica la prisión del hijo mayor de Fierro en el canto XII llamado ‘En la Penitenciaría’. La Penitenciaría Nacional había sido inaugurada dos años antes, en 1879. A principios del siglo XX, con el gran aumento de los públicos lectores, en la prensa popular, aparecían muchos relatos de ficción sobre el crimen y sobre la cárcel, a la par de notas periodísticas. Es un fenómeno interesante porque los discursos conviven, se entremezclan. Hay un interés muy marcado por los textos del encierro y del crimen”.

Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.

En los años setenta se publicaron dos títulos sobre la temática que se convirtieron en grandes bestsellers: Las Tumbas, de Enrique Medina, del año 1972 y Preso común, de Eduardo Perrone, de 1973. Sigue Tronquoy: “No sólo son libros que tienen una presencia muy relevante en la escena pública, sino que fueron escritos por autores que encontraron el impulso de la escritura en el encierro. Las Tumbas surge de la experiencia en institutos de menores. Antonio Di Benedetto, preso por la dictadura cívico–militar, fue detenido el 24 de marzo de 1976. En esa situación escribió una serie de relatos que luego publicó en España, con el título de Absurdos, en 1978”.

El investigador propone además un repaso por algunos de los grandes autores de ficción que escriben sobre la cárcel: “Borges en «La escritura del Dios» (1949), H. Bustos Domecq [Borges y Bioy Casares], Seis problemas para Don Isidro Parodi (1942), Bioy Casares, Plan de evasión (1945), una novela que aborda el tema desde la ciencia ficción. Luego David Viñas escribe un relato titulado «Un poco de bondad» (1957) y Ricardo Piglia «En el calabozo», cuento de Jaulario (1967), su primer libro. Presentan dos antecedentes interesantes de un libro central, quizás el libro de ficción más importante sobre el tema: El beso de la mujer araña, de Manuel Puig. En los últimos años, a su vez, cobró relevancia Magnetizado, de Carlos Busqued, publicado en 2018. Es un libro que fue construido a partir de entrevistas con un asesino serial. La presencia de las cárceles y del crimen tienen un lugar preponderante en la literatura argentina”.

Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.

Autores nóveles y célebres

La exposición también incluye textos escritos por autores nóveles, que se encuentran hoy en la cárcel o que produjeron allí sus materiales. “En las cárceles se escribe mucho”, cuenta Tronquoy. “César González cobró una relevancia muy importante en las letras argentinas, también Waikiki (Gastón Brossio, autor nacido en Fuerte Apache), que comenzó a escribir en prisión. Entonces nos interesa pensar a quiénes leemos y cómo leemos, que son dos preguntas que se reactualizan”.

Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.

“El caso de Fogwill es muy interesante”, cuenta Acevedo. “Porque estuvo preso en el año 1981, durante seis meses, acusado de estafa”. Y luego detalla las verdaderas circunstancias de la detención: “ocurrió durante la dictadura, esa acusación era de estafa pero en realidad tenía que ver con una negativa de él a participar de ciertas cuestiones, no estaba del todo claro, pero había intereses en cuanto al mundo de la publicidad. Finalmente cuando sale de la cárcel escribe un libro de cuentos que ya estaba preparando, en el que incluye algunos cuentos donde aparece la cárcel; el libro se llama Música japonesa, sale en 1982, pero también escribe Los Pichiciegos, que tiene que ver con la Guerra de Malvinas. Si bien la cárcel no aparece, fue un éxito por su vocabulario, un lunfardo muy realista, muy vívido. Evidentemente su estadía en la cárcel influyó por contacto con personas de otras provincias de Argentina, con un vocabulario con el que solo pudo haber entrado en contacto en la cárcel”.

Como no solo de hombres están llenas las cárceles, en la muestra también se expone el lugar que ocuparon las mujeres y las personas trans o lesbianas a través de la historia. “Hay testimonios bastante antiguos de personas trans, por ejemplo indígenas, que van presas por no querer participar de los enrolamientos en el siglo XIX”, cuenta Acevedo.

“También hay materiales que muestran cómo los criminólogos de comienzos del siglo XX catalogaban la delincuencia; la transexualidad y la homosexualidad aparecen como una conducta anormal que debe ser penada”.

Y ejemplifica con algunos recortes del archivo Crónica, con protestas de mujeres trans sobre cárceles contravencionales en los años 2000; o con una sección dedicada a la correccional cárcel de mujeres y asilo de menores que funcionó desde fines del siglo XIX en San Telmo, manejada por la orden de monjas del Buen Pastor, donde se ocupaban de la “rehabiitación moral” y el retorno de las internas a los “valores familiares” a través de la penitencia y el trabajo doméstico.

Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.

Mujeres en la prisión

“También se expone material muy impresionante sobre cárceles de mujeres de Mendoza”, sigue Acevedo. “Una mujer fue presa por su militancia política en la dictadura de 1930, de Uriburu, y al entrar a la cárcel pudo tomar contacto con trabajadoras sexuales y presas comunes que quizás estaban presas no por motivos políticos o por robo sino por trabajo sexual».

Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Foto: gentileza BNMM.

Además se muestra la tarea de grupos como los colectivos Yo no fui, o Mujeres tras las rejas, que abordan fuertemente el tema y explican que no es lo mismo la cárcel para la mujeres que para los hombres: «Cuando una mujer va presa no la visitan de la misma manera, porque en general su familia se tiene que dedicar a cuidar a todas aquellas personas que a su vez esta mujer cuidaba. También se trata la temática de la maternidad en las cárceles con fotos de Adriana Lestido, que estuvo visitando la cárcel de La Plata en 1992, y fotografió la vida de las mujeres y lo que pasaba con sus hijos cuando estaba su madre en la cárcel y es bastante impresionante”, completa Acevedo.

Cárceles. Narraciones del encierro (1878–2025) se puede visitar hasta el 24 de agosto de lunes a viernes de 9 a 21 y sábados y domingos de 12 a 19 en la Sala Juan L. Ortiz de la Biblioteca Nacional (Agüero 2502).

Redacción

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