Después de un 2024 intenso, tras algunos problemas de salud y presentar su renuncia como director técnico de Independiente, Carlos Tévez se alejó por un tiempo de la escena mediática y decidió reconectarse con lo esencial: la familia, la tranquilidad y la naturaleza.
Así es como el exfutbolista de Boca Juniors emprendió un viaje soñado a Kenia junto a su esposa Vanesa Mansilla, y sus tres hijos en común, Florencia, Katie y Lito.
El destino elegido fue Amboseli, uno de los parques nacionales más emblemáticos del país, famoso por su cercanía al majestuoso Monte Kilimanjaro y por la abundancia de fauna salvaje.
Desde el momento de su llegada, Florencia Tévez, la mayor de las hijas del ex Boca, compartió con entusiasmo una imagen del alojamiento y un simple pero significativo mensaje: “Llegamos”. Y lo que vino después fue pura aventura.

En las imágenes que subió la adolescente a sus redes sociales se los vio a todos completamente integrados a la experiencia: Carlos, binoculares en mano, en plena expedición; Vanesa, con sombrero safari, capturando cada instante con su celular; y las chicas, fascinadas frente a manadas de cebras, elefantes y jirafas.

“Hoy tocó safari”, escribió la joven sobre una imagen de ella y su hermana, con muchos emojis de animales y el planeta Tierra, mientras posaban sobre los clásicos vehículos todo terreno abiertos, al mejor estilo “El Rey León”.

El alojamiento elegido también fue parte del encanto: cabañas ecológicas con techos de paja, inmersas en el paisaje natural, y camastros con vista directa a la sabana, perfectos para relajarse después de un día entre la fauna africana.
En una de las fotos más comentadas, Carlos y Vanesa aparecen abrazados, sonriendo, con un fondo que parece salido de una postal. “Los amo”, escribió Florencia, dejando en claro que, más allá de las vistas y los animales, lo más importante para ellos es estar juntos.

Los seguidores del “Apache” no tardaron en reaccionar. Muchos celebraron que, luego de tantos años de trabajo y esfuerzo, el ídolo popular se esté dando el lujo de disfrutar con los suyos una experiencia única. Otros destacaron la sencillez con la que se mostró, alejado del glamour de los destinos más tradicionales y apostando por un turismo de contacto real con la tierra y la vida silvestre.

Además, no pasó desapercibido que Tevez se mostró relajado, sonriente y visiblemente feliz, en una etapa de su vida en la que prioriza lo emocional por sobre lo profesional. Las imágenes son testimonio de un descanso merecido, y de un hombre que aprendió a valorar los silencios, los paisajes y los momentos compartidos.
Desde los animales salvajes que cruzaban los caminos hasta los atardeceres anaranjados que cubrían la sabana, todo en este viaje pareció decir lo mismo: Carlos Tevez está en paz.