Damir Dzumhur, 33 años y número 69 del ranking mundial, es un superviviente. El bosnio nació en 1992, en medio de la guerra de los Balcanes, y tuvo que ser evacuado a los cinco días del hospital por los bombardeos. Infancia en medio de un conflicto bélico que no impidió que de adulto participara en algunas películas de temática guerrera. Combinado eso sí con una carrera tenística que le ha convertido en un jornalero de la raqueta, un estajonovista que estuvo cerca de perder también la vida en 2022 después de Roland Garros. Sufrió una pancreatitis aguda, perdió once kilos en pocos días y solo le salvó ser una persona joven y en buen estado físico. Pensó que nunca más volvería a jugar a tenis pero cuatro meses después ya estaba de nuevo dando raquetazos para intentar regalarse partidos como el de este viernes. Encuentros en que no sale adelante pero que siempre podrá decir que jugó y que luchó lo indecible. Porque al otro lado de la red Dzumhur tuvo a Carlos Alcaraz, que le doblegó y que en octavos de final se medirá este domingo con el estadounidense Ben Shelton. Pero el bosnio le hizo sudar más de lo previsto, le tuvo sobre la pista 3 horas y 14 minutos y le arrebató un set, como había hecho en la ronda anterior Marozsan.
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