El presidente Donald Trump declaró este martes que había terminado su relación con Jeffrey Epstein porque el financiero había contratado a asistentes de spa en Mar-a-Lago. Al preguntársele si una de las mujeres era Virginia Giuffre, conocida víctima de la red de tráfico sexual de Epstein, Trump respondió: «No lo sé. Creo que trabajaba en el spa. Creo que sí. Creo que era una de las personas. Él la robó. Y, por cierto, ella no tenía ninguna queja sobre nosotros, como saben, ninguna en absoluto».
Las declaraciones de Trump a los periodistas en el Air Force One profundizaron en su afirmación del día anterior de que había incluido a Epstein en la lista negra de Mar-a-Lago porque había contratado a algunos de sus empleados.
Asesores de la Casa Blanca habían dicho previamente que Trump había vetado a Epstein de su club en Mar-a-Lago «por ser un canalla». Giuffre, quien se suicidó este año, ha declarado que fue manipulada para realizar servicios sexuales y que la «pasaron como si fuera una bandeja de frutas» a depredadores ricos y poderosos del círculo de Epstein, incluido el príncipe Andrés de Gran Bretaña.
Giuffre tenía 16 años cuando fue reclutada para la red sexual de Epstein mientras trabajaba como asistente de spa en Mar-a-Lago en el año 2000, y afirmó que fue manipulada y abusada por Epstein y sus socios hasta que rompió contacto con él en 2002.
Ese mismo año, Trump elogió a Epstein en una entrevista con la revista New York Magazine.
«Un tipo estupendo», dijo Trump sobre Epstein en octubre de 2002. «Es muy divertido estar con él. Incluso se dice que le gustan las mujeres hermosas tanto como a mí, y muchas de ellas son jóvenes. Sin duda, Jeffrey disfruta de su vida social». Dos años después, ambos hombres se convirtieron en rivales por una mansión frente al mar en Palm Beach que había sido objeto de ejecución hipotecaria. Trump finalmente superó la oferta de Epstein por la propiedad y la larga amistad terminó.
Hay pocos registros públicos de la interacción entre ambos después de esa batalla inmobiliaria. Trump declararía más tarde, en 2019, que él y Epstein tuvieron una «pelea» y que no habían hablado en 15 años; el presidente se declaró «desconfiado» de su antiguo amigo.
El lunes, Trump declaró que «nunca tuvo el privilegio» de visitar la isla caribeña privada de Epstein —donde recibía a amigos famosos y presuntamente traficaba con menores de edad con fines sexuales— porque había rechazado una invitación del financiero.
Entre 1993 y 1997, mientras Trump y Epstein mantuvieron una relación amistosa, el nombre de Trump apareció siete veces en los registros de vuelo de Epstein. Los vuelos eran entre Palm Beach y Nueva York, con escala en Washington, D.C.
Cuando se le preguntó el martes sobre su disputa con Epstein, Trump dijo: «Sacaban a gente del spa, contratada por él, en otras palabras. Se iban. Y otras personas venían y se quejaban: ‘Este tipo se está llevando a gente del spa'».
Continuó: «Cuando me enteré, le dije: ‘Mira, no queremos que te lleves a nuestra gente, sea del spa o no’. No quiero que se lleve a gente. Y estuvo bien. Y poco después, lo volvió a hacer. Y le dije: ‘Fuera de aquí'».
No está claro a qué otros empleados se refiere Trump, y la Casa Blanca no respondió a una pregunta sobre la afirmación. No hay registros conocidos de que Epstein haya reclutado a otros en Mar-a-Lago. Otra joven que acusó a Epstein de abuso, Maria Farmer, recordó que Trump la miró fijamente durante un breve encuentro en la oficina de Epstein, y afirmó que Epstein le había dicho a Trump en ese momento: «ella no es para ti».
Foto: AFP / Archivo
Chris Cameron / The New York Times
