Internacional
La muerte de una adolescente mexicana tras una cirugía estética alerta en Guatemala sobre el aumento de estos procedimientos en jóvenes y la falta de regulación.
La tragedia ocurrida en México ha tenido eco en Guatemala, donde médicos, activistas y familias han reaccionado con preocupación. El testimonio del padre de Paloma, difundido en un video, reveló presuntas negligencias médicas y la ausencia de protocolos en el manejo de la emergencia que acabó con la vida de su hija.
Paloma se sometió a varias intervenciones estéticas, incluido un aumento de glúteos. Pese a su corta edad, los médicos aceptaron realizar los procedimientos, lo que desencadenó complicaciones postoperatorias que derivaron en su fallecimiento.
En el video difundido en redes sociales, el padre acusó a los médicos de ocultar información y de no brindar atención oportuna cuando la salud de la adolescente comenzó a deteriorarse. “Mi hija pedía ayuda y no la escucharon”, aseguró, con la voz entrecortada.
El caso ha reavivado el debate en el país, donde clínicas de cirugía estética y centros de belleza han proliferado en los últimos años. Según especialistas guatemaltecos, muchos de estos lugares operan sin controles rigurosos y ofrecen procedimientos a menores de edad, lo que incrementa los riesgos de complicaciones graves.
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Gremios médicos en Guatemala señalan que la legislación vigente no regula con claridad las cirugías estéticas en adolescentes, lo que deja un vacío legal que puede ser aprovechado por clínicas no certificadas. “No debería practicarse cirugía estética en cuerpos que aún están en desarrollo”, advierten.
En Guatemala, el fenómeno de la cirugía plástica en jóvenes ha crecido de la mano de las redes sociales, que imponen estándares de belleza poco realistas. Padres de familia y psicólogos alertan sobre la presión estética que enfrentan los adolescentes y la falta de acompañamiento en la toma de decisiones médicas.
Diputados y organizaciones de derechos de la niñez han comenzado a discutir la necesidad de una norma que limite los procedimientos estéticos en menores y sancione a las clínicas que los practiquen sin respaldo médico autorizado.
Casos como el de Paloma se han registrado también en otros países de América Latina, donde los vacíos legales permiten que menores accedan a operaciones riesgosas. Guatemala no es ajena a esta tendencia, lo que ha llevado a expertos a pedir vigilancia estricta del Ministerio de Salud.
En redes sociales guatemaltecas, el caso generó indignación y solidaridad con la familia de Paloma. Diversos usuarios coincidieron en que tragedias como esta deben servir de advertencia para evitar que más adolescentes pierdan la vida en busca de estándares de belleza impuestos.
La historia de Paloma Arellano se ha convertido en un símbolo de los riesgos asociados con la cirugía estética en menores. En Guatemala, el caso es visto como una oportunidad para abrir un debate nacional sobre salud, ética y regulación, con el fin de evitar que más familias enfrenten una tragedia similar.