
Barcelona
Todos los grupos del Parlament de Catalunya dieron este miércoles luz verde a la modificación legislativa pertinente para proteger los patios escolares de las quejas vecinales por ruidos. De este modo los escándalos que tengan lugar en estos recintos de siete de la mañana a nueve de la noche no serán considerados como cualquier otra muestra de contaminación acústica y una mera denuncia ciudadana no bastará para precintarlos como si fueran cualquier bar, por poner un ejemplo.

Patio escolar
La medida se tramitó en verdad en un tiempo récord a fin de que entre en vigor hoy mismo. El debate entre los grupos arrancó a finales de febrero. El objetivo de esta celeridad es blindar los patios escolares antes que se resuelvan los conflictos judiciales ya abiertos entre centros y vecinos de los alrededores, como el de la escuela Jesuites Kostka del distrito de Gràcia, y que una resolución judicial lo complique todo. El gobierno del alcalde Jaume Collboni, a instancia de una propuesta de los concejales de ERC, ya anunció a finales de año su voluntad de blindar los patios escolares de Barcelona.
Muchos colegios aplauden la medida mientras que la entidades contra el ruido se sienten ninguneadas
Fuentes municipales señalaron que los técnicos del Ayuntamiento estudiarán ahora los detalles de la modificación legislativa de la Generalitat. “El Consistorio -abundaron estas fuentes- celebra esta iniciativa porque protege la actividad en los patios de las escuelas. Barcelona es una ciudad densa y por tanto es necesaria una norma que permita la protección de las actividades de los niños a la vez que se garantiza el descanso de los vecinos”. El Ayuntamiento revisará ahora cada expediente abierto y su encaje en la nueva normativa.
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La Xarxa Veïnal Contra el Soroll y la Associació Catalana Contra la Contaminació Acústica ya denunció hace semanas que estaba siendo del todo ninguneada en este proceso. Fuentes de estas entidades destacaron tras conocer la modificación de la Generalitat que la mayor parte de las quejas vecinales en torno a esta cuestión no se refieren a los recreos de toda la vida, sino al creciente número de entrenamientos y competiciones que tienen lugar incluso los fines de semana y también las actividades que desarrollan negocios privados que cada vez con más frecuencia alquilan instalaciones escolares. “Y estas actividades económicas poco tienen que ver la educación de los chavales”.