El Gobierno levantó una barrera sanitaria vigente desde hace 23 años que impedía el ingreso de carne vacuna con hueso a la Patagonia. A partir de ahora, podrá entrar a la región, libre de fiebre aftosa sin vacunación, carne proveniente de zonas libres de la enfermedad con vacunación y también desde el exterior, bajo ciertos requisitos. Además, se flexibilizó el ingreso de material genético.
La decisión fue oficializada a través de la resolución 180 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), firmada por su presidente, Pablo Cortese. Aunque la medida fue formalizada por Cortese, se sabe que distintos funcionarios trabajaron en su implementación.
Cambio de estatus sanitario
Desde 2001, Argentina implementó un sistema de regionalización para la fiebre aftosa tras un rebrote de la enfermedad. Mientras la Patagonia se mantuvo libre sin vacunación, el resto del país optó por vacunar y se establecieron restricciones para el traslado de animales y productos cárnicos. La creencia de que la carne con hueso podía representar un riesgo para el estatus sanitario de la región mantuvo la prohibición por décadas.
No obstante, el Senasa realizó estudios en los últimos años que evidenciaron la ausencia de circulación viral en todo el territorio. Según la resolución, la «evaluación cuantitativa del riesgo» concluyó que la posibilidad de ingreso del virus a la Patagonia mediante carne con hueso es insignificante.
Impacto en precios
Uno de los principales objetivos de la medida es reducir los precios de la carne en la Patagonia, donde el alto costo de la hacienda ha disparado los valores. Mientras en un supermercado de la Ciudad de Buenos Aires el kilo de asado se ofrece a $8.200, en el Alto Valle patagónico el precio supera los $20.000, más del doble.
Sin embargo, la decisión podría generar críticas por parte de sectores rurales. Cuando comenzaron a circular rumores sobre la eliminación de la restricción, algunas entidades del agro manifestaron su preocupación por los posibles impactos en la sanidad animal y en los productores locales.
Condiciones para el ingreso
Según la normativa, para que la carne pueda ingresar a la Patagonia deberá:
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Provenir de animales sacrificados en establecimientos habilitados por el Senasa y haber pasado los controles sanitarios correspondientes.
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Excluir la cabeza, faringe, lengua y los nódulos linfáticos asociados en el caso de los rumiantes.
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Contar con un empaque primario y secundario debidamente rotulado.
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Ser obtenida de canales a las que se les hayan extraído los principales ganglios visibles y haber pasado por un proceso de maduración a una temperatura superior a 2°C durante al menos 24 horas, con un pH igual o inferior a 5,9.
Además, la resolución permite el ingreso de material genético, pero no de reproductores en pie. En el caso de embriones bovinos y bubalinos, estos deben haber sido obtenidos bajo estrictos protocolos sanitarios recomendados por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). El semen de rumiantes y cerdos domésticos también deberá cumplir con requisitos específicos de vacunación o pruebas sanitarias.
Una fuente cercana a la decisión señaló que «se elimina una medida restrictiva muy cuestionada por socios comerciales» y aseguró que «esto debería traducirse en una baja en los precios de la carne para el consumidor y en una reducción de costos para la cadena de producción».
En cuanto a la posibilidad de habilitar el ingreso de reproductores en pie, la fuente aclaró que «es un tema que se está analizando, ya que requiere validaciones con socios comerciales y podría llevar más tiempo».