Un informe de la OCDE resalta que los proyectos chinos en puertos, carreteras y ferrocarriles buscan optimizar el comercio con Asia y reducir los altos costos logísticos intrarregionales
lunes 10 de noviembre de 2025
América Latina se encuentra en un punto de inflexión en materia de infraestructura logística, con la inversión china como protagonista de una nueva etapa de modernización. Según el informe Latin American Economic Outlook 2025, elaborado por la OCDE, la CAF y la Unión Europea, los proyectos extranjeros buscan mejorar la conectividad regional, reducir los costos de transporte y fortalecer el comercio internacional.
El estudio advierte que los costos logísticos intrarregionales son en promedio un 15% más altos que en la Unión Europea, un desequilibrio que limita la integración económica y la diversificación de las exportaciones. “El desafío no es menor: mientras otras economías emergentes aprovecharon las cadenas globales de valor, gran parte de América Latina aún depende de exportaciones de bajo valor agregado y enfrenta un rezago estructural en infraestructura”, señala el informe.
Entre 2005 y 2022, China financió 228 proyectos en la región por un total de USD 104.200 millones, de los cuales 90 correspondieron al sector transporte. Solo entre 2020 y 2022, se concretaron 57 proyectos logísticos con capital chino, concentrados en puertos, ferrocarriles y carreteras. Estas inversiones no solo buscan mejorar la infraestructura física, sino también reconfigurar la posición geopolítica de América Latina dentro de las cadenas globales de suministro.

El informe destaca el megapuerto de Chancay, en Perú, inaugurado en 2024, como ejemplo paradigmático de esta nueva etapa. Con una inversión china de USD 3.600 millones, el puerto aspira a mover USD 4.500 millones anuales en comercio y generar 8.000 empleos directos. Su diseño permite operar buques de gran calado y reducir los tiempos de tránsito hasta en diez días hacia Asia, buscando aliviar la dependencia de los puertos del Pacífico Norte.
Para maximizar el impacto regional, la CAF brinda asistencia técnica en el desarrollo del corredor logístico Chancay–Callao, un eje que conectará la costa peruana con los centros productivos del interior y, a futuro, con redes multimodales regionales. El objetivo es que la infraestructura no funcione de manera aislada, sino que integre las cadenas productivas nacionales y fortalezca la competitividad regional.
A pesar de los avances, el informe advierte sobre la necesidad de mayores estándares de transparencia, sostenibilidad y gobernanza. Alrededor del 35% de los proyectos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta enfrentan críticas por impacto ambiental o falta de información pública sobre su financiamiento.
Según el estudio, América Latina enfrenta un doble desafío: superar la brecha logística interna y al mismo tiempo insertarse de manera más estratégica en las cadenas de suministro globales. Los altos costos de transporte, sumados a la limitada interoperabilidad entre modos de transporte, obstaculizan la integración económica y restringen nuevas relaciones comerciales.

El informe propone una planificación logística integral, con inversiones sostenidas en corredores multimodales y políticas que prioricen la eficiencia del transporte. “América Latina necesita transformar su actual mapa de inversiones en una red logística verdaderamente integrada, capaz de conectar zonas productivas con mercados internacionales y, al mismo tiempo, impulsar la resiliencia frente a disrupciones globales”, concluye el documento.
La expansión china también se observa en otros países de la región, donde se priorizan obras que faciliten la exportación de materias primas y fortalezcan la conectividad hacia los principales mercados asiáticos. Estas iniciativas, según el informe, deben ser acompañadas por una coordinación público-privada que garantice desarrollo inclusivo y diversificación productiva.
El estudio resalta que la infraestructura ya no puede ser vista únicamente como un gasto, sino como un motor de competitividad y cohesión. Los proyectos con enfoque regional, sostenibilidad ambiental y estándares transparentes permitirán que América Latina se posicione como un actor estratégico en la economía mundial, en un contexto marcado por tensiones geopolíticas y la búsqueda de cadenas de suministro más seguras y cortas.
Entre los beneficios previstos, se incluyen reducciones significativas en los costos logísticos, mayor eficiencia en los tiempos de transporte y la creación de empleos de calidad en sectores estratégicos. Además, la integración de corredores multimodales y la optimización de puertos permitirán fortalecer el comercio intrarregional, actualmente limitado por la fragmentación de las redes de transporte y la falta de interoperabilidad.
El informe de la OCDE también subraya la importancia de inversiones sostenibles que incorporen criterios ambientales y sociales, especialmente en proyectos de gran escala como puertos y ferrocarriles. Esto permitirá que el crecimiento económico no solo se traduzca en beneficios comerciales, sino también en desarrollo inclusivo y protección del entorno natural.
En síntesis, América Latina enfrenta una oportunidad única para reposicionarse en el comercio global a través de la modernización logística, con la inversión china como catalizador clave, según destaca Infobae. Sin embargo, el éxito de esta nueva etapa dependerá de la coordinación entre gobiernos, sector privado y organismos internacionales, la aplicación de estándares de sostenibilidad y la planificación estratégica de la infraestructura como un elemento central de desarrollo económico y competitividad regional.
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