Un hallazgo científico inédito confirmó el extenso rango migratorio del tiburón gatopardo (Notorynchus cepedianus) en el Atlántico Sur. Ocho meses después de haber sido marcado en la Ría de Puerto Deseado, Santa Cruz, el ejemplar fue recapturado en aguas de Rocha, República Oriental del Uruguay, a más de 1.700 kilómetros de distancia.
El ejemplar, una hembra de 187 centímetros y 26 kilos, había sido marcado en febrero de este año por científicos del Laboratorio de Ecología de Peces del CESIMAR-CONICET. Fue pescadores que colaboran con la Unidad de Gestión Pesquera Atlántica (UGEPA) de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA) quienes dieron aviso del hallazgo al notar una marca cerca de la aleta dorsal.


Los pescadores Enrique Zunini, Federico Servetto y el “Chino” Olmos acercaron el ejemplar a los técnicos de DINARA, quienes confirmaron que la marca provenía de un programa de investigación argentino. El hecho generó gran entusiasmo, ya que hasta ahora sólo se habían registrado recapturas de otras especies de tiburones, como el gatuzo o el trompa de cristal.
Solo trece días después, el 23 de octubre, otro tiburón gatopardo fue recapturado en aguas uruguayas, cerca de La Floresta, Canelones. En esta ocasión, se trató de un macho adulto de 191 centímetros y 40 kilos que había sido marcado en octubre de 2022 en Bahía Blanca por el programa “Conservar Tiburones en Argentina”, impulsado por la WCS Argentina, el Museo de La Plata y el Museo Argentino de Ciencias Naturales.

Ambos registros fueron posibles gracias a la colaboración de pescadores recreativos y artesanales, que notificaron las marcas a las autoridades científicas. Las etiquetas, que incluyen un número identificatorio y dirección de referencia, permiten reconstruir los desplazamientos y estimar el crecimiento de los tiburones.

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El investigador Alejo Irigoyen, del CESIMAR-CONICET, destacó la relevancia de los hallazgos:
“La extensión de la captura, que va de un extremo al otro de la distribución de la especie, confirma más de diez años de investigación sobre un predador tope del Mar Argentino del que sabíamos muy poco. Con estas recapturas tenemos evidencia concreta de que el modelo de migración que propusimos era correcto.”
Estos resultados refuerzan la importancia de la cooperación entre científicos, instituciones y pescadores para comprender mejor los movimientos y el rol ecológico del tiburón gatopardo, una especie clave para el equilibrio del ecosistema marino del Atlántico Sur.





