Un hombre checo de 54 años está preso en Uruguay desde hace 10 días, luego de haber sido capturado en la frontera cuando intentaba regresar a Argentina. Pesaba sobre él una alerta roja de Interpol por haber sido condenado por delitos de abuso sexual en 2020. También buscan enjuiciarlo por, presuntamente, haber incumplido con el deber de sustentar económicamente a sus hijos, así surge del expediente judicial al que accedió El País.
El juez Marcelo Souto dispuso que permanezca bajo arresto administrativo hasta el 18 de mayo, fecha para la que República Checa debe enviar el pedido formal de extradición. Si eso no ocurre, pueden imponérsele medidas restrictivas diferentes de la prisión por otros 15 días. Después de esa fecha, si el pedido no llega, será liberado.
El ciudadano checo está viviendo en Rosario (Argentina), según informó él mismo al juez a través de una traductora. Ingresó a Uruguay el 16 de abril a través del puente Paysandú-Colón y se alojó en el Hotel Plaza de la ciudad uruguaya. Al otro día, cuando realizaba el trámite migratorio de salida del país en el puente internacional para retornar a Argentina, fue detenido por los efectivos del lugar. Ese mismo día, el 17 de abril, Interpol había emitido una alerta roja con orden de captura.
Fue condenado el 18 de febrero de 2020 en Decin (República Checa) por tres episodios vinculados a delitos sexuales, cometidos entre 2017 y 2018. El expediente judicial uruguayo consigna un resumen de los hechos por los que se los condenó. El primer episodio tuvo como víctima a una adolescente de 15 años de edad que estaba en su casa para visitar a otra persona. El hombre arrestado, surge del resumen referido, ejerció conductas sexuales abusivas y le ofreció 2 mil coronas checas (unos 3.800 pesos) para que le permitiera tener relaciones sexuales con ella.
El segundo hecho por el que fue condenado tiene características similares. En esa oportunidad, le ofreció mil coronas checas (casi 2.000 pesos) a una adolescente de 15 años que se iba a hospedar en su casa para tener relaciones. Instantes antes, la había obligado a realizar actos sexuales.
El último episodio se repitió al menos tres veces y tuvo como víctima a su hija. Según el resumen citado, la sometió a tocamientos y otros abusos sexuales.
Fue condenado a una pena de 34 meses. El ciudadano checo transmitió, a través de su traductora, al juez Souto que él sabía de esos casos pero que no tenía que cumplir pena de cárcel.
A su vez, la fiscal de Delitos Sexuales Mariana Alfaro, transmitió que además se lo pretende enjuiciar en su país porque —de acuerdo a la información proporcionada por el Estado checo— “no cumplió sus obligaciones legales para brindar manutención a sus hijas” durante más de dos años.
El detenido, pese a que estaba viviendo en Rosario, solo habla checo y ruso. Las audiencias judiciales necesitaron de la asistencia de una traductora idónea en ruso. No hay traductores públicos de ruso en Uruguay.
Para que la extradición se concrete, República Checa deberá formalizar su pedido. Una vez que eso ocurra, el juez Souto analizará la solicitud para ver si se ajusta a derecho. En base a eso, definirá si la otorga o no. Si el estado requirente no la presenta antes del 18 de mayo, el detenido será liberado. Por los 15 días siguientes pueden imponérsele medidas de restricción, pero si pasara esa fecha y siguiera sin presentarse, será puesto en libertad.
Delincuentes en Uruguay
En los últimos años, Uruguay ha extraditado al exterior delincuentes de diferentes rangos y con floridos prontuarios. En los últimos meses, por ejemplo, extraditaron a Argentina a tres uruguayos que están investigados por su presunta participación en el intento de robo al Banco Macro de San Isidro. De acuerdo a la investigación, pretendían utilizar un modus operandi similar al utilizado en el robo al Banco Río de Acassuso, en el año 2006.
En 2023, se concretó la extradición a Italia de Pedro Leone, el extranjero que actuó como cabecilla de la banda que secuestró a la ginecóloga Milvana Salomone. La médica estuvo cautiva 29 días. Leone cumplió su pena en Uruguay por este hecho, pero luego su país natal pidió su extradición. Lo acusaban de haber matado a una mujer y huir a España.
La extradición que más atención concitó en los últimos tiempos fue la del narcotraficante mexicano Gerardo González Valencia.
El narcotraficante fue detenido en 2016 en Punta del Este. El 23 de abril de ese año fue procesado por lavado de activos junto con su esposa y otras cinco personas de su entorno. González Valencia estuvo preso en el Penal de Libertad hasta junio de 2020, cuando fue extraditado a Estados Unidos en medio de un fuerte operativo de seguridad.
El Departamento de Justicia estadounidense indicó en un comunicado que el criminal fue sentenciado por el delito de conspiración para importar en el país cinco kilogramos o más de cocaína.
González Valencia se había declarado culpable en diciembre de 2022, y se enfrentaba a una pena que oscilaba entre los diez años de cárcel y la cadena perpetua. El Departamento de Justicia destacó que el ahora condenado se involucró personalmente y coordinó el envío de toneladas de cocaína para su importación en Estados Unidos.
Mientras estaba preso en Uruguay, González Valencia tenía encuentros con el mafioso italiano Rocco Morabito, también preso (aunque en la Cárcel Central).
Morabito se fugó de la cárcel en 2019 y, como parte de las indagatorias de su escape se investiga su vínculo con González Valencia y los traslados que se realizaban de una cárcel a otra.