La difusión en los medios de comunicación y por las redes sociales de imágenes de playas convertidas en vertederos a cielo abierto y de tortugas ahogadas por la ingesta de bolsas de plástico suele provocar un gran impacto en el gran público.
Pero la realidad es que el océano se va hundiendo bajo estos materiales: se estima que cada año se vierten ocho millones de toneladas de plástico en los océanos y según los expertos, América Latina es el cuarto productor mundial de desechos plásticos.
Una gran parte de esos desechos va a parar a las playas, quedan a la deriva en la superficie de los océanos o invaden los fondos marinos descomponiéndose en microplásticos. Hoy en día, es sabida la presencia de una concentración alarmante de plástico en el océano a una distancia de cerca de 1.000 km de la costa de Chile, que en algunas zonas llega a 50.000 piezas/km2.
El caso de las pajitas de plástico, que pueden tardar un centenar de años en descomponerse, es sintomático de los objetos de un solo uso que han invadido nuestra vida cotidiana. Varios países de Latinoamérica, como Chile, México, Argentina o Brasil se han sumado a iniciativas globales encaminadas a prohibir el uso de este tipo del plástico y han llevado a cabo acciones a través de campañas creativas con el fin de concienciar a la población de su toxicidad.
El combate puede parecer ridículo si tenemos en cuenta los desafíos a los que hay que hacer frente. Si bien las pajitas representan una parte ínfima de la basura marina, estas campañas contribuyen a generar una percepción pública mucho más amplia sobre los efectos negativos del uso y descarte de utensilios plásticos aparentemente inofensivos, omnipresentes en nuestro día a día. Además, nos invitan a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo y el impacto de nuestros gestos cotidianos en el medio ambiente.
Tomar conciencia del uso indiscriminado de plásticos
La contaminación por plásticos, incluidos los plásticos marinos, representa uno de los principales desafíos ambientales para América Latina y el Caribe, impactando la salud humana, los ecosistemas y la economía regional.
Para hacer frente a esta problemática, el Proyecto GEF para Reducir los Plásticos Marinos y la Contaminación por Plásticos en las Ciudades de América Latina y el Caribe, a través de un Enfoque de Economía Circular (GEF ALC Ciudades), ha lanzado la Red de Ciudades sobre Economía Circular del Plástico en América Latina y el Caribe.
Las ciudades de Barranquilla y Cartagena (Colombia), Kingston y Montego Bay (Jamaica), y Ciudad de Panamá y Colón (Panamá) formarán parte de esta red que busca promover la cooperación regional, compartir experiencias y buenas prácticas y promover enfoques circulares y sostenibles para abordar la contaminación por plásticos, incluyendo los plásticos marinos. La Red prevé expandirse progresivamente a otras ciudades de la región de América Latina y el Caribe.
Economía circular en America Latina y el Caribe
«Este lanzamiento marca un hito en los esfuerzos conjuntos por enfrentar la contaminación por plásticos en América Latina y el Caribe, impulsando una visión común y soluciones sostenibles a nivel local para las ciudades de la región” señaló Jacqueline Álvarez, Jefa de la Subdivisión de Productos Químicos y Salud, PNUMA.
Al respecto, Dumek Turbay, alcalde de Cartagena, expuso: “Hacer parte de la Red de Ciudades sobre Economía Circular del Plástico en América Latina y el Caribe es una confirmación de nuestro compromiso con la sostenibilidad, que se ha venido trabajando a través del Plan de Desarrollo «Cartagena Ciudad de Derechos”.
Nuestra hoja de ruta de planeación incluye iniciativas clave como el fortalecimiento de las organizaciones de recicladores de oficio y la implementación de modelos de negocio sostenibles, impulsados por programas que promueven empleos verdes y la transición hacia una economía circular”.
Y agregó: “Además, con la articulación de las autoridades ambientales del territorio se contemplan acciones ambientales significativas, como la protección de rondas hídricas, la recuperación de ecosistemas y la promoción de prácticas sostenibles, contribuyendo así a un futuro más equitativo para todos. Estas acciones refuerzan el compromiso de Cartagena con la economía circular y el desarrollo sostenible”.
La red se consolidará como un espacio para que las ciudades colaboren en la implementación de estrategias de economía circular a lo largo de la cadena de valor del plástico.
Con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Oficina para América Latina y el Caribe, y la Secretaría del Convenio de Cartagena; esta plataforma también fomentará alianzas con diversas partes interesadas, facilitando la implementación de planes de acción específicos y replicables en otras ciudades de la región.
El evento de lanzamiento reunió a representantes clave de autoridades municipales y nacionales, así como del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) y del PNUMA. Este encuentro destacó la relevancia de la colaboración regional como pilar fundamental para implementar soluciones sostenibles y abordar los desafíos ambientales que plantea la contaminación por plásticos.
Entre los resultados previstos de la red se destaca la promoción de una agenda regional armonizada, el establecimiento de un enfoque coordinado para la economía circular del plástico, y el fortalecimiento de la comprensión a nivel local, nacional y regional sobre soluciones circulares.
Además, se prevé la expansión de la red a nueve ciudades adicionales, amplificando el impacto y promoviendo el intercambio de conocimientos y experiencias.