Apenas comienza El Eternauta, Juan Salvo canturrea “No pibe”. El icónico personaje interpretado por Ricardo Darín atraviesa la ciudad de Buenos Aires en una tórrida noche de verano, en auto, junto a unos amigos. Todavía no sabemos nada. Más adelante, bastante más adelante, Salvo canta, solo, “Jugo de tomate frío”. Para entonces, el mundo ya no es el que era. Ni lo volverá a ser. Finalmente, la primera temporada de El Eternauta se despide con la muy ilustrativa (para la serie) “Porque hoy nací”. Lejos, muy lejos en tiempo y espacio, Claudio Gabis, guitarrista de esas canciones, atraviesa las rutas argentinas llevando consigo aquella guitarra y un mensaje. ¿Quién es el eternauta?
Formada en Buenos Aires, en 1968, por el baterista Javier Martínez, el bajista Alejandro Medina y por el propio Gabis, a manal le bastaron apenas tres años y tan solo dos discos, el homónimo Manal (1970), donde viven aquellas tres canciones, y El León (1971) para cofundar, junto a Los Gatos, Almendra y Vox Dei, lo que desde entonces se dio en llamar rock nacional, y darle a ese movimiento su lado más duro y blusero.
Por supuesto que El Eternauta, historieta porteña de ciencia ficción con impacto global a partir de su reformulación audiovisual de la mano de Netflix, está atravesada por muchas músicas. No solo Manal, sino también Billy Bond y La Pesada del Rock, El Reloj, Soda Stereo, Mercedes Sosa, Intoxicados, El Mato a un Policía Motorizado y hasta Carlos Gardel, entre otros tantos artistas populares. Pero nuestro viajero es el guitarrista de Manal.
“Estamos en Santa Rosa”, dice Gabis, uno de los mejores guitarristas de rock no importa con quien lo comparemos. “Venimos de Pehuajó, 9 de julio y Pico. Antes estuvimos en Entre Ríos, tres shows, que fueron el comienzo de la gira. Hoy stamos ya bajando a General Roca”.
Desde un hotel de la capital pampeana, Claudio Gabis atiende el llamado de Diario RÍO NEGRO. Está en plena gira por el país, acompañado el versátil y muy talentoso bajista roquense Gustavo Giannini, el baterista Julián Cabaza y el también guitarrista Burrito Sandoval. Un cuarteto de lujo con músicos de acá que tienen la extraña virtud, musical y sobre todo humana, de acompañar a las glorias del rock nacional por las rutas argentinas. Esta vez le tocó a Gabis.
Hace casi cincuenta años que el guitarrista, porteño del barrio de Caballito, vive fuera de la Argentina: hace 36 que reside en Madrid y antes pasó otros 13 en Brasil. Y antes de todo eso, sentó las bases de cómo había que tocar la guitarra en este país.
“En Argentina yo soy alguien”, dice Gabis, cuando explica por qué hace quince años que le dedica un par de meses a girar por el país, siendo el músico que es y teniendo la edad que tiene. El hombre es nacido en marzo del 49, saquen la cuenta.
«Lo primero de todo es reconocer que mi territorio, el lugar donde yo existo como artista, como personalidad, es la Argentina. Es decir, yo llevo 36 años en España, antes 13 años en Brasil. En España soy conocido, reconocido, pero no tengo una dimensión destacada dentro del desarrollo de lo que fue la música española, digamos, popular. En cambio, en la Argentina yo soy alguien. Entonces, mi territorio para poder hacer algo, como estoy haciendo, una gran gira como esta, es aquí. Esta es la gira número once que hago. Desde el punto de vista personal y profesional, es la mejor experiencia que yo he tenido en mi vida con la música”.
Claudio Gabis, quien luego de la prematura disolución de Manal pasó a La Pesada, empezó en 2009 con estas giras. Dice él que “tímidamente” después de haber hecho, en 2007, un concierto en la Casa Rosada, que fue como una reinserción en el ambiente musical argentino, reconoce el músico.
«Todas estas giras me han permitido conocer el país, conocer a la gente, específicamente a los músicos de todo el país, y disfrutar de lo que es un territorio sorprendente, sorprendentemente diverso, sorprendentemente rico, y tocar para todo tipo de público. Y luego un enriquecimiento con los músicos. Hay músicos extraordinarios a lo largo y ancho del país, como Gustavo Giannini, por ejemplo”, destaca.

«Así que estas giras para mí son, en sí mismas, más allá del aspecto económico, que, por supuesto tiene importancia, son un premio para mí. Y que a mi edad yo pueda seguir haciéndolas, es un regalo también”. Por si acaso no hicieron la cuenta antes, el hombre tiene 76 años.
“Es una suerte que yo todavía tenga ganas, energía y salud para poder estar haciendo un esfuerzo grande, que es tocar, al día siguiente viajar, volver a tocar, y así sucesivamente. Y bueno, estoy muy contento”.
P: Cuando decidís volver para hacer estas giras, ¿cómo armás las listas? Imagino, por supuesto, los clásicos y demás, pero ¿cómo empezás a pensar los shows teniendo la trayectoria que tenés, sabiendo que vas a lugares del país que aun así, después de tantos años, te pueden ver por primera vez?
R: Estoy haciendo un repertorio, una lista, que tiene un guion. Yo hablo mucho en los shows, cuento la historia de los temas, hablo de los personajes que los gestaron, o que intervinieron de alguna manera en el nacimiento de esos temas.
Hablo de Javier Martínez, hablo de Lito Nebbia, hablo de Alejandro Medina, hablo de Pappo, gente cercana a mí durante aquella época. Antiguamente tenía una tendencia a destruir mitos, pero después descubrí que es inútil destruir un mito si uno no tiene una sustitución para ese mito (risas)
Ese guión y ese repertorio van dirigidos canales. Uno es el canal de la gente de mi generación o de generaciones cercanas, ya sean anteriores o posteriores, para los cuales el show es una especie de revival, un retorno a la juventud y al momento que vivimos en la década de 60 y 70, que fue muy brillante.

Pero va dirigido también a los chicos, porque ahora se me ha bifurcado. Hay muchas canas y peladas, y después hay muchas melenas y rostros adolescentes, y aún niños, mirá lo que te digo, ávidos de que les cuente y yo me siento con ganas y casi en obligación de transmitirles la inquietud que teníamos en aquella época, que era cambiar el mundo. Y los chicos lo reciben con mucha pasión, me gusta mucho. Y está bien eso, porque son cosas que a veces parece que no hubieran sido ciertas inclusive, volviendo un poco entre lo que fue y lo que el tiempo va construyendo de forma mitológica. Ahora, es la versión Gabis, manipulada por Gabis, por supuesto (risas)
P: Bueno, pero con la autoridad del que estuvo ahí, no sos un cronista, sos un protagonista de lo que contás.
R: Sí, y trato, además, en algunos casos muy especialmente, de mantener un respeto inclusive con figuras con las cuales tuve conflicto, y no voy a mencionarla. Trato de mantener el respeto, algunos, la mayoría se han ido, entonces yo creo que tengo que hablar de la parte positiva de esa gente, sobre todo de mis compañeros de ruta, más allá de los conflictos, hablo del talento de la gente, de esa gente, hablo de las circunstancias de la época, y también, con mucho cuidado, para no meterme en el terreno, digamos, espinoso de la política, pero trato de contar las circunstancias que sucedían en el país, cómo estaba el país, cómo de repente cierto tipo de música, ciertos temas, ciertas actitudes estaban condicionadas por los regímenes que había en la época, por las circunstancias.
Me funcionan muy bien, y me funcionan muy bien, en primer lugar, a mí, es decir, yo siento necesidad de contar esas cosas, siento necesidad de situar un cierto tipo de música, un cierto sentido de las letras, y una actitud general que tenía estética e ideológicamente lo que hacíamos, de situarnos en el momento en que vivíamos, en la Argentina y en el mundo, entonces yo necesito eso, y funciona bien con la gente… creo que me he convertido en un pequeño contador de cuentos. (risas)

P: ¿Cómo conociste a Gustavo Giannini?
R: En 2012 yo hice la primera gira con muchas fechas. Digamos, consistente y larga. Y esa fue la primera vez que vine a La Patagonia a tocar. Hasta entonces, conocía Bariloche y nada más. Y a General Roca me trajo Giannini, yo no lo conocía.
Con Giannini actué en Roca aquella vez. Tocó dos notas y me caí de culo. ¿Y este es donde salió? Y mi mujer, que estaba conmigo, me dijo ojo con ese bajista, tenés que tenerlo en cuenta, tenés que ficharlo.
Al poco tiempo, tuve un concierto muy grande en Avellaneda. Se llamó Avellaneda Blues, con la Sinfónica de Avellaneda. Diez mil personas asistiendo. Veinte invitados, entre los que estaban, por ejemplo, Claudia Puyó, León Gieco, Ricardo Tapia, etc. Y no tenía bajista. Tenía invitado a Alejandro Medina, mi compañero en Manal, pero me invitaba para tocar dos o tres temas. Y entonces mi mujer me recordó: ¿te acordás de Gustavo, el de Fiske Menuco? Y le dije, sí, sí, una bestia. Le dije, Llámelo, llámelo a él. Y lo llamé. Y digamos que ese fue el toque definitivo para que se consolidara nuestra relación y para que yo me diera cuenta de que cuando vengo a la Argentina, quiero tocar con él.
P: A partir de la aparición de los tres clasicos de Manal en El Eternauta y de cómo se amplificó todo alrededor de eso, ¿sentís que pasó algo distinto con la música de Manal a partir de eso, crees que se empezó a escuchar más Manal, que volvió a tener una presencia distinta a la que ya por ahí tenía?
R: Sí, pasó. Te diré, no de una manera exagerada, no de una manera quizás como yo esperaba. Yo esperaba mayor efervescencia, por calificarla de alguna manera.
Pero sí, y no solamente se han aumentado las reproducciones de esos temas, sino que tocar Jugo de Tomate ha cambiado totalmente de significado, porque el Jugo de Tomate Javier Martínez la compuso como una crónica irónica de las cualidades que debe tener un tipo para ser un cretino.
Y resulta que ahora con El Eternauta, lo que ha cobrado una vigencia y un significado particular es el estribillo. Es decir, lo más importante de Jugo de Tomate es su mensaje de resistencia. Sangre fría, o sea, Jugo de Tomate en las venas deberás tener. Y en la serie hay que tenerla porque van al choque. Van a la pelea.
Escena de El Eternauta
Y entonces esa canción ha cambiado totalmente de… una sumamente inversión térmica. Claro, claro. Del mensaje ideológico de las estrofas, se pasó a darle un significado al estribillo y que, bueno, en la actualidad tiene sentido, y en todas las épocas tiene sentido, que es la de, si te están haciendo mal, si no te gusta lo que te pasa, o si vas a tener que luchar, vas a deber tener sangre fría.
Y quiero aclarar una cosa, es un orgullo permanente y es un homenaje, claro, a la creatividad de Javier Martínez, porque tiene cuatro temas metidos ahí, los tres temas de Manal, y Salgan al Sol. Gran compositor, gran poeta, gran músico, que lamentablemente se nos fue hace un año y que hubiera disfrutado muchísimo de esto. Yo como un Manal, lo estoy disfrutando
Claudio Gabis 4teto se presenta este viernes, a las 21, en Nené (San Martín 672, Bariloche). Entradas en venta a través boletera.com.ar. Y mañana sábado en Estación de Cerveza (Roca y Onelli, El Bolsón). Lo acompañan Gustavo Giannini en bajo, Julián Cabaza en batería y Burrito Sandoval en guitarra.