Mauricio Claver-Carone, una de las figuras más críticas del gobierno argentino dentro del entorno de Donald Trump, dejará en las próximas semanas su cargo como enviado especial del Departamento de Estado para América Latina. Su salida surge como un alivio para la Casa Rosada, que mantuvo una relación tensa con el abogado estadounidense desde el inicio de la gestión republicana.
Claver-Carone tiene previsto abandonar el gobierno a fines de este mes para volver a codirigir LARA Fund, una empresa de capital privado con sede en Miami, según informó la agencia Bloomberg. Su salida obedece a que, en su carácter de «empleado especial del gobierno», no puede ejercer sus funciones por más de 130 días sin la confirmación del Senado, un límite que alcanzaría a fines de mayo.
La salida del ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ocurre apenas meses después de que Donald Trump lo nombrara como su enviado especial para América Latina, destacando su perfil de «halcón» y su postura dura frente a gobiernos que no se alinean con la visión geopolítica de Washington. «Mauricio conoce la región y sabe cómo poner los intereses de Estados Unidos en primer lugar«, había dicho Trump en diciembre del año pasado tras anunciar su designación.
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La noticia que llegó desde Washington este viernes fue interpretada como una buena noticia para el gobierno argentino. Desde su llegada a la administración estadounidense, Claver-Carone había mantenido un trato ríspido con funcionarios clave del actual gabinete, como Guillermo Francos y Luis Caputo, a quienes acusó públicamente de representar lo peor de la política tradicional argentina.
Las tensiones entre Claver-Carone y la Casa Rosada: “Son más de lo mismo”
Las fricciones entre Mauricio Claver-Carone y el gobierno argentino no son nuevas. Como ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y exfuncionario del primer gobierno de Trump, Claver-Carone arrastra un historial de choques con distintos referentes del oficialismo, en especial con Guillermo Francos, actual jefe de Gabinete, y con el ministro de Economía, Luis Caputo. Sin embargo, también hizo públicos sus cuestionamientos al presidente Javier Milei.
En agosto del año pasado, el asesor de Trump dijo que Milei estaba gobernando con “políticas peronistas” y disparó contra Luis Caputo, asegurando que era “más de lo mismo”. “Lo que estamos viendo es un equipo que básicamente está trabajando a nivel doméstico en políticas peronistas de reforzar el peso argentino, de seguir buscando maneras de gastar reservas para reforzar el peso en vez de ir por la liberalización de la que tanto habló Milei en las elecciones”, recriminó.
“Desafortunadamente, ha estado gobernando con políticas peronistas y personas de trayectoria peronista”, dijo el abogado. “Milei en el exterior habla extraordinario, en las conferencias internacionales habla como un verdadero liberal ortodoxo, pero domésticamente tiene un equipo que está gobernando como peronistas”, añadió, reservando la artillería pesada contra Guillermo Francos, asegurando que “representa lo peor de la casta política argentina”.
Los enfrentamientos entre Claver-Carone y Francos provienen de cuando éste era representante argentino ante el BID. Desde esa época, los vínculos quedaron fracturados. El estadounidense acusó a Francos de haber impulsado su destitución del organismo en 2022 tras la denuncia por su relación íntima con su jefa de gabinete, Jessica Bedoya, a quien había beneficiado con ascensos.
«Claver fue un desastre por varios motivos«, dijo Francos en 2022. «Por haber tenido una relación impropia, por haber incrementado el salario a esta relación impropia de una manera desproporcionada, por haber mentido y por esos manejos arbitrarios y autoritarios que lo mostraron como un verdadero matón«. Claver-Carone, por su parte, no se quedó atrás: llamó a Francos “hipócrita”, “mentiroso” y hasta lo acusó de haber sido “más kirchnerista que Cristina”.
Argentina, China y el gran negocio que EE.UU. quiere desmantelar
Además, los cuestionamientos a Caputo también tienen un historial. Durante la presidencia de Trump en 2018, Claver-Carone promovió que el FMI aprobara el mayor préstamo de su historia: US$ 57.000 millones para la Argentina. Sin embargo, su malestar por el desenlace del programa y su crítica al entonces y ahora ministro de Economía, también quedaron registradas. “El programa más grande del Fondo lo empujamos para la Argentina. Que se haya manejado mal y les haya costado una elección es otra cuestión”, dijo en 2020.
Otro punto de conflicto fue la reciente insistencia del funcionario estadounidense para que el gobierno argentino rompiera su vínculo financiero con China. «Lo que queremos asegurarnos es que ningún acuerdo al que se llegue con el Fondo Monetario termine prolongando esa línea de crédito o ese swap que tienen con China», declaró el abogado estadounidense a comienzos de abril. Pero pocos días después, el país amplió su acuerdo con el gigante asiático.
Desde la Casa Rosada, nunca hubo respuesta directa a sus ataques, una decisión que obedeció, en parte, al mayor interés del Gobierno en fortalecer el diálogo con figuras más relevantes de la administración Trump, como Marco Rubio, actual secretario de Estado. En contraste con Claver-Carone, Rubio mantuvo una posición más dialoguista con Argentina y fue uno de los artífices del reciente operativo diplomático en Venezuela, que involucró a la residencia argentina en Caracas.
RV / Gi
