
Barcelona
Con el desierto de Indio, California, como telón de fondo y un cartel de artistas que se supera año tras año, el festival de Coachella se ha convertido en un fenómeno social donde se experimentan, validan y viralizan las tendencias de moda que marcarán el resto del año. Más allá de los escenarios y los cabezas de cartel, lo que sucede en los camerinos y a pie de escenario es una muestra de una creatividad sin límites. Prácticamente un total de 170 conciertos, y más de 120.000 asistentes durante un total de dos fines de semanas dan como resultado un sinfín de looks de todo tipo: desde el regreso del estilo Y2K hasta la irrupción del western urbano, también llamado ‘cowboycore’.
La influencia de principios de los años 2000 es más que evidente con prendas de tiro bajo, tops brillantes y accesorios llamativos. Lo hemos visto encima del escenario con la artista Charli XCX, su inconfundible espíritu Y2K y sus clásicos del armario dosmilero: micro pantalones de tiro bajo, tops con brillos y gafas de estética futurista. Un estilo al que ella llama ser una “Brat”, un concepto que surgió en su último álbum y que representa una actitud de autenticidad sin disculpas y una expresión sin filtros. Un concepto que ha evolucionado más allá de la música para convertirse en un movimiento cultural que abraza una estética rebelde que desafía las normas tradicionales.

Charli xcx y Julia Fox en el festival Coachella 2025
Getty Images for Prime Video
El Coachella se ha convertido en un fenómeno donde se validan y viralizan las tendencias de moda
Uno de los momentos más virales del fin de semana fue el look de la cantante Tyla, quien rindió homenaje a Britney Spears con un conjunto formado por un sujetador verde, unos vaqueros cortos con flecos y unas cadenas metálicas cayendo por su torso. Un estilismo que trajo de vuelta el aura de los MTV VMAs de 2001 pero con una reinterpretación contemporánea. Una fusión entre pasado y presente que no es casual y responde a esa necesidad de reinterpretar iconos intergeneracionales pero con una mirada más inclusiva y adaptada a estos tiempos.

Tyla durante su performance en el Coachella 2025
Amy Harris / Ap-LaPresse
El estilo de Lisa -integrante del grupo surcoreano Blackpink- en Coachella representa un ejemplo claro y poderoso de cómo una figura pop puede traer de vuelta y reinterpretar la cultura pop desde una mirada moderna y sofisticada. La artista combinó influencias del K-pop, el streetwear asiático, el lujo europeo y la estética festivalera estadounidense en todos los estilismos que lució dentro y fuera del escenario.

Uno de los looks de Lisa durante sus actuaciones en Coachella 2025
Getty Images for Coachella
Paris Hilton, dj e icono de los 2000, es una de las celebridades que nunca pasa desapercibida en el Coachella. Sus estilismos siempre son memorables, y para su llegada al festival optó por un vestido vaporoso en tonos azules y rosas de Blumarine que incorporaba un corsé de Apatico y lo remataba con unas botas altas de Givenchy.

Paris Hilton con un vestido vaporoso de estilo bohemio con toque de fantasía en Coachella 2025
De un icono de moda a otro, Hailey Bieber reafirmó su estatus al presentar una serie de looks que fusionaron minimalismo, nostalgia y una estética pulida. Uno de los estilismos que más triunfó resultó ser un minivestido negro lencero de tirantes halter, que combinó con sandalias de tacón bajo y gafas de sol estrechas. Para otro look, lució un chaleco de cuero vintage con escote profundo de Mugler en tono rojo, combinado con pantalones negros y zapatillas deportivas.

El vestido lencero de Hailey Bieber para el Coachella
Del look dosmilero al estilo cowboy moderno de Benson Boone. El cantautor estadounidense consolidó su imagen como una de las figuras más influyentes del pop contemporáneo, no solo por su música sino también por su estilo western urbano. Una estética con la que combina elementos clásicos del oeste americano con un toque moderno y urbano; una fusión que resonó en el escenario y entre los asistentes al festival.
En el caso de Boone, su estilo se caracteriza por la incorporación de accesorios típicos del oeste como botas de vaqueros, cinturones con hebillas llamativas y sombreros de ala ancha. Complementos que combina con monos brillantes y extravagantes o conjuntos de dos piezas que reflejan una personalidad única y una fusión de elementos pop.

Benson Boone con uno de sus trajes de estilo western urbano
Kevin Mazur Photography