La decisin del presidente Javier Milei de mudar la Embajada argentina en Israel a Jerusaln gener respuestas inmediatas en el Congreso. Dos voces mendocinas, la de Julio Cobos y Adolfo Bermejo, tomaron protagonismo al presentar una iniciativa que busca que el Poder Ejecutivo d cuenta formalmente de los fundamentos y consecuencias de esa medida.
Los legisladores se valieron de un proyecto de resolucin para solicitar informacin precisa sobre una accin que, segn afirman, podra vulnerar tanto la legislacin argentina vigente como el principio de no intervencin diplomtica respaldado por organismos internacionales. La consulta gira en torno al alcance poltico de la decisin, su viabilidad prctica y el posible costo econmico e impacto internacional que implicara.
El planteo no se limita a una reaccin poltica: tambin pone sobre la mesa el peso de la Ley 14.025, que desde 1951 fija como sede diplomtica oficial la ciudad de Tel Aviv. Mover esa embajada, segn remarcan, no solo implica alterar una norma nacional, sino tambin apartarse de las recomendaciones de la Organizacin de las Naciones Unidas, que ha insistido en preservar el estatus especial de Jerusaln hasta que exista un consenso internacional.
• Argentina siempre promovi una solucin de dos Estados con fronteras seguras y el estatus especial de Jerusaln.
• Slo 4 pases tienen su embajada all.
• La ONU pide no hacerlo.
• La Ley 14.025 fija la sede en Tel Aviv.Las decisiones unilaterales no ayudan a la paz.
— Julio Cobos (@juliocobos) June 13, 2025
Argentina siempre promovi la paz en Medio Oriente desde una postura equilibrada, escribi Cobos en sus redes. Y aadi que solo cuatro pases —entre ellos Estados Unidos y Guatemala— tienen hoy sus embajadas en Jerusaln. Segn su visin, un paso en esa direccin rompera con la coherencia histrica de la diplomacia argentina y afectara su credibilidad externa.
La posicin que comparten ambos legisladores parte de una visin conocida pero ahora puesta en tensin: el respaldo a una solucin basada en dos Estados que puedan convivir con fronteras seguras y reconocimiento mutuo. En ese marco, las acciones unilaterales, subrayan, no solo resultan inoportunas, sino tambin contrarias al derecho internacional pblico y a los compromisos multilaterales asumidos por el pas.