“Mi vida hoy es bastante tranquila”. Con esta frase, Lía Salgado define su presente. En la tranquilidad de su piso del barrio porteño de Palermo, la legendaria conductora cuenta cómo transitó y sorteó la depresión, el problema que la atravesó durante veinte años, y busca dar un mensaje en base a su experiencia.
“He superado todo el tema de la depresión, aunque no es que se terminó. Cada tanto, cuando estoy sola, me agarra algún bajón a la noche o los fines de semana. Ahora ando mejor con esto de que estoy abocada a mi programa, en contacto con la producción y siguiendo todos los detalles. Y antes hubo bastante terapia psicológica”, explica en diálogo con Revista GENTE.

“Cuando estaba deprimida me la pasaba tirada en la cama. Ahora hago ejercicio, salgo, un poco de todo. Miro mucha tele y estoy pendiente del rating porque me da curiosidad. Por suerte cada vez voy recuperando más mi espíritu y alegría, cosas que había perdido. No estoy en todo mi esplendor, pero tengo fe de que va a cambiar”, dice.
-¿Qué causas te llevaron a ese cuadro de depresión?
-Básicamente cuestiones personales: mis primeros años de infancia no fueron buenos, a partir de una madre bastante difícil, un papá que trabajaba mucho. Él me amaba mucho, pero trabajaba todo el día, así que se me vino encima toda esa soledad de ser hija única. Eso me pesó mucho en la infancia, cuando se construye la personalidad. Yo tuve una vida normal de grande, pero la depresión me duró veinte años.
-¿Cómo fue el quiebre en el que lograste salir adelante?
-Yo fui a un médico para adelgazar -el doctor Velucio, que me parece uno de los mejores de Argentina-, llevándole un montón de papeles que explicaban mi depresión, que no podía caminar bien…, se me había juntado todo. Entonces este médico comenzó a leer los papeles y me dijo: «Mirá, no tenés los patitos en fila, no estás bien de la cabeza. Te voy a mandar a mi psiquiatra”. Yo ya había ido a 20 psiquiatras y no había logrado mejorar. Pero confié porque me dijo que este era excelente, y así fue. Me escuchó con todo su timing, me dio la medicación correcta y me hizo el tratamiento indicado. Tuvo la prudencia de ir llevándome muy de a poco, y en ese llevarme de a poco yo fui aprendiendo y también adquirí más sabiduría. Mi psiquiatra y la señora que venía acá a casa a ayudarme han sido quienes me sostuvieron en la pandemia. De ahí en adelante pude seguir este haciendo mi tratamiento. Todavía sigo medicada.

El nuevo comienzo de Lía Salgado
-¿Cómo ves la tele hoy?
-Lo que me parece que se extraña más que nada es la ficción. Los programas de entretenimiento o los formatos extranjeros enganchan a la gente. Yo consumo mucha tevé. ¿Viste que ahora que estamos charlando estoy viendo Intrusos?… Pero meto mucho zapping.
-Volviste a conducir de la mano de tu hijo, Santiago.
-Sí, es Licenciado en Periodismo y Ciencias de la Comunicación y también director de cine. Somos muy pegados en el tema familiar y ahora pudimos compartir esto. En el medio aprovecho y me veo con mi nieto que viene a dormir conmigo y me hace comentarios como «La abuela está rejuvenecida”. ¿De donde sacó esa palabra? Me da mucha risa.

-¿De qué trata tu programa, Un lugar seguro con Lía?
-Tiene el sello de Lía Salgado. La idea es hablar de temas que son tabú, y abordarlos en base a historias. En el primer programa lo tuvimos a Roberto Piazza. Es el ejemplo de superación más importante que yo conozco, por eso quise que lo comparta en el primer programa, que fue dedicado a él.
-¿Hace cuánto que no hacías un programa de tele en la conducción?
-Desde el 2004. 20 años. 20 años. Uno no se da cuenta del paso del tiempo.
-¿Por qué se llama Un lugar seguro…?
-Porque vos podés venir, entregarte, hablar de lo que sientas y no te voy a juzgar ni te voy a cuestionar. Por el contrario: si yo hago un programa es para ayudar a la gente. No sabés cuántas personas y periodistas me escribieron y me dijeron que estaban pasando por lo mismo que yo.
-¿Y qué les dijiste?
-Les recomiendo la terapia, hacer ejercicio, estar al sol, hacer higiene del sueño, un montón de cosas que vamos experimentando. Fue justamente una idea de mi hijo porque yo le dije que en el programa quería hablar de mi depresión. Deseaba que la gente sepa lo que se padece. Se pierde el sentido de la vida.

-¿En este proceso de transformación estás más abierta al amor?
–No, ni se me ocurre. Me costaría mucho empezar de vuelta a hablar sobre el tema.
Fotos: Cande Petech
Estilismo: Lucho Castelli Donnet @luchocastellidonnet
Make Up: Ernie Barrera @ernie_ba
Agradecemos a: @artemisatelier, @breeders_furs, @anafidalgo_oficial por los looks y a @blah.shoes por el calzado utilizado