A pocos días de su eliminación y luego de pasar casi un mes dentro de Gran Hermano, Catalina Gorostidi revela cómo fue entrar en un juego que ya estaba empezado. Con la experiencia de la temporada pasada, en la que fue eliminada dos veces, la ahora influencer se animó a vivir nuevamente 25 días que dieron bastante que hablar. Es por eso que, frontal como siempre, se anima a todas las preguntas de revista GENTE.
Al momento de posar para este medio, la médica pediatra pide arrancar la sesión con un top que lleva una inscripción en inglés y letras rojas, con la frase «My body not yours» (Mi cuerpo, no el tuyo). En ese sencillo acto responde a todos los que opinaron sobre su cuerpo en los últimos meses tras revelar públicamente que padece trastornos alimenticios desde que tiene 17 años.

«No hablemos mucho de él», advierte sobre Joel Ojeda, el joven que conoció el año pasado dentro de Gran Hermano y quien fue su pareja hasta los primeros días de enero de este año. Pero es imposible pasar por alto que mientras ella estuvo dentro de la casa, en esta tercera etapa, él habló con los medios sobre su relación y reveló detalles íntimos de su salud.
Además, le dedicó unas palabras a Juliana «Furia» Scaglione, su compañera y enemiga de la edición pasada, que en esta temporada, tras su ingreso, decidió abandonar la competencia.
La tercera es la vencida: cómo fue esta nueva etapa de Catalina Gorostidi dentro de «Gran Hermano»
—¿Cómo se vive haber entrado y haber sido eliminada tres veces?
—Con mucho orgullo. Entrar tres veces a la casa de Gran Hermano, que creo que hay miles de personas que sueñan con entrar una vez, y yo tuve la posibilidad de hacerlo tres veces. Además, entré dos veces más en el congelados. ¡Son cinco veces en total! Para mí es un orgullo que Telefe y Gran Hermano me hayan elegido esta tercera vuelta, sin voto del público, simplemente por cómo me vieron jugar el año pasado.
—¿Qué creés que vos das o generás para que te sigan eligiendo?
—Creo que brillo por mí misma. Hay gente que nace para brillar, y yo siento que soy una de esas. Tengo una personalidad entretenida para la gente. No soy paz y amor todo el tiempo: soy real, frontal. Y más allá de eso, también me considero una buena persona, sensible, que muestra una personalidad fuerte en la casa, que defiende a los suyos y que no le importa enfrentarse con quien sea para llegar a un fin. Me gusta generar tensión y que de ahí surjan nuevos conflictos, porque eso también es parte del juego.

—¿Esa tensión la generás porque creés que es mejor para el juego o porque te divierte a vos también?
—Un poco de ambas. Este Gran Hermano es muy diferente al del año pasado. Lo veo como una generación más de cristal: eran muy tranquilos, no había mucha acción. Y yo entro a revolucionar eso, a mostrarles que se puede jugar de otra manera. No entré a ganar el premio esta vez: entré a dar show, a levantar la casa que estaba dormida, a conocer a los chicos y a ver si la imagen que tenía de ellos desde afuera era la misma viviendo adentro.
—Entonces, tomaste esa posición para ser funcional al show. ¿Creés que eso te beneficia o te perjudica fuera del programa, en redes, por ejemplo?
—Podría haberme convenido jugar con los más queridos y hacerme la tranquila, pero sería hipócrita. Yo soy así, real. Me alío naturalmente con la gente que me divierte, que es frontal. Las personas demasiado tranquilas no van con mi estilo de vida. En la vida real también busco a los que me hacen reír y se juegan por los demás.
—¿Qué sensación te llevaste de esta nueva experiencia?
—Todo positivo. Obviamente, te agarra algún bajón porque estás aislado, pero lo disfruté muchísimo más que el año pasado. Me adapté a un grupo nuevo, formé vínculos, y me llevé amistades hermosas como Gabriela, que estaba muy apagada cuando llegué. Me siento renovada. Entrar me dio un shock de energía que no esperaba. Venía de un momento muy oscuro en mi vida.

Cómo quedó su relación con Joel Ojeda y que piensa de sus últimas declaraciones sobre su salud
—¿Ese momento oscuro que me decís tenía que ver con tu separación de Joel o con otras cosas?
—Fue todo un combo. Cuando me puse de novia, dejé de lado mis sueños en los medios, me encapsulé en la relación. Estuvimos de julio a enero. Mucho amor, pero también muchos choques. Sumado a mis problemas alimenticios de larga data, y a que no quería salir de mi casa. Gran Hermano fue una segunda oportunidad para mí.
—¿Ya convivían cuando terminó la relación?
—Sí. Después de la ruptura, cada uno siguió su camino y preferimos no tener contacto. No extraño nada. Ya no estoy enamorada. Lo que sentí en algún momento en la casa fue curiosidad por saber qué pasaba afuera, pero ya está. Le deseo lo mejor, pero cada uno por su lado.
—¿Te sorprendió que haya hablado de vos públicamente mientras estabas en la casa?
—Sí, no me lo esperaba. Me decepcionó que hablara de cuestiones íntimas y problemas de salud como mi trastorno alimenticio. Quizás fue desde el cariño, no para dañarme, pero me dolió. No quiero hablarlo ni recibir disculpas.

En primera persona: Catalina Gorostidi habla sobre su salud y revela cómo transita su rehabilitación
—Hoy en las fotos elegiste usar un top que dice «Mi cuerpo no es el tuyo». ¿Fue una decisión consciente, como una declaración?
—Sí, totalmente. Recibí mucho hate por mi aspecto físico, me decían cosas horribles porque estaba muy flaca y usaban la palabra anorexia como un insulto. No me interesa el hate de desconocidos, pero sí me impactó que en los medios se hablara tanto. Igual, me mantengo fuerte porque tengo contención de mi familia y amigos. Les mando un beso porque me ven desde su casa mientras yo triunfo.
—¿Te parece bien que sigamos hablando de este tema?
—Sí, no hay problema.
—¿Buscaste ayuda profesional?
—Sí, desde los 17 años lo tengo con recaídas que van y vienen. Ahora estoy en tratamiento con psicólogo y psiquiatra. Antes de entrar a la casa, me hicieron todos los estudios médicos y una reunión con producción en la que me dijeron que avisara cualquier cosa que necesitara. Además seguí con tratamiento psicológico adentro. Si necesitaba algo, como alimentos especiales, la producción me lo proveía.

—¿Tus compañeros te acompañaron en ese tema?
—Sí. Les sorprendió verme tan flaca, pero fueron súper amorosos. Gabriela, en especial, me apoyaba mucho, me incentivaba a comer. Estoy muy agradecida por haberla conocido.
—¿Ahora seguís con tu tratamiento?
—Sí, totalmente. Comí de todo en la casa sin culpa. Ahora sigo mi tratamiento. La producción también me acompaña. Estoy agradecida porque volví a ser yo.
—¿Sentís que tu paso por Gran Hermano ayudó en tu recuperación?
—Sí. Al contrario de lo que algunos pensaban, me revitalizó. Recuperé mi autoestima, mi felicidad. Mis amigos y mi mamá me dicen que volvieron a ver a la Cata de antes: alegre, divertida, auténtica. Mi familia estaba feliz. Siento que recuperé el brillo que había perdido. Estaba apagada y el haber vuelto a la casa me hizo ver que no puedo estar tirada una semana en la cama si no me pasa nada grave. Esto es una oportunidad.

Cómo vive hoy su pasado como médica pediatra y la fama
—Muchas personas te hatean por haber sido médica pediatra y ahora famosa…
—Nada me revienta más que hablen de mi carrera de medicina. Se meten con mi profesión por la que me rompí el lomo durante 9 años estudiando, era jefa de internación y le salvé la vida a miles de pacientes oncológicos pediátricos. Imaginate que le he tenido que decir en la cara a padres que se murieron sus hijos y viene gente a cuestionar mi carrera por haberle puesto comino a un brownie… Eso no lo permito.
—¿Qué queda de esa Cata pediatra?
—¡Sigue estando! Yo sé que en algún momento voy a retomar eso. Cada vez que voy a Santa Fe voy a visitar el hospital en el que trabajé. Me genera puro amor.
—¿Te imaginás volviendo a trabajar en el hospital?
—No sé si en Santa Fe. Puede ser en Buenos Aires porque ya tengo mi vida acá. Está el prejuicio de por qué estudié tanto y empecé en Gran Hermano. Me encantó y lo haría de vuelta. Yo trabajé atendiendo puras urgencias por eso no tienen ni idea de todo lo que viví. Mis pacientes eran muy chiquitos y hoy me reconocen en la tele. No me lo sacan nadie.

—Entonces, ¿cómo reconectarías con la profesión?
—Me gustaría hacer una guardia en internación con pacientes críticos. Todavía no es el momento, pero me gustaría intercalar el trabajo con los medios hacer guardias. Si en algo no soy humilde es que sé que soy una excelente médica pediatra. Soy muy insegura de mi misma, pero en eso estoy segurísima.
—Si hicieras eso podrías mantener tus dos pasiones…
—Sí. Igual te digo una cosa porque muchos me dicen que yo grito y peleo, pero esa misma Cata era la que se peleaba con la dirección del hospital porque no le parecía cómo se estaba tratando a un paciente que vivía en un hogar. Me he clavado en la Secretaría de la Niñez y no me movía de ahí hasta que no le encontraran un hogar al nene que tenía internado. La Cata combativa que ven en Gran Hermano también estaba en el hospital para hacer el bien.
Cómo está su relación con Juliana «Furia» Scaglione
En la temporada anterior de Gran Hermano, Catalina y Juliana «Furia» Scaglione fueron grandes amigas durante bastante tiempo. Luego, entre ambas se desató una enemistad que dura hasta el día de hoy. Es por eso que responde cómo está este tirante vínculo entre ambas.

—¿Te quedó algún rencor con Furia?
—¡No! No le guardo ningún rencor a Furia. De mi parte está todo bien, pero de su parte me parece que no. Sigo viendo que publica algunas cosas en contra mío y se ríe. Creo que quedó bastante dolidita de que ella se fue por la puerta giratoria porque no se pudo aguantar una casa que a mí me abrió los brazos. Yo me fui por la puerta grande.
—¿Tuvieron algún rencuentro durante este año?
—No y no me interesa. Sí compartiría una mesa de laburo con ella. Yo le deseo el trabajo a todos. Yo no creo que ella acepte trabajar algún día conmigo. Igual, es un problema de ella. Le deseo lo mejor y que triunfe.
Fotos: Diego García.