Comer un par de rodajas de pan tostado se volvió una costumbre tanto en el desayuno como la merienda, muchas veces con la idea de cuidar la salud. Sin embargo, pocos tienen en cuenta la diferencia entre la tostada comprada y «casera», y principalmente su efecto en el colesterol y la presión arterial.
En caso de tostar el pan en casa, es posible conseguir que tenga un menor índice glucémico, lo que hace que la glucosa se propague más lentamente por la sangre evitando picos de glucemia.
¡Pero ojo! ¿Quién no suele distraerse y dejarla el pan más tiempo en la tostadora y acabar prácticamente quemándolo, algo que especialistas advierten que tampoco sería demasiado saludable.
Sucede que consumir alimentos quemados podría causar problemas de salud a largo plazo, más allá del sabor particular o cierta característica.
Es por ello que muchas personas optan por directamente comprar tostadas, sin saber que debería ser algo ocasional y por sus posibles efectos.
Elegir el pan que más beneficios pueda aportar a nuestra salud no siempre es la opción práctica de conseguir, está más que claro.
Sucede justamente con el pan tostado, una alternativa que ahorra el proceso de tener que tostarlo por nuestra cuenta, pero que puede no ser la más saludable, señalan desde Quirón Salud Spanish Medical Care.
Se sabe que el proceso de tostado y desecado cambia la textura del pan, haciendo crujiente en lugar de esponjoso, basado en una reducción en la cantidad de agua que contiene que hace que sus nutrientes estén más concentrados, especifican.
Por caso, explican en Salud de 20Minutos, ante el mismo peso de un pan fresco y uno tostado, este último tendrá más calorías, pero el pan tostado también tiene más azúcares, conservantes y grasa, también una mayor cantidad de sal.
Un señal inequívoca de atención para aquellas personas con enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, o del tipo renales.
Sin embargo no todo es negativo, porque tanto el pan fresco como el tostado pueden ser beneficiosos para mantener el colesterol bajo.
¿Pan tostado hecho en casa o comprado?Así, coinciden los médicos y nutricionistas, si se compra hay que revisar con cuidado las etiquetas de los productos para saber con exactitud lo que comemos, pero también saber que mejor es su consumo de manera ocasional.
Conclusión: lo ideal es comprar pan fresco y tostarlo con moderación antes de su consumo.
Cuál es el pan más saludable
Entre la amplia variedad de tipos de pan existentes, todos ellos tienen sus pros y sus contras.
Según Jamie Gnau, instructora clínica de ciencias biomédicas en la Universidad Estatal de Missouri (EE.UU.) en una entrevista para Business Insider, el pan más saludable es el pan integral, así como aquellos que contengan harinas poco refinadas.
Se trata de un pan que es rico en fibra, proteínas, vitaminas, como las del complejo B, y minerales, como el potasio o el magnesio.
El pan integral es el más saludable. Foto Shutterstock.Aunque por tratarse de un pan que contiene carbohidratos, no provoca picos de azúcar en sangre.
«La fibra del pan integral reduce la absorción del colesterol», indican los expertos de Saber Vivir, que aconsejan evitar el pan blanco por su elevado índice glucémico. También se puede elegir pan de centeno, pan de avena o pan de lino.
