Cómo las nuevas tecnologías afectan el amor y la amistad según José Abadi

En una época marcada por el individualismo, la desconexión emocional y el auge del narcisismo, José Abadi, junto a Patricia Faur y Bárbara Abadi, invitan a reflexionar sobre el papel fundamental del amor, la amistad y la empatía en El amor en tiempos de odio (Grijalbo). Este libro aborda cómo las relaciones humanas pueden ser reparadas y fortalecidas en un contexto donde la soledad y la hiperproductividad parecen imponerse. Desde el registro del otro hasta el desafío de redescubrir el placer en el vínculo, los autores plantean un camino para reconstruir la trama afectiva que sostiene la humanidad.

La obra no solo se enfoca en los vínculos románticos, sino también en el impacto de las tecnologías modernas, las dinámicas de la amistad y la importancia de la empatía como herramientas esenciales para el encuentro auténtico con los demás. En esta entrevista con Clarín, José Abadi comparte reflexiones clave sobre cómo la sociedad actual puede superar el aislamiento emocional, y cómo el amor –en todas sus formas– sigue siendo la esencia vital que nos conecta con los demás y nos ancla al mundo.

–¿Podremos hacer frente al desafío de reparar la trama de vínculos afectivos sin la cual la humanidad se vuelve imposible?

–Sí, se puede reparar la trama de vínculos que esté débil en este momento. Una de las claves es el registro del otro, el ejercicio de reconocer al otro y amar al mundo en el cual estamos insertos. La ocupación, el registro, el cuidado, la atención en la vida en términos de relación y no sólo la conexión, es una de las claves.

–El amor no es una mercancía, ¿cómo hacemos para que no se transforme en eso?

–El amor es una vivencia, es algo que no es pasible de ser comercializado ni intercambiable, no es un te doy y me das; es un sentimiento que tiene que ver con el ejercicio de la capacidad de dar, de la felicidad que produce poder brindar al otro algo, que le hace bien al otro y nos muestra que no somos prescindibles. El amor no está en función de un resultado útil en términos de cosa material posterior sino en función del enriquecimiento de ese vínculo primordial del encuentro con el otro.

José Abadi. Foto: Fernando de la Orden.

–¿Las nuevas tecnologías afectan nuestros vínculos amorosos? ¿De qué manera?

–Si hay algo que tiene que ver con la relación humana es la presencia. Si la tecnología pretende sustituir el encuentro a través de una distancia impuesta por una palabra tecnificada, el puente relacional se ve disminuido. Compartir el encuentro exige un diálogo y el diálogo implica la escucha y la presencia.

–¿Por qué nos sostiene tanto la amistad?

–La amistad es una relación fundamental para lo que es no solamente el equilibrio y la salud psíquica individual sino para la construcción de una trama grupal, de una trama social. Es la presencia de ese hermano elegido, entrecomillas, que puede, desde la sinceridad que brinda el amor y el interés en un vínculo, decir una verdad aunque pueda doler porque es una verdad destinada a curar, a reparar, a marcarle algo que no está en un determinado momento donde debiera estar. La amistad nos hace sentir acompañados, juntos y es lo que nos permite enfrentar adversidades. La amistad cívica es lo que construye comunidad, es la relación en la cual el grupo se sostiene en la confianza, la norma, la posibilidad de tener un proyecto porque la confianza permite el desafío de lanzarse hacia adelante.

–¿Usar el placer como una obligación produce deserotización?

–El placer surge de la capacidad de disfrutar del deseo cumplido, no es cierto que porque alcanzo un deseo queda neutralizado y estoy esperando algo que me falta y es lo que viene después. La capacidad de poder disfrutar del deseo alcanzado tiene mucho que ver con el placer y permite el ejercicio de sensaciones y de imaginación y de intimidad que son muy gratificantes y muy fortalecedores. No debe ser vivido como una sobre exigencia ni obligación sino que es el auténtico encuentro con aquello que anhelamos.

–¿Es la falta de empatía afectiva un mal de época?

–La empatía es la identificación con el otro sin invasión del otro, sin ocuparlo ni alienarlo, compartiendo, sin ser él, lo que está viviendo. La empatía habilita y está íntimamente ligada a la compasión pero también es la capacidad de disfrutar con el otro sus logros y sus méritos. La empatía y la compasión son esenciales en el encuentro entre dos personas y necesita esa cercanía y esa intimidad de a dos, no puede nacer en las relaciones por wasap sino en la presencia.

José Abadi. Foto: Fernando de la Orden.

–¿Vivimos en uno de los periodos sociales más narcisistas de todos los tiempos?

–El narcisismo es lo que más afecta la relación con el otro porque impide la relación. Las personas narcisistas tienen formas más superficiales de contacto, es como un blindaje, un acorazamiento donde hay una impermeabilidad que me impide alojarme en el otro y alojar al otro en mí. El narcisismo no es una forma de amor a uno, es el no amor, es la captura en la apariencia que impide la profundidad en la relación. El narcisisimo y el aislamiento producen además un nivel de soledad que angustia y muchas veces esa angustia se transforma en pesimismo que lleva a la depresión pero muchas veces también en violencia que lleva a situaciones destructivas y que tiene consecuencias sumamente penosas. En este momento de esta sociedad posmoderna, es la relación narcisista uno de los puntos donde parece estar todo tan centrado en la hiper productividad, en la velocidad que en realidad es vértigo y en un sentimiento permanente que nada alcanza porque el tener ha sustituido al ser. Entonces el trabajo terapéutico debe centrarse mucho en abrir ese acorazamiento que genera el narcisismo para incorporar la relación con el otro. El amor se aprende y se enseña siendo amado y amando: es la forma más esencial de la transmisión y del ejercicio del amor.

José Abadi básico

El amor en tiempos de odio, de José Abadi, Patricia Faur y Bárbara Abadi. (Grijalbo).