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lunes, noviembre 10, 2025

Cómo lograr una galería perfecta para disfrutar en el verano de la Patagonia

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La elección del tipo de techo es clave en estos espacios semicubiertos.

Mientras el norte de la Patagonia atraviesa la primavera y el verano aparece en el horizonte, nada mejor que poner el foco en las galerías, esos espacios de encuentro que perduran de generación en generación, cada vez con más herramientas para hacerlos más confortables, pero con el espíritu de siempre. Aquellos habitantes del Alto Valle que planean sumar una o bien planificarla desde cero en el caso de arrancar con la construcción de una vivienda, deben tomar en cuenta varios factores antes de encarar la obra. ¿Cuál debe ser la orientación de la galería? ¿Cuál es el estilo elegido? ¿Permitir el paso del agua y la luz solar, techos traslúcidos o cerrados y opacos? ¿Qué variantes de materiales hay para las pérgolas? ¿Cuánto cuesta construir una? Aquí, el panorama y las respuestas que aportan dos arquitectos de la región. En las próximas ediciones, otros estudios compartirán detalles específicos de la cordillera y la costa.


Espacios de transición entre el interior y el exterior

Las galerías en la arquitectura residencial son espacios semicubiertos que actúan como transición entre el interior y el exterior de una vivienda, como describe la arquitecta neuquina Martina Lasala, con experiencia en varias obras en la capital provincial y zona de influencia.

“Conectan ambientes y amplían las posibilidades de uso de la casa, adaptándose a las diferentes estaciones del año. Su diseño y materialización definen tanto el carácter del espacio como la manera en que será utilizado”, explica.

“Existen distintos tipos de galerías según el grado de protección que ofrecen frente al sol, la lluvia y el viento”, agrega.


Galerías semicubiertas permeables

Son aquellas que permiten el paso del agua y filtran la luz solar. Un ejemplo típico es la pérgola que sostiene vegetación caduca: durante la primavera y el verano, el follaje denso brinda sombra y protege del sol intenso; mientras que en otoño e invierno, al perder las hojas, deja pasar la luz, iluminando tanto la propia pérgola como el interior de la vivienda, dice la arquitecta Lasala.

Ampliación de una vivienda en Neuquén. En este caso, armaron una galería traslúcida con una red de camuflaje por debajo para tamizar el ingreso de sol en verano. Está orientada al sur y la hicieron con policarbonato para no perder la iluminación natural en la cocina y comedor interior. Tiene ventilador de techo, parrilla, bacha y en el mueble está el lavarropas, con un pequeño espacio de ´lavadero’. «A esta galería le colocamos piso radiante con termostato independiente, y tiene toldos negros con ventanas que se bajan en todo el largo para poder utilizar en invierno», describe la arquitecta Martina Lasala.

La galería desde el ángulo opuesto.

“Este tipo de cobertura también puede lograrse con otros materiales o elementos como redes de camuflaje, listones de madera o PVC, lonas, entre otros. Las opciones en el mercado son muy amplias, por lo que lo importante es definir con claridad el uso que se le dará al espacio para elegir la solución más adecuada a las necesidades de la familia”, continúa.


Galerías semicubiertas opacas o techadas

En esta ampliación de una vivienda, el ejemplo de un tipo de galería en Neuquén, un espacio semicubierto opaco, orientación norte y horno, parrilla y bacha. Se puede cerrar con toldos para ser utilizada con calefacción en invierno.

Son las que no permiten el paso ni de la luz ni del agua. Pueden tener techo de losa o de chapa, y el cielorraso admite múltiples terminaciones, según la estética general de la vivienda, señala la arquitecta Lasala.

Este tipo de galerías se ubican preferentemente hacia el norte, noreste o noroeste -y sus variantes-, donde el sol incide con mayor intensidad en primavera y verano.

En estas orientaciones, un techo horizontal resulta muy eficiente para bloquear los rayos solares directos.
“En regiones como Neuquén y toda la zona del Alto Valle, donde los veranos son muy calurosos y los inviernos fríos, es común cerrar estas galerías con sistemas que permitan conformar un ambiente calefaccionado en invierno y completamente abierto en verano, aprovechando las brisas nocturnas”, detalla la arquitecta.

Y agrega: “Un detalle muy funcional en este tipo de galerías -tanto en las cubiertas opacas como en las traslúcidas- es la incorporación de ventiladores de techo. En los meses cálidos, favorecen la circulación del aire, mantienen el espacio fresco y ventilado, y además ayudan a ahuyentar insectos como las moscas, mejorando notablemente el confort del ambiente”.


Galerías con cubiertas traslúcidas

Una solución intermedia entre los dos tipos anteriores son las cubiertas de policarbonato transparente o traslúcido. Estas protegen del agua de lluvia, pero permiten el paso de la luz solar. Para controlar la radiación, se pueden incorporar elementos tamizadores por debajo -como listones de madera o PVC, cañas-, entre otros.

En este proyecto armado desde cero en el Alto Valle la propuesta fue una galería opaca al norte, con la parrilla y una pequeña mesada. Materializada con una losa de hormigón, tiene un hueco para permitir que en invierno el sol ingrese por allí, describe la arquitecta Lasala. Un muro de piedra que va desde el interior al exterior, a través del gran ventanal de piso a techo genera que esa relación interior exterior esté más definida.

Sin embargo, en zonas de alta radiación como gran parte del norte de la Patagonia, debe prestarse especial atención al sobrecalentamiento que puede generarse bajo estas cubiertas. Por ello, se recomienda emplearlas en galerías orientadas al sur o en sectores donde el ingreso solar esté parcialmente controlado por el entorno.

“Son especialmente útiles cuando se desea techar un espacio sin perder la iluminación natural de los ambientes interiores, algo fundamental durante los meses de otoño e invierno”, asegura la arquitecta neuquina.


El costo estimado de una galería

“El precio de construcción de una galería varía significativamente según el tipo elegido, la complejidad del diseño y los materiales utilizados”, dice la arquitecta Lasala. Como referencia general, considera que puede estimarse en aproximadamente un 50 % del valor por metro cuadrado de construcción tradicional, que actualmente se encuentra entre 1.200 y 1.500 dólares por m2.

Claro que todo dependerá del proyecto. “Es importante remarcar que no representa el mismo costo una pérgola liviana -resuelta con estructura metálica o de madera y cubiertas simples- que un semicubierto con techo de losa, cielorraso de madera o PVC y terminaciones de categoría, cuyo valor puede acercarse o incluso equipararse al de una construcción convencional”, dice la arquitecta. Por ello, la estimación debe ajustarse siempre al tipo de galería y al nivel de terminaciones en cada proyecto”, señala Martina.

Detalles de iluminación que realzan el espacio semocubierto.

Como conclusión, la arquitecta señala que las posibilidades para diseñar estos espacios son innumerables. Lo esencial es definir el objetivo del ambiente, su uso estacional y la orientación más conveniente. Un diseño adecuado permite crear lugares que amplían la vida cotidiana del hogar, favoreciendo la conexión con el exterior, el jardín y el paisaje.


Proyectar la galería de manera integral con la vivienda

Desde Centenario, el arquitecto Mauricio Rivera coincide con la descripción y el diagnóstico de su colega y realza el valor histórico de las galerías como lugar de encuentro social en las chacras y también el valioso rol que juegan como sistema pasivo de regulación de la temperatura.

La orientación, factor clave de las galerías.

“La galería no debe pensarse sólo como un espacio de encuentro social sino que debe estar proyectada de manera integral con la vivienda y entender que una de las principales variables a resolver en una vivienda es la orientación”, dice.

Coincide también en que la orientación ideal es hacia el norte o hacia el este en el caso de las semicubiertas opacas o techada, ya que de esa forma permitirá el ingreso de los rayos del sol en el solsticio de invierno para que la luz caliente la vivienda y en cambio frenará los rayos en verano para evitar la ganancia térmica.

“En Neuquén, se calcula un ángulo aproximado de entre 65° a 70° de inclinación al mediodía en las estaciones cálidas, por lo que es importante tener en cuenta la profundidad de la galería en función del uso que se le quiere dar y la protección adecuada del sol”, afirma Rivera.

Recomienda también tener en cuenta que el proyecto contemple la flexibilidad de usos, ya que con el tiempo la galería podría modificarse o bien convertirse en un quincho o una cochera, entre otras posibilidades que es bueno contemplar.

Redacción

Fuente: Leer artículo original

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