Cómo Los Ángeles derrotó a Donald Trump

Este artículo es parte de un especial. Nación paquete dedicado a la audaz postura de Los Ángeles contra los ataques de la administración Trump a la ciudad.

Donald Trump odia Los Ángeles, y con razón. Los Ángeles es una ciudad profundamente azul que regularmente respalda a los demócratas en todos los niveles de gobierno. Es una ciudad sindical fuerte en una nación donde el movimiento laboral se mantiene a flote. Es mayoritariamente negro y moreno, y los blancos representan sólo el 28 por ciento de sus casi 4 millones de residentes. Y debe irritar especialmente a este presidente, que se ha hecho famoso atacando a los inmigrantes, tener que reconocer que casi el 35 por ciento de la población de uno de los centros urbanos más ricos del mundo procedía de un país diferente. La Ciudad de los Ángeles fue una de las primeras ciudades santuario de Estados Unidosy sigue desafiantemente orgulloso de este estatus:negarse a cooperar con los matones de ICE y la Patrulla Fronteriza que Trump ha desatado para aterrorizar a los barrios negros, morenos y asiáticos del país.

Es esta resistencia (y las formas cada vez mayores, diversas, militantes y creativas en que desafía la campaña de limpieza étnica del gobierno) lo que Trump odia por encima de todo. El movimiento fue implacable desde el momento de su segunda toma de posesión, con acciones casi diarias en lugares de trabajo, iglesias, escuelas, juzgados, centros de detención y hoteles que albergaban a agentes de ICE. Por todas estas razones, Trump decidió intensificar su guerra contra Los Ángeles. En junio y julio de 2025, ordenado más de 4.000 soldados de la Guardia Nacional y 700 marines para invadir la ciudad. Con esta absurda recreación de asaltando «los pasillos de Moctezuma», Trump esperaba aplastar toda resistencia, aterrorizar a los inmigrantes y enviar un mensaje potente a otras ciudades que estaban orgullosas y protectoras de su diversidad.

Pero Trump fracasó. Los Ángeles se negó a ceder. Y a finales de julio, casi todos los 5.000 soldados se fueron. “El presidente Trump se está dando cuenta de que su teatro político le salió por la culata” anunciado El gobernador de California, Gavin Newsom. «Esta militarización siempre fue innecesaria y profundamente impopular». Lo que dijo Newsom era cierto. Pero es importante recordar que fue necesaria una oposición local feroz y efectiva para lograrlo. La historia de esa oposición ofrece una lección para las comunidades de todo el país.

Los Ángeles Resistenciaya movilizado para oponerse a las deportaciones, estaba listo cuando las tropas de Trump entraron. organizado en un centro de detención del centro el 6 de junio.

Ese mismo día, el presidente de SEIU California, David Huerta, resultó herido y arrestado mientras documentaba una redada de ICE en el centro de Los Ángeles. en una declaración liberado Desde su cama de hospital, Huerta dijo: «Lo que me pasó no se trata de mí; se trata de algo mucho más grande… Las personas trabajadoras y los miembros de nuestra familia y nuestra comunidad están siendo tratados como criminales. Todos tenemos que oponernos colectivamente a esta locura porque esto no es justicia».

La paliza y el arresto de Huerta impulsaron la resistencia a una velocidad vertiginosa. La Federación Laboral del Condado de Los Ángeles, una de las federaciones sindicales más grandes del país, entró en acción. El 9 de junio, una campaña liderada por los sindicatos demostración atrajo a miles de personas al centro de la ciudad para exigir la liberación de Huerta y el fin de la ocupación de la ciudad. Los sindicatos organizaron mítines y manifestaciones, se unieron a otras acciones de defensa de los inmigrantes y sumaron las voces de decenas de miles de trabajadores a las demandas para sacar a las tropas de Los Ángeles y poner fin a las horrendas redadas de ICE.

Los sindicatos fueron vitales no sólo por su tamaño, recursos y alcance, sino también porque muchos de sus miembros son inmigrantes o descendientes de inmigrantes. Las amenazas de ICE son reales y peligrosas para estos trabajadores, sus familias y sus comunidades, así como para las empresas locales, grupos sociales, iglesias e incluso equipos deportivos juveniles que son esenciales para sus vecindarios. Esta preocupación conectó a los trabajadores con una amplia coalición multisectorial que incluía fuerzas sociales clave. En muchos sentidos, esta notable coalición representó en embrión el necesario frente único antifascista.

Además del movimiento sindical, se unieron centros de trabajadores y organizaciones de derechos de los inmigrantes. La comunidad religiosa también dio un paso al frente: Clero y Laicos Unidos por la Justicia Económica y la Iglesia Metodista Unida Holman—una de las iglesias afroamericanas más grandes de la ciudad—ofrecieron conjuntamente seminarios para “conocer tus derechos” y capacitación para la resistencia no violenta. La Diócesis Católica Romana de Los Ángeles, con su enorme presencia en las comunidades latinas e inmigrantes, también jugó un papel.

La batalla legal fue igualmente importante. Gobernador Newsom demandó a la administración Trump en junio de 2025 por el despliegue de la Guardia Nacional, y organizaciones como el Centro Legal de Defensores de Inmigrantes, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles del Sur de California, el Gremio Nacional de Abogados y el Fondo Educativo y de Defensa Legal México-Americano (MALDEF) también tomaron acciones legales vitales. En un fallo especialmente crucial, el juez de distrito estadounidense Charles Breyer determinado que el despliegue de la Guardia Nacional violó la Ley Posse Comitatus, que limita el uso del ejército para hacer cumplir la ley en el país. El poderoso fallo de 52 páginas de Breyer encontró que la administración había violado intencionalmente la ley federal. Al advertir que Trump parecía tener la intención de “crear una fuerza policial nacional con el presidente como su jefe”, el juez prohibió al Pentágono “ordenar, instruir, entrenar o utilizar a la Guardia Nacional actualmente desplegada en California, y cualquier tropa militar desplegada hasta ahora en California”, “participar en arrestos, aprehensiones, registros, incautaciones, patrullas de seguridad, control de tráfico, control de multitudes, control de disturbios, recolección de pruebas, interrogatorios o actuar como informantes”. Los tribunales continúan discutiendo estas cuestiones, pero Breyer estableció un estándar que los miembros del Congreso pueden adoptar al exigir voz sobre los despliegues de Trump.

Los fallos legales reciben mucha atención por parte de los medios. Pero los guerreros del arte y la cultura llaman la atención en las calles. Y eran otro sector crítico de la resistencia. Músicos como Iván Cornejo y Junior H, junto a otros artistas, ayudó a recaudar fondos para organizaciones de derechos de los inmigrantes y para cubrir los honorarios legales de las familias inmigrantes. Estrellas como Olivia Rodrigo, Becky G, Finneas, Chiquis y Tyler, the Creator condenaron públicamente las acciones federales; will.i.am, que creció en los proyectos de East LA Estrada Courts, sacó una pista espectacular, “Este de Los Ángeles”con su compañero de banda de Black Eyed Peas, Taboo. Al mismo tiempo, los artistas de Los Ángeles utilizaron murales, protestas, arte callejero y exposiciones para resistir y condenar las redadas de ICE y el despliegue militar que habían comenzado.

Sorprendentemente, uno de los sectores más importantes del frente antifascista eran los demócratas liberales y neoliberales. En lugar de doblegarse ante Trump cuando amenazado Para cortar la ayuda federal si no apoyaban su proyecto de limpieza étnica, una increíble variedad de funcionarios electos demócratas se alinearon contra él, incluido Newsom, el presidente de California. dos A NOSOTROS senadorescasi todos los demócratas en la delegación del Congreso de California y la supermayoría demócrata en la Asamblea y el Senado de California, así como La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, el ayuntamiento, la junta escolar (y superintendente escolar)y los poderosos junta de supervisores del condado. Este amplio apoyo de los políticos demócratas no sólo fortaleció la resistencia sino que empujó a los principales medios de comunicación, incluidos medios importantes como el Los Ángeles Times—brindar una cobertura consistente de la oposición a las tropas y un fuerte apoyo editorial a la demanda de sacarlas de la ciudad.

No es sorprendente que las redadas de ICE y el despliegue de tropas causaran serios problemas a la comunidad empresarial de Los Ángeles. Las empresas constructoras (incluidas las que trabajan en la reconstrucción tras los incendios forestales en Pacific Palisades y Altadena), hoteles, restaurantes, fábricas de ropa y pequeñas y medianas empresas que dependen de clientes inmigrantes perdieron ingresos. Los trabajadores inmigrantes temían ir a trabajar debido a posibles redadas de ICE, y los clientes con el mismo temor se mantenían alejados de restaurantes y negocios locales. La economía de Los Ángeles sufrió un verdadero golpe debido al torpe esfuerzo de Trump por obligar a la ciudad a «doblar la rodilla». Como consecuencia, la Cámara de Comercio del Área de Los Ángeles y el Consejo Empresarial de Los Ángeles estuvieron entre los “aliados no tradicionales” que se pronunciaron en contra de las tropas y las redadas de ICE.

El apoyo provino incluso de los suburbios de clase media, mayoritariamente blancos, de la ciudad. Un ejemplo inesperado fue cuando los residentes de Topanga Canyon tomaron la iniciativa de distribuir folletos en los mercados de agricultores locales, informando a la gente por qué debían oponerse a las redadas de ICE y cómo podían apoyar a los trabajadores agrícolas que anteriormente habían sido blanco de ataques. La Migra. Ese fue un potente ejemplo de por qué debemos reconocer que toda resistencia es preciosa.

Hay varias lecciones clave que podemos aprender de Los Ángeles. Resistencia.

Construya sobre su base organizativa. No es necesario reinventar la rueda. Muchos de los grupos que repelieron el despliegue de tropas federales se habían estado organizando durante años y tenían una base que podía reforzarse inmediatamente cuando los militares intervinieran. Incluso antes del despliegue de tropas, sindicatos como Unite Here Local 11, que representa a trabajadores de hoteles y restaurantes, y United Teachers Los Angeles, con educadores que enseñan en grandes comunidades de inmigrantes, habían estado activos en oponerse a las redadas de ICE. Incondicionales del movimiento como el Pilipino Workers Center, el Los Angeles Black Worker Center y la Koreatown Immigrant Workers Alliance llevan mucho tiempo organizando a trabajadores de color con salarios bajos, muchos de ellos inmigrantes, en las industrias de atención médica domiciliaria, restaurantes, construcción y confección de la ciudad. Aquilina Soriano Versoza, directora ejecutiva del Pilipino Workers Center, explicó: «Hicimos crecer la Red de Respuesta Rápida de Los Ángeles, lanzamos protestas y vigilias, un Verano de Acción que tuvo acciones diarias, organizamos eventos comunitarios que integraron la cultura y el cuidado para recuperar nuestras calles, y nos reunimos con legisladores clave para documentar y exponer cómo el gobierno federal estaba mintiendo y al mismo tiempo violando nuestro derecho constitucional a no ser arrestados o sacados de las calles o del lugar de trabajo sin causa probable. A no ser perfilados racialmente o atacados porque Son trabajadores con salarios bajos”.

Cuando las redadas de ICE se intensificaron en junio de este año, una coalición de sindicatos, organizaciones de derechos de los inmigrantes, centros de trabajadores y otras organizaciones en toda la ciudad comenzaron a enviar miembros a Home Depots, un lugar de reunión favorito de los jornaleros. Se desplegaron en restaurantes, lavados de autos (un foco bastante reciente de organización sindical, liderado por el CLEAN Carwash Worker Center), reuniones de intercambio, iglesias y vecindarios de inmigrantes. Dondequiera que ICE envió a sus matones, la gente estaba allí, documentando y protestando por sus acciones, distribuyendo tarjetas de “conoce tus derechos” e información sobre cómo los trabajadores podían acceder al apoyo de ayuda mutua. fue el critico base para el esfuerzo de retirar las tropas.

Ten un objetivo claro. El tema constante de los sindicatos, las otras organizaciones de trabajadores, los electos demócratas y todos los participantes en la resistencia fue: saquen las tropas ahora y pongan fin a las redadas de ICE. Esto proporcionó orientación general a todos los sectores del frente único y creó el tan buscado “mensaje coherente y convincente” del que nuestros movimientos frecuentemente carecen.

Unir a todos los que puedan estar unidos. Como escribí anteriormente, los frentes más amplios se unieron en torno a estos objetivos claros. Tener una gama tan amplia de fuerzas hablando activamente no sólo influyó positivamente en la cobertura de los principales medios de comunicación; dio una especie de protección a las “fuerzas callejeras” que movilizaron a miles de angelinos. El profesor de la USC Manuel Pastor habló sobre la importancia de que las coaliciones tengan profundidad y fuerza. «Una parte no contada de la historia: muchos líderes empresariales quedaron consternados por las deportaciones de sus trabajadores», señaló, «y de ahí surgieron algunos aliados inusuales. Así que una lección: mantener la coalición anti-ICE lo más amplia posible». Pastor también mencionó otra lección importante: “Si tienes funcionarios públicos que simpatizan con este tema, deja de lado las diferencias que tienes en otros temas para que sean parte del rostro de la resistencia”.

La izquierda sabe cómo hacer esto. La experiencia de Los Ángeles demuestra que la izquierda realmente puede trabajar de manera constructiva y sin los problemas sectarios que han plagado durante mucho tiempo los movimientos de protesta. Con una gama tan amplia de fuerzas en la lucha, el riesgo de choque de egos, luchas de poder y fanfarronería era alto. Incluso cuando diferentes coaliciones estaban trabajando en temas similares –como la defensa de los inmigrantes, la asistencia alimentaria y la capacitación para “conocer tus derechos”– todos mantuvieron sus ojos en el premio. Ninguna de las coaliciones disparó ni atacó a las demás. No había nada de la idiotez sectaria de “este es mi territorio” que tan a menudo debilita e incluso destruye los movimientos. Cada grupo tenía su propia política distinta, cada uno tenía su propio conjunto de prioridades, pero todos tenían un mensaje común: sacar a estas tropas de asalto de nuestra ciudad y detener las redadas fascistas de ICE.

¡Cuando nos unimos y luchamos, podemos ganar! Antes de que la Gestapo de Trump fuera expulsada de Los Ángeles, intentó afirmar que había “salvado a la ciudad de ser incendiada”. El siguiente sonido que escuchó fue el de millones de angelinos riéndose a carcajadas ante esta absurda afirmación. Luego, un frente antifascista fuerte y amplio obligó al presidente a retirar la Guardia y los Marines. Suzi Weissman, una comentarista política local muy respetada, lo resumió muy bien: “La militarización fue una provocación y el acto de apertura de Trump en su guerra contra ‘el enemigo interno’”.

Desde entonces, Trump ha enviado tropas a Washington, DC y ha amenazado a Chicago, Memphis y Portland (ciudades azules, a menudo con alcaldes afroamericanos).llamándolos “devastado por la guerra” y apocalíptico. Pero Los Ángeles le mostró al país que la resistencia y la solidaridad funcionan: cuando la gente se organiza y se mantiene firme, incluso un presidente empeñado en la represión puede ser rechazado. Si Trump pensó que Los Ángeles sería el modelo para su toma autoritaria del poder, lo que obtuvo en cambio fue el modelo para derrotarlo.

La lucha no ha terminado. ICE ha continuado e incluso acelerado sus horrendas redadas en Los Ángeles y en todo Estados Unidos, ofreciendo un poderoso recordatorio de que la defensa de los inmigrantes debe seguir siendo una prioridad absoluta para aquellos que están decididos a aplastar la amenaza del fascismo y renovar y expandir la democracia. Queda mucho más por hacer, incluido el desarrollo de una estrategia nacional para derrotar al MAGA, una estrategia basada en las lecciones de Los Ángeles y otras ciudades de la resistencia que pueda unir a los trabajadores y otros movimientos sociales esenciales y que pueda construir efectivamente la fuerza de la resistencia mientras debilita a nuestros enemigos. Pero Los Ángeles nos muestra no sólo que esto se debe hacer, sino que se puede hacer y que podemos ganar.

Como decimos en el Movimiento Chicano de Liberación, Sí Se Puede!!!