Esto no solo ayuda a mantener un peso saludable sino que también mejora la salud intestinal y reduce la inflamación abdominal, según experta en nutrición.

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Una especialista en nutrición de Florida, Estados Unidos, reveló un sencillo método que puede ayudar a reducir significativamente las calorías del arroz blanco, alimento ampliamente presente en la dieta de millones de personas. Esto también es aplicable a otros productos ricos en almidón como la pasta, el pan y las papas.
Una porción de 100 gramos de arroz blanco cocido contiene aproximadamente 130 calorías. Sin embargo, según explican expertos en dietética, este valor puede disminuirse si se modifica la forma en que se cocina y enfría el alimento. La clave radica en el almidón presente en el arroz.
“El arroz en su estado original tiene un alto contenido de almidón digestible, que se descompone y digiere rápidamente en el cuerpo”, advirtió Jillian Reece, directora del programa clínico del Tufts Medicine Weight and Wellness Center en Stoneham, Massachusetts.
Cuando el arroz se enfría, una parte de ese almidón cambia su estructura química y se transforma en almidón resistente, el cual no se digiere con facilidad en el intestino delgado. En palabras de la dietista Meggie Connelly, fundadora de Be Balanced Nutrition Services en Florida: “Enfriar el arroz permite que parte del almidón se recristalice en una forma que resiste la digestión”.
Esta transformación implica que el cuerpo absorbe menos calorías, dado que el almidón resistente contiene solo 2,5 calorías por gramo, en comparación con las 4 calorías que aporta el almidón digestible.

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El truco para reducir las calorías del arroz
La técnica consiste en cocinar el arroz como de costumbre, dejarlo enfriar y luego recalentarlo antes de consumirlo. De acuerdo con estudios citados por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, este proceso reduce de manera significativa la respuesta glucémica en el organismo, gracias al aumento del almidón resistente.
“Cuanto más tiempo se enfríe el arroz —idealmente al menos de 12 a 24 horas—, más almidón resistente se forma”, aseveró Connelly. Esta práctica no solo impacta en la cantidad de calorías absorbidas, sino que también puede mejorar la digestión, beneficiar la salud intestinal y disminuir la inflamación abdominal.
Este truco no solo sirve para el arroz. Según Connelly, el mismo método puede aplicarse con productos que contienen almidón como la pasta, el pan o las papas, lo que abre una puerta para que muchas personas adapten sus comidas sin sacrificar sabor ni variedad, pero con un enfoque más saludable.
La Nación/GDA
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