Nutricionistas comparten cuáles son algunas de las mejores alternativas para cocinar con harina libre de gluten y mejorar el aporte nutricional diario.

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Cada vez más personas optan por reemplazar la harina de trigo por opciones sin gluten. Entre los factores que explican este cambio se encuentran el auge de nuevas dietas, el diagnóstico creciente de intolerancia al gluten y la mayor variedad de productos disponibles en el mercado.
Esta transformación ha impulsado el consumo de harinas como la de avena, almendras y algarroba, que ofrecen beneficios nutricionales y se adaptan a múltiples preparaciones.
La licenciada en Nutrición Valentina Martínez explica que “el auge en el consumo de harinas alternativas se debe en primera instancia a la vuelta de la dieta keto, que se caracteriza por ser baja en carbohidratos, y a la gran cantidad de personas que están siendo diagnosticadas con intolerancia al gluten”.
Su colega, Matías Marchetti, aclara que aunque estas harinas ofrecen ventajas, su efectividad depende de una alimentación equilibrada: “Hay opciones que incluso son más calóricas, lo que puede convertirse en un problema cuando esa energía no se usa y se acumula”.

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A continuación, algunas opciones de harinas libres de gluten:
- Harina de almendras. Producida a partir de almendras molidas y blanqueadas, tiene “nula cantidad de hidratos de carbono y es alta en grasas saludables y proteínas”, dice Martínez. No obstante, advierte que incluso en pequeñas porciones puede aportar muchas calorías, por lo que se recomienda un consumo moderado. Además, al tener un bajo índice glucémico, puede ser apta para el consumo de personas con diabetes.
- Harina de avena. Se elabora al moler avena integral y no solo intensifica el sabor y mejora la textura en preparaciones horneadas, sino que también ofrece un alto valor nutricional. Entre los nutrientes que aporta se encuentran magnesio, zinc, vitamina B1, B6, biotina y ácido fólico. Su alto contenido de fibra —sobre todo, soluble— puede ayudar a reducir el colesterol LDL, así como los niveles de azúcar en sangre. Sin embargo, Martínez señala que en ciertos casos de celiaquía puede existir intolerancia a la proteína presente en la avena.
- Harina de algarroba. No solo es apta para quienes buscan evitar el gluten, sino que también se presenta como una alternativa natural al chocolate, gracias a su sabor y textura similares. “Su consumo se vincula a costumbres ancestrales y comunidades que elaboraban la harina de algarroba con mortero de madera”, afirmó Nito Anello, cofundador de la marca Zafrán.
La Nación/GDA
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