Dos figuras centrales del gobierno nacional, Santilli y el presidente de YPF, vinieron a la provincia para reunirse con Figueroa
El gobernador Rolando Figueroa no sólo entró en el último tramo del año, con la misma intensidad con que lo había iniciado, sino también con la firme convicción de que la provincia logrará todo el lugar que merece en el escenario nacional.
De hecho, ya es protagonista. Vaca Muerta es la más fuerte de sus credenciales. Pero también lo es el modelo que ha garantizado desarrollo y crecimiento, a partir de la austeridad y el cuidado de las finanzas públicas.
En la provincia, el equilibrio fiscal (que tanto se menciona en Buenos Aires) coexiste con la obra pública. Y quizás el guiño de Nación al concluir el puente de La Rinconada (una de las pocas obras a las que le dio continuidad la administración central, en todo el país) no tenga que ver solo con la insistencia neuquina, sino también con la prolijidad en su gestión.
Pese a la herencia, Neuquén logró sanear sus finanzas, sin desatender sus obligaciones (en Salud, Educación, Seguridad, etc.) ni resignar su identidad.
Este sábado, el flamante ministro del Interior, Diego Santilli, estuvo en Neuquén y compartió un encuentro (agenda abierta) con el gobernador. Hablaron de la coparticipación (Neuquén reclama mayor porcentaje), de las deudas de Nación con la provincia y de la agenda mediata e inmediata que impulsa el presidente Javier Milei, incluidos aquellos puntos que tienen que ver con el Presupuesto 2026.
“Neuquén va a cumplir un rol fundamental en el diseño y en la construcción de la nueva Argentina”, concluyó el gobernador y reafirmó que “el diálogo es el camino”. “Hay muchos puntos de mirada de crecimiento que coinciden, y hay algunos que a lo mejor no. Pero es importante trabajar sobre las coincidencias y avanzar en ellas” porque “es un inicio de un gran camino”, indicó.
La decisión de Santilli de venir un sábado y dialogar sin apuros, bien podría interpretarse como una deferencia en estos tiempos en los que rara vez hay margen (o resquicios) para las construcciones frontales, sin el asedio de los teléfonos. Todo un logro.
Aunque destacada (de hecho, tuvo repercusión en todos los grandes medios del país), la reunión con Santilli no fue la única que tuvo Figueroa en el epílogo de esta semana. Nada de eso, también se reunió con el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, en Chos Malal.
Al término de ese encuentro anunciaron que, dentro de algunas semanas, en diciembre, se conocerán las ofertas para la segunda etapa del asfalto sobre la Ruta 7, en el sector conocido como Cortaderas.
Se trata de una vía de tránsito hacia y desde el núcleo de la industria hidrocarburífera, pero fundamentalmente de una ruta que “acortará” la distancia entre la Confluencia (área capital) y el Norte neuquino. La petrolera es quien financia la obra.
La segunda etapa será de 35 kilómetros y se sumarán a los 20 que están actualmente en ejecución, para completar luego una traza de 116.
“Estamos construyendo la sustentabilidad social que es tan importante para el progreso de nuestros pueblos”, aseguró Figueroa.
Con el diálogo y las convicciones, Figueroa logró que las petroleras se integren a la sociedad neuquina (como nunca antes lo habían hecho), no sólo a partir de las inversiones en obras, sino también con otras acciones como el financiamiento a las becas estudiantiles Gregorio Álvarez, que garantizan el acceso a la educación desde el jardín de infantes a la universidad.
Todas estas acciones no son aisladas, sino que forman parte de un modelo que acaba de entrar en una nueva etapa y que, desde diciembre, tendrá representación parlamentaria propia en el Congreso de la Nación.





