El grupo de ataque del portaviones Gerald R. Ford, de la clase homónima, la más nueva y poderosa de la Armada de Estados Unidos, será enviado a las aguas del Caribe y Sudamérica bajo responsabilidad del Comando Sur, para incorporarse a la llamada campaña militar antidrogas desplegada en la región por orden del presidente Trump.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, informó este viernes en redes sociales de la movilización del USS Gerald R. Ford —un portaviones de propulsión nuclear— para «reforzar la capacidad de Estados Unidos para detectar, monitorear y desmantelar actores y actividades ilícitas» que arriesguen la seguridad de EEUU.
«Estas fuerzas fortalecerán y ampliarán las capacidades existentes para desmantelar el narcotráfico y reducir y desmantelar las organizaciones transnacionales», indicó Parnell.
La Armada de EEUU define al Gerald Ford como «la plataforma de combate más capaz, adaptable y letal del mundo y mantiene la capacidad de la Armada de proyectar poder a escala global a través de operaciones sostenidas en el mar».
El USS Gerald R. Ford, que cuenta con cinco destructores en su grupo de ataque, se encuentra ahora desplegado en el mar Mediterráneo. Uno de sus destructores se encuentra en el mar Arábigo y otro en el mar Rojo, según informó a The Associated Press una persona familiarizada con la operación. El viernes, el portaviones se encontraba atracado en un puerto de Croacia, en el mar Adriático.

El portaviones nuclear USS Gerald R. Ford navegando aguas territoriales de Croacia esta semana con el poderoso grupo de ataque que siempre lo acompaña.
Imagen Armada de Estados Unidos
Se desconoce cuándo arribaría el portaviones a las aguas del Caribe, y si los cinco barcos destructores serán incluidos en el operativo.
Generalmente el USS Gerald R. Ford es acompañado por al menos un crucero de misiles, un destructor de misiles guiados, un submarino de ataque y un buque logístico.
El Ford puede llevar a bordo entre 70 y 75 aeronaves de combate, lideradas por cazas F18 Super Hornet para ataque y defensa aérea, EA-18G Growler para alerta temprana y guerra electrónica, E-2D Hawkeye para alerta temprana y control aéreo y helicópteros Seahawk MH-6R/S para búsqueda y rescate, guerra antisubmarina y transporte de efectivos.
Acumulación de fuerzas militares de EEUU frente a Venezuela
Ya hay más de 6,000 marineros e infantes de marina en ocho buques de guerra en las aguas del Caribe, desplegados allí desde hace casi dos meses. Además hay un grupo de aviones caza F-35, aviones espía y de reconocimiento, bombarderos y naves de desembarco anfibio. También está desplegado al menos un submarino de ataque.
Desde su despliegue, EEUU ha efectuado 10 ataques a pequeñas embarcaciones en las que mató a al menos 41 personas, que según la Casa Blanca, estaban traficando drogas hacia Estados Unidos.
El despliegue de un portaviones supondrá un aumento considerable de recursos adicionales y de poder de fuego en una región que ya ha sido testigo de una concentración militar estadounidense inusualmente grande en el mar Caribe y las aguas frente a Venezuela.
Si llega todo el grupo de ataque del USS Gerald R. Ford, eso podría suponer la llegada de casi 4,500 efectivos más, así como de las nueve escuadras de aviones asignadas al portaviones.
Esta acumulación de poder militar, en medio de las continuadas acusaciones de la administración Trump contra Nicolás Maduro y su régimen, al que acusan de narcoterrorista, ha disparado las alarmas sobre si el verdadero objetivo del gobierno de EEUU es forzar la salida del poder de Maduro y un cambio de gobierno en Venezuela.
Y varias acciones y declaraciones de la Casa Blanca parecen dar pasos en esa dirección: Trump hizo un inusual reconocimento de que autorizó a la CIA para llevar a cabo acciones encubiertas letales en Venezuela, sus fuerzas en el Caribe han estado entrenando desembarcos en playas, los militares de EEUU realizarán un ejercicio militar conjunto con Trinidad y Tobago —a pocas millas de las aguas venezolanas en el Caribe oriental— y Trump, en varias ocasiones, ha mencionado que «lo que sigue» para los narcotraficantes, tras la destrucción de lanchas en el mar, es atacarlos en tierra.
Según Elizabeth Dickinson, analista principal del International Crisis Group para la región andina, la presencia de las fuerzas armadas estadounidenses no tiene tanto que ver con las drogas como con enviar un mensaje a los países de la región para que se alineen con los intereses de Estados Unidos.
«Una expresión que escucho mucho es ‘las drogas son la excusa». Y todo el mundo lo sabe», dijo Dickinson. «Y creo que ese mensaje es muy claro en las capitales regionales. Así que el mensaje aquí es que Estados Unidos tiene la intención de perseguir objetivos específicos. Y utilizará la fuerza militar contra los líderes y los países que no se alineen».
Maduro es acusado en Estados Unidos de liderar el tráfico de drogas del Cartel de los Soles, una organización designada como terrorista por el gobierno de Trump, y se ofrece una recompensa de $50 millones por su captura.
El gobierno también afirma perseguir a la banda trasnacional de origen venezolano Tren de Aragua, asegurando que tiene vínculos con el régimen de Maduro, algo puesto en duda por la comunidad de inteligencia estadounidense.
Pero, dentro de esa retórica, este viernes el secretario de Defensa, Pete Hegseth, (ahora de Guerra según ordenó Trump) dijo que «si eres un narcoterrorista que trafica con drogas en nuestro hemisferio, te trataremos como tratamos a Al Qaeda», en una nueva declaración donde deja clara la intención de la administración Trump de matar a los que llama narcoterroristas, equiparándolos con la organización terrorista creada por Osama Bin Laden que Estados Unidos enfrentó militarmente tras el 11 de septiembre de 2001.
«De día o de noche, mapearemos tus redes, rastrearemos a tu gente, te daremos caza y te mataremos».
Conflicto regional en expansión
Las actuaciones de los militares estadounidenses provocaron las críticas no solo de Maduro, sino también del presidente colombiano Gustavo Petro, quien ha expresado que EEUU violó la soberanía del país y que está cometiendo «ejecuciones extrajudiciales».
Durante la última semana ha arreciado su enfrentamiento con Trump, con declaraciones públicas de ambos. El presidente estadounidense dijo, entre otras cosas, que Petro —el primer presidente de izquierda de Colombia— era «un maleante» y «líder del narcotráfico» que había empobrecido su país.
En respuesta, Petro ha dicho que el mandatario lo ha calumniado, y que ha insultado a Colombia, por lo que anunció acciones legales en su contra en tribunales de EEUU.
El último hecho en esta trama ocurrió este viernes, cuando el departamento del Tesoro de EEUU sancionó a Petro argumentado que «ha permitido el florecimiento de los cárteles de la droga y se ha negado a detener esta actividad».
En tanto, desde Venezuela los altos dirigentes del régimen de Maduro mantienen su retórica pública de resistencia ante cualquier invasión militar y de unidad entre las principales figuras políticas y militares.
El ministro de Defensa venezolano dijo el viernes que las fuerzas armadas impedirán la instalación de un gobierno «arrodillado» a Estados Unidos, a quien denuncia de buscar la caída del presidente Nicolás Maduro con apoyo de la oposición.
«Interprétenlo como lo quieran interpretar: la Fuerza Armada no va a permitir aquí un gobierno arrodillado de los intereses de Estados Unidos», dijo el ministro Vladimir Padrino en la televisión estatal VTV. «Más nunca esclavos. Somos un país libre».
Maduro el jueves había asegurado, de forma retadora, que Venezuela cuenta con 5,000 misiles rusos del sistema de defensa antiaérea IGLA-S, distribuidos en lugares e instalaciones estratégicas de defensa en todo el país.
Una «intervención externa» en Venezuela «puede incendiar» América del Sur, dijo en entrevista a la AFP el asesor especial del presidente brasileño Lula, Celso Amorim.
«No podemos aceptar una intervención externa porque eso va a crear un resentimiento inmenso», agregó Amorim.
Críticas desde el Congreso al operativo militar
Legisladores republicanos y demócratas han expresado su preocupación por el hecho de que Trump haya ordenado acciones militares sin recibir la autorización del Congreso y sin proporcionar muchos detalles.
«Nunca había visto nada parecido», afirmó el senador Andy Kim, demócrata por Nueva Jersey, que anteriormente trabajó en el Pentágono y en el Departamento de Estado, entre otros cargos como asesor en Afganistán.
«No tenemos ni idea de hasta dónde va a llegar esto, de cómo podría acabar, ¿habrá tropas sobre el terreno? ¿Se va a intensificar de tal manera que nos veamos empantanados durante mucho tiempo?», se preguntó.
El representante republicano Mario Díaz-Balart, de Florida, que lleva mucho tiempo involucrado en asuntos exteriores en el hemisferio, dijo sobre el enfoque de Trump: «Ya era hora».
Aunque Trump «obviamente odia la guerra», tampoco teme utilizar al ejército estadounidense en operaciones específicas, afirmó Díaz-Balart. «No me gustaría estar en la piel de ninguno de estos cárteles de la droga».
También hay dudas sobre la base legal para las actuaciones de los militares de EEUU. Especialistas de derechos humanos de la ONU han llamado las muertes en los ataques como «ejecuciones extrajudiciales».
En una rueda con periodistas en la que participó Univision Noticias, el senador Kaine, miembro de mayor rango del subcomité de Hemisferio Occidental, Delincuencia Transnacional y Seguridad, afirmó que la Casa Blanca no ha compartido «información esencial» con el Congreso respecto a la cadena de toma de decisiones y la base legal que permite al presidente atacar embarcaciones en el Caribe.
«El presidente está diciendo que él tiene un ‘secret list’ con algunos grupos y él puede decidir a quién va a matar. No está compartiendo esta lista con el Senado y especialmente no está compartiendo la información con el público… Y nuestra Constitución no da el poder al presidente a decidir quién puede matar», apuntó Kaine.
Vea también:
Video “Vamos a matarlos”: Trump dice que no necesita al Congreso para declarar la guerra al narcotráfico





