Muy pronto, la obra de un reconocido artista plástico argentino viajará a la estratósfera desde suelo argentino. Lo hará desde un cohete de industria nacional. Cuesta creerlo, pero faltan apenas semanas para que esto se convierta en realidad, conectando la tecnología con el arte.

El artista plástico Eugenio Cuttica enviará a Luna, la singular niña traslúcida de sólo nueve años subida a una silla que él suele pintar en la mayoría de sus cuadros, viajará una vez que se produzca el lanzamiento del cohete TLON Space, de fabricación nacional. “El lanzamiento será desde el Puerto Espacial Malacara, una estación aeroespacial propiedad de Tlon Space”, explica Pablo Vic, CEO de esta startup argentina del sector. La estación está ubicada en Lobería, a 62 kilómetros de Necochea.

El cohete Aventura I llevará nanosatélites diseñados por la empresa Space AI, una compañía de capital argentino, fundada en Silicon Valley por el empresario Diego Favarolo. En este caso, lanzará una constelación de cómputos en órbita baja, es decir, no tan alejados de la tierra. “Es un momento muy importante para el país. Con este vehículo, Argentina quedará posicionada entre los diez países en el mundo con independencia de acceso al espacio”, celebra Favarolo.
Tlon Space, que hace honor al relato «Tlön, Uqbar, Orbis Tertius», de J.L. Borges (en Ficciones), no es la primera empresa argentina de nanosatélites. El país ha tenido su idilio propio con el espacio por décadas, desde la sonda estatal Nahuel 1A, construida en el extranjero, primero operada por Nahuelsat y luego Ar-Sat y lanzada a fines de 1997. Su vida útil concluyó en 2010, cuando fue enviado a la llamada «órbita cementerio». Y a comienzos de esta década, Satellogic, de dos inversores privados, se convirtió en un promisorio unicornio nacional. La política de cepo y restricciones cambiarias, desde 2019, motivó que la empresa migrara primero a Uruguay y luego a España. Hoy continúa su actividad.
Mientras tanto, Luna viajará pintada en la carcasa del cohete. La niña creada por Cuttica mide un metro de altura y fue realizada en acrílico. Quedará exhibida en la segunda etapa, en el fuselaje de la nave. Una vez producido el lanzamiento, ésta tomará una velocidad máxima de unos 27.000 km/h (a unos 8 km por segundo, conocida como la velocidad órbita), para alcanzar 200 km de altitud mínima.
En alrededor de siete minutos, la obra quedará suspendida en el espacio. Este es un evento épico, según Cuttica. «El cohete es la libertad que avanza –afirma. Luna es un poco el leitmotiv de mi obra y tiene una superposición simbólica: es la feminidad en estado puro, la que todos extrañamos. Ella está sobre un escaño, enaltecida sobre una silla, que es un instrumento de poder. Su mirada no se posa en la materia, sino que se fusiona con el cosmos”. El artista también interpreta a Luna como metáfora de la fuerza y a la avez, la fragilidad de a República.

¿Qué es Tlon Space? El nombre de esta startup argentina es en honor al extraordinario «Tlön, Uqbar, Orbis Tertius», un cuento hoy considerado fundamental en la ficción especulativa e incluso inspirador de los pioneros de internet. En este cuento de 1943, incluido en el tomo Ficciones, postula la existencia de un mundo conjetural que solo pervive en un tomo, el número XI, de la Enciclopedia Británica.
La empresa fue creada en fecha patriótica, el 25 de mayo de 2005. Sin embargo, el fondeo comenzó en 2019. “La compañía cuenta con inversores que apuestan a esta tecnología y a la capacidad argentina para destacarse con excelencia en el mundo. Por eso el nombre Tlon; Borges concibió un género literario desde el Río de la Plata para el mundo», sostiene Pablo Vic.
El cohete argentino mide 11 metros de largo; está hecho en fibra de carbono, un material ultraliviano y resistente, de alto desempeño. Permite que la nave no se destruya durante la fase de ascenso en la atmósfera. Su peso es inferior a los 100 kilogramos. Con la carga de combustible llega a una tonelada. El Aventura I está constituido por dos segmentos: el primero realiza la trayectoria desde el Puerto Espacial Malacara hasta alcanzar los 40 km de altura. A partir de entonces, el segundo segmento consistirá en el desprendimiento de una pieza del vehículo a través de un sistema de interconexión denominado interetapa (conecta dos etapas). A partir de los 40 km de altura, el segundo segmento del bloque transporta la carga hasta su órbita, explican los especialistas. Para entonces, sin una precisión temporal exacta, la pintura de Cuttica se habrá disuelto con el calor y erosión del vuelo.

“Las órbitas se emplazan entre los 200 hasta 800 kilómetros de altura, según la necesidad del cliente. El proceso dura alrededor de unos 7 minutos, desde el despegue hasta la inyección. El vehículo termina a una velocidad de 27.000 km/h”, comentó Vic. La segunda etapa comprende la órbita con los satélites, que serán expulsados a través del “canister”, un componente clave adosado a la parte superior.
Tras la segunda etapa, el vehículo espacial hará una maniobra de orbitación para ingresar y quemarse en la capa alta de la atmosfera. “Los satélites quedarán dando vueltas a 8 km por segundo en órbita permanente”, añadió.
El cohete Aventura I ha realizado ya diez vuelos como parte de un programa de desarrollo, cumpliendo con las distintas etapas del diseño. Lleva cuatro cámaras: dos en la parte interior y otras dos en el exterior. El primero de siete lanzamientos planeados desde el Puerto Malacara será filmado con videocámaras y drones. También, se podrá seguir su trayectoria a través de una web especialmente diseñada para esta misión, con fecha a confirmar: «Luna en el espacio».
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El 23 de agosto de 2024, el artista Eugenio Cuttica recibió la “Mención de Honor Diputado Nacional Dr. Juan Bautista Alberdi” en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación por su aporte a la cultura y sus valores republicanos; fue el primer artista en recibirlo. Y ahora su criatura volará bien alto. “Estoy orgulloso de que me hayan convocado y de que el cohete lleve esta imagen, ligada a la trascendencia y al país”, dijo el artista, quien supo convocar a más de 100.000 personas en la retrospectiva La Mirada interior, en el Museo Nacional deBellas Artes, en 2015.
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Cuttica concluye con una nota de adhesión y optimismo libertario: “Mi trabajo es hacerle entender a la gente el significado que tiene esto desde otra perspectiva. Y en este acto poético, de búsqueda de atravesar los límites del espacio y la filosofía del arte, destaco que se da con los nuevos vientos que corren. Sin ellos, esto no sería posible”.
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