El presidente de la FAIPA explicó que el aumento responde a la suba de costos como la luz, la margarina y la grasa. Ya cerraron más de 1.400 panaderías en el país.
El precio del pan volverá a aumentar en los próximos días a nivel nacional. Así lo confirmó Miguel Di Betta, presidente de la Federación Argentina de la Industria del Pan (FAIPA), quien advirtió que el incremento responde a los fuertes aumentos en insumos clave, algunos con subas superiores al 100%.
“Va a haber una suba a nivel nacional porque hay insumos que han subido de precio más de un 100%”, declaró el referente del sector en diálogo con Radio Splendid. Entre los principales factores mencionó la falta de cebo por baja en la faena de carne y las trabas a las importaciones, que impactan directamente en el precio de la grasa y la margarina, dos componentes esenciales en la producción de panificados.
Di Betta también expresó su preocupación por el fuerte aumento de los servicios: “Una panadería de 12 o 13 empleados paga una factura de luz de 5 millones de pesos”. En ese contexto, lamentó la caída sostenida en el consumo: “Hemos tratado de aguantar porque nos bajan las ventas cada día”.
El drama de las panaderías bonaerenses
En la misma línea se expresó Martín Pinto, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Merlo y dirigente de la Cámara de Industriales Panaderos (CIPAN). “Los insumos y las materias primas siguen subiendo, las ventas cayeron un cincuenta por ciento y, si esto sigue así, van a seguir cerrando panaderías”, advirtió.
Según Pinto, más de 1.400 panaderías ya cerraron en todo el país. “Hoy la gente compra lo que puede, no lo que quiere”, resumió. Y aunque reconoció que subir los precios no es la solución, aseguró que será inevitable para muchas panaderías si quieren seguir abiertas: “Muy a nuestro pesar, es posible que tengamos que incrementar el precio de nuestros productos en los próximos días, para tratar de equilibrar un poco los costos de producción”.
Competencia informal y condiciones críticas
Tanto Pinto como Di Betta señalaron otro problema estructural del rubro: la competencia desleal del mercado informal. “En el rubro hay mucho empleado en negro”, denunció el titular de FAIPA.
Pinto agregó que la situación actual fomenta la clandestinidad, con pan fabricado en condiciones sanitarias precarias: “Es un serio riesgo para la población, porque muchas veces el pan se fabrica en lugares sin higiene ni condiciones de salubridad”.
Por último, el representante de CIPAN hizo un llamado urgente: “Antiguamente los panaderos sacaban préstamos para arreglar su panadería o comprar máquinas. Hoy se endeudan para pagar los aguinaldos, la luz, el gas. Ya no saben qué hacer”.