En la sesión de hoy de la Cámara de Diputados, Sabrina Ajmechet (PRO), Juan Carlos Giordano (Frente de Izquierda) y Lorena Pokoik (Unión por la Patria) protagonizaron un intenso cruce. Durante el debate, afloraron acusaciones de «antisemitismo» y «complicidad en el genocidio» que generaron un ambiente tenso y hostil.
La diputada libertaria Lilia Lemoine amplificó la controversia al grabar a Pokoik, quien había proferido el grito de «asesina» a Ajmechet, un exabrupto que sacó el debate de su rumbo original.
La disputa comenzó cuando Ajmechet solicitó que Giordano volviera a realizar su juramento, argumentando que este lo había hecho «por otra nación que no es la Argentina». Giordano había jurado en base a «los 30 mil desaparecidos, la patria socialista y en apoyo al heroico pueblo palestino contra el genocidio del Estado sionista de Israel».
En su intervención, Ajmechet hizo un llamado por los rehenes argentinos secuestrados en Gaza tras el ataque terrorista del 7 de octubre y cuestionó a Giordano por no haber jurado por la bandera nacional. Mientras tanto, los gritos de Pokoik y otros sectores de la izquierda hacia Ajmechet continuaban, lo que llevó a Silvana Guidici, también del PRO, a defender a su compañera de banca.
Giordano desestimó la solicitud de Ajmechet y reafirmó su apoyo a la lucha del pueblo palestino contra lo que calificó como un gobierno genocida. En palabras del legislador, «estamos orgullosos con nuestro juramento en defensa de la causa Palestina y es positivo que millones se movilicen mundialmente contra el genocidio impartido por el Estado sionista de Israel, bajo el mando de Benjamín Netanyahu. Esto pone en riesgo a todo el pueblo argentino, especialmente después de los recientes acercamientos con el presidente Milei».
Guidici, por su parte, acusó a Pokoik de «antisemita» a raíz de los gritos hacia Ajmechet. La diputada de Unión por la Patria rechazó tales acusaciones, afirmando que su familia es judía y que es nieta de polacos que sufrieron el Holocausto, aunque insistió en calificar a las legisladoras del PRO como «cómplices del genocidio».