Como hace una semana, otra vez el Parque Centenario fue el escenario elegido para el reclamo, la exigencia y el abrazo simbólico. Se cumplen hoy 2 años del sádico ataque del grupo terrorista Hamas en territorio israelí, que dejó más de 1.200 muertos civiles y 252 secuestrados. A 730 días de esa masacre que cambió la vida de colectividad judía, todavía hay 48 rehenes, de los cuales cuatro son argentinos y tres se cree que estarían con vida: Eitan Horn (39) y los hermanos Ariel (27) y David Cuneo (32). Además del cuerpo de Lior Rudaeff (61), cuyo asesinato se conoció el 7 de mayo de 2024.
Familiares y amigos de las víctimas decidieron hacer «un abrazo simbólico a los secuestrados» que están en Gaza, a unos 12.000 kilómetros de Buenos Aires. El acto comenzó minutos después de las 18 y contó con la conducción de David Kavlin y la presentación musical de la artista Tali Lubiniecky.
«A diferencia de la semana pasada, esta convocatoria nace del amor, el dolor, la esperanza y la fuerza de los familiares y amigos. Acá no está la política ni las instituciones. Acá se busca transformar el dolor en una acción colectiva, en un gesto simple pero inmenso. Vamos a unirnos bajo el lazo amarillo, símbolo de esperanza y fuerza, para gritar con el corazón en alto: ¡Que vuelvan todos los secuestrados ya!”, dicen Sandra Miasnik (53), Mirta Tinaro (62) y Micaela Rudaeff (46), tres de las personas llevaron adelante el acto.
Los organizadores le dicen a Clarín que «hoy acá no habrá espectadores», sino la «presencia, voz y abrazo de quienes aún esperan regresar», y destacan: «Agonizamos por el dolor, pero tenemos una luz de esperanza.»
«Nos une el dolor, pero más fuerte aún nos une la convicción de que la vida y la libertad valen más que cualquier silencio o indiferencia. Ojalá toda la ciudadanía se acerque a participar y multiplicar este pedido urgente por la liberación. Porque cada persona cuenta. Porque cada abrazo es un grito colectivo que no puede ser callado», afirman.

A diferencia del acto realizado hace siete días, sobre la calle Leopoldo Marechal, el de este martes se llevó a cabo dentro del Parque Centenario, donde se montó un escenario frente al Instituto Pasteur. Un tablero electrónico dibuja la imagen de un abrazo amarillo, símbolo de esta lucha que lleva dos años. Se lee «Liberen a los 48 secuestrados ya», y las fotos de cada uno de ellos moviliza, sacude.
«Vuelve, regresa a la vida. Solo vuelve. Regresa por favor. Abraza mi dolor», cantan todos los presentes la canción que escribió Alejandro Lerner y que precede al inicio del acto. Lágrimas, gestos de dolor y congoja se adueñan de un silencio que zamarrea. «No nos podemos olvidar del horror que hizo este grupo terrorista. ¿Por qué el mundo no alza la voz?. Exigimos la liberación ya», exclama Kavlin en su texto de apertura y luego repite: «Somos indestructibles.»
Sandra es prima de Shiri Silberman Bibas y tía de los hijos Ariel y Kfir, cuyos cuerpos fueron entregados por Hamas y se convirtieron en un símbolo del ataque terrorista cometido el 7 octubre de 2023. «Yo sigo poniendo el cuerpo, porque hasta que los 48 rehenes no estén en Israel, no voy a dejar de luchar. Sé que hay negociaciones como hubo otras veces, pero recién creeré cuando todos estén con sus familias en tierra israelí», dice la mujer, médica de profesión.
«Es insoportable convivir con esa incertidumbre, por eso, con los familiares nos unimos en este duelo colectivo. Sólo los que vivimos una tragedia así entendemos lo que le pasa al otro. Yo padecí durante 16 meses esa herida espantosa hasta que me enteré del asesinato de mi prima y mis sobrinitos. Las familias somos las esquirlas, somos los que padecemos las consecuencias de los que sufrieron los que pusieron el cuerpo», indica.
Cuando se le consulta sobre su prima Shiri, Sandra recuerda: «Una maestra jardinera de vida sencilla y una madre que se entregaba por sus niños, generosa, austera. Tenía un sueño que era formar una familia y lo pudo hacer son su marido Yarden.»

«Somo indestructibles», repite Kavlin durante el acto, que continúa con la reproducción en la pantalla gigante de un video con un mensaje de Silvia Cuneo, la mamá de David y Ariel, quien desde Israel lamentó no poder estar en la Argentina: «Agradecemos especialmente al presidente Javier Milei que desde el comienzo mostró su compromiso y apoyo por saber la verdad y exigir la liberación de todos los secuestrados. Sigo esperando en pie, como puedo, el regreso de mis hijos, de los 48 rehenes y no olvidarse jamás de todas las víctimas».
A propósito de los hermanos Cuneo, que estarían con vida, su tía Mirta, técnica del Conicet, habla con Clarín y describe este largo proceso de dos años como «un dolor con el corazón destruido, pero con una fuerza que una no sabe de dónde sale, y con la voluntad y la esperanza inquebrantables».
«Si bien estoy al tanto de las negociaciones que inició el gobierno de los Estados Unidos, decidí no estar impregnada de las noticias porque necesito preservarme, porque también muchas veces se habla con desconocimiento. Por eso estamos nosotros acá, los amigos y familiares para darnos fuerza y apoyo. Este vínculo es valioso, produce alivio y no tiene precio«, afirma.
La mujer luego cuenta un poco sobre sus sobrinos, hijos José Luis Cuneo: «De David te puedo decir que tiene un gran sentido del humor, un muchacho carismático, técnico electricista y actor, y padre de dos hijitas mellizas que junto con su mamá Sharon, volvieron a Israel después de 65 días secuestrados. De Ariel, un chico que trabaja en sistemas, que siempre transmitió dulzura y serenidad y es dueño de una espiritualidad admirable. Estaba con su novia Arbel, que fue liberada.»
Mirta sostiene que sus sobrinos «siempre fueron amigotes entre ellos y con sus otros dos hermanos» y que son «fuertes emocionalmente para poder soportar todo este flagelo». Y afirma: «Confío en que saldrán con vida porque saben que hay mucho amor a la distancia.»
«Está la abuela Ester Cuneo, de 92 años, que los está esperando. A ella se le metieron los terroristas y los sacó carpiendo… Le dijo que era argentina, les habló de fútbol y de los campeones del mundo Messi y Maradona. Y pudo sobrevivir, admirable su lucidez», añade.
El acto tuvo otro momento sumamente emotivo cuando Varios de los familiares y amigos de los secuestrados y asesinados subieron al escenario, en el que encendieron una vela por todas las víctimas, y pidieron las luces de los celulares y acompañar un minuto de silencio.

Por su parte, Micaela, prima del asesinado Lior, grafica su presente: «Vengo agonizando hace dos años. No puedo terminar de hacer el duelo y estar en ese estado es demoledor.»
Sobre este encuentro, esta docente dice que la representó en todo sentido. «Primero porque lo hicimos nosotros, que sabemos de qué estamos hablando, porque no hay instituciones ni política, y porque el 7 de octubre es una fecha sangrienta que no puede ser pasada por alto nunca más. Si bien yo vengo agonizando, no te acostumbras al dolor, en todo caso muta por desesperación y desesperanza, pero el recuerdo nunca se va ni se irá«, explica.
Sobre su primo cuenta que se fue con su familia en barco, de Argentina a Israel, cuando tenía 6 años: «Siempre fue una persona que se dedicó a enseñar y a capacitar voluntariado. El manejaba ambulancias, autos de seguridad y hasta tractores, porque hay mucho campo en los alrededores a los kibutz. Un buen tipo, solidario, siempre dispuesto a dar una mano. No veo la hora de poder recuperar su cuerpo para que su papá Giora (90), que lo espera con ansias, lo pueda enterrar.»

Ya con las primeras sombras del atardecer porteño el acto entró en su tramo final. Kavlin realizó un nuevo pedido de «libertad para todos los secuestrados «, tras lo cual, Tali Lubiniecky entonó la canción de Fito Páez «Yo vengo a ofrecer mi corazón». Y por último, los cientos de asistentes bajaron el telón con una conmovedora versión del Himno de Israel a capella.
AA