[BUENOS AIRES, SciDev.Net] La contaminación por macroplásticos —fragmentos de plástico visibles a simple vista que suelen superar los cinco centímetros— representa una “amenaza urgente” para la salud humana, según un estudio pionero realizado por investigadores y organizaciones ambientales internacionales.
La investigación, publicada en Journal of Environmental Management, analizó 3,8 millones de kilos de residuos de ocho sistemas ribereños de cuatro continentes, entre ellos América Latina y el Caribe, y afirmó que los macroplásticos son “igualmente dañinos y a menudo precursores de los microplásticos”, fragmentos de plástico de menos de 5 mm.
El trabajo se realizó entre 2020 y 2023 de manera continua y sincrónica en aguas del Cañón de los Laureles (México); el Puerto de Kingston (Jamaica); el río Juan Díaz (Panamá); el río Portoviejo (Ecuador); el Athi (Kenia); el Río Rojo (Vietnam); el Canal Lat Phrao (Tailandia) y el río Citarum (Indonesia).
El objetivo fue recopilar y analizar datos sobre el impacto de residuos macroplásticos en países en desarrollo. Para eso, analizaron los ríos, ya que funcionan como “vector de transporte clave” de desechos plásticos hacia los océanos.
Un 66 por ciento de los residuos recolectados (más de 2,5 millones de kilos) fueron plásticos. Sin embargo, no fue parejo en todos los ecosistemas: el río Athi de Kenia presentó 45.863 kilos por mes, la cifra más alta, mientras que el río Portoviejo de Ecuador reportó 484 kilos al mes, el valor mínimo.
En Río Portoviejo, Ecuador, investigadores hallaron 484 kilos de plástico promedio al mes. Crédito de la imagen: Gentileza de Inty Grønneberg, de Ichthion.
En los ríos de América Latina, los más contaminados con plásticos fueron Kingston Harbour, Jamaica; Los Laureles Canyon, México, y Juan Díaz River, en Panamá.
“Es el estudio más grande a nivel global para comprender la contaminación por plásticos, uno de los grandes fenómenos ambientales que enfrenta la humanidad”, declaró a SciDev.Net el ingeniero y científico ecuatoriano Inty Grønneberg, CEO de Ichthion, una de las organizaciones que participó en el relevamiento.
De macro a microplásticos
Hace años, los estudios se enfocan en el impacto de los microplásticos. En 2017, la ONU alertó por elevados índices de contaminación en océanos, llamó a detener el uso excesivo de plásticos de un solo uso y señaló que 51 billones de partículas microplásticas ensuciaban los mares.
Recientemente, otro informe de ONU señaló que se producen 400 mil toneladas de plástico al año, pero apenas 10 por ciento se recicla, y se estima que 11 millones de toneladas acaban en lagos, ríos y océanos.
“Estamos atravesando la ‘edad del plástico’, somos muy dependientes. Y los residuos, hasta ahora, son un problema sin solución”.
Sebastián Andrade Muñoz, Centro de Investigación Esquel de Montaña y Estepa Patagónica
El grupo decidió estudiar los macroplásticos debido a que son la fuente principal de los microplásticos.
La investigación resaltó el impacto negativo para la salud humana, debido a la cercanía de comunidades con los ecosistemas donde se acumulan y su dependencia, especialmente en zonas agrícolas. “Los estudios han demostrado un riesgo elevado de enfermedades cardiovasculares, inflamación, cáncer y daños reproductivos”, precisó. Los macroplásticos aumentan el riesgo de esas enfermedades a través de su degradación y posterior exposición humana.
Además, tienen impactos negativos en la biodiversidad. Grønneberg dijo que detectaron enredos y asfixia entre animales marinos.
También está afectando las infraestructuras urbanas, bloqueando drenajes, aumentando el riesgo de inundaciones y perjudicando a la economía, al impactar en el transporte marítimo, la pesca y el turismo.
Para recolectar y analizar residuos, los investigadores trabajaron con barreras flotantes, recolección manual, cintas transportadoras y maquinaria semiautomática, algunas impulsadas por energía solar.
Según la ONU, se producen 400 mil toneladas de plástico al año, pero apenas 10 por ciento se recicla, y 11 millones de toneladas acaban en lagos, ríos y océanos. Crédito: Gentileza de Inty Grønneberg, de Ichthion.
Respecto a las iniciativas de reciclaje en los sitios analizados, el estudio halló que el 14 por ciento de los macroplásticos recolectados fue reciclado (México y Jamaica), el 62,9 se reprocesó en productos de menor valor (Kenia e Indonesia), el 3 por ciento se reutilizó, el 12,3 se destinó a valorización energética (Tailandia) y el 7,8 se arrojó a vertederos o se incineró. La proporción varió según la infraestructura y el desarrollo de cada país.
El biólogo argentino Sebastián Andrade Muñoz, becario del Conicet en el Centro de Investigación Esquel de Montaña y Estepa Patagónica, dijo a SciDev.Net que la investigación es valiosa al reunir datos sobre contaminación en sistemas ribereños. “Una buena calidad de ribera permite ríos con mejor calidad del agua y promueve una mejor diversidad de hábitat. Es un buen trabajo que aporta información sobre la gestión en varias partes del mundo”.
Estrategias para enfrentar la contaminación
El estudio ofrece cuatro acciones para reducir la emisión de plásticos en ríos, desde crear valor mediante políticas de reciclado hasta impulsar inversiones en infraestructura de reciclaje.
También insta a mejorar la recopilación de datos con protocolos estandarizados para monitorear los residuos plásticos a lo largo del tiempo, y promulgar políticas —locales, nacionales e internacionales— como la prohibición de plásticos de un solo uso que “demostraron ser efectivas” en países como Kenia.
Para Grønneberg, es central “trabajar en mecanismos de recolección de información” en países en desarrollo para estandarizar mecanismos y toma de decisiones.
Andrade Muñoz, que acaba de publicar un estudio sobre macroplásticos hallados en ríos patagónicos, coincidió en el enfoque y añadió que es importante concientizar a la población, promover el reciclaje y desalentar los plásticos de un solo uso. “Estamos atravesando la ‘edad del plástico’, somos muy dependientes. Y los residuos, hasta ahora, son un problema sin solución”, señaló.
Este artículo fue producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net.