Copa Libertadores: Central Córdoba salió airoso de Venezuela y sueña
El equipo de De Felippe sufrió más de la cuenta, pero sacó una gran victoria con goles de Galván y Verón ante un enjundioso rival que descontó con Castillo y terminó con dos menos porque Tamiche y Sosa vieron la roja.
Central Córdoba se impuso 2-1 este martes en Venezuela ante Deportivo Táchira por la fecha 5 de la Copa Libertadores, y el resultado dejó al equipo de Omar De Felippe puntero pero aún sin boleto a los octavos, en un disputadísimo Grupo C en el que también pelean Flamengo y Liga de Quito, que se medirán el jueves.
De entrada, en una jugada confusa en la que arquero local salió mal, el VAR detectó una mano de Edicson Tamiche y el árbitro demoró en decidir qué sanción cabía. Finalmente, como el lateral venezolano era último hombre, terminó expulsado a los 12 minutos. Y de ese tiro libre, Cufré exigió a Camargo, que envió el balón al corner. En la réplica fue Rosales quien le provocó un serio revolcón al arquero Aguerre.
Con un jugador más, el Ferroviario tenía todo para ponerse en ventaja. Y en una contra de tres visitantes atacando a dos locales, Perelló se perdió la apertura de manera insólita tras lanzar una masita que salió lejos del poste. Hasta que tras un tiro de esquina desde la izquierda, Jonatan Galván saltó más alto que todos y con un furibundo cabezazo puso arriba a los santiagueños.
Perdido por perdido y con un hombre menos, Deportivo Táchira se las arreglaba para poner en problemas a Central Córdoba, que aun en ventaja lucía nervioso y le faltaba claridad para ampliar el resultado. Perelló volvió a fallar en los últimos metros por hacer la personal cuando tenía pase en un compañero, que le habrá dicho de todo menos lindo.
Con tres cambios, el Ferroviario salió a jugar el complemento dispuesto a engrosar la cuenta. Lo tuvo el ineficaz Perelló (que terminó reemplazado), hasta que un zapatazo desde fuera del área del ingresado Bryan Castillo avisó y llenó de preocupaciones a los santiagueños.
Lo cierto era que el anfitrión daba pelea mientras Central Córdoba parecía conformarse con la exigua diferencia. El ingresado Quagliata armó una jugada maradoniana que si acababa en gol había que cerrar el estadio e irse a dormir.
Entonces Castillo le ganó en velocidad a Abascia y anotó un empate que duró un suspiro, porque Gonzalo Verón, de derecha, volvió a poner arriba al Ferroviario en un final picante, donde el local llegó a impactar una pelota en el travesaño y luego quedó con nueve por expulsión de Carlos Sosa.
Así, Central Córdoba ganó tres puntos de oro en rodeo ajeno y se ilusiona con seguir en el máximo certamen continental.