Lo que por un momento iba a terminar en un empate injusto e inesperado que ya alimentaba murmullos en Avellaneda, se convirtió en un triunfazo merecido sobre la hora para Independiente, que con un doblete de Galdames le ganó 2 a 1 a Boston River y enderezó así su mal arranque en el grupo A de la Copa Sudamericana. Fue un final electrizante en el regreso de local del Rey de Copas a las noches de Copas.
Si lo mejor que tiene este Independiente de Julio Vaccari es el mediocampo, Boston River se ocupó precisamente de presentarle batalla en ese sector. Con una línea de cinco volantes y Alexander González como un lobo solitario en el ataque, el cuadro uruguayo se propuso cerrarle el grifo al fútbol de Iván Marcone, Felipe Loyola y Luciano Cabral. Y lo logró en un primer tiempo en el que al local se le hizo muy difícil encontrar pases claros.
No se vino a refugiar en su área, Boston River; sino que se defendió en la línea media, lejos del arco de Bruno Antúnez, que apenas sufrió en esa etapa inicial un cabezazo de Gabriel Avalos en el travesaño. Esa acción, al cabo, fue la única que pudo hilvanar Independiente con tres o cuatro toques de primera que le dieron velocidad a la jugada.
Cabral, incómodo y siempre rodeado, tenía que bajar a la altura de los mediocampistas de marca para agarrar la pelota y quedaba desconectado de sus compañeros de ataque. Así era como el conjunto charrúa partía al Rojo en dos y lo dejaba sin la fluidez que sabe tener siempre en su cancha, donde se hace imbatible.

Claro que Boston River tampoco contó con oportunidades. Su negocio era sumar un punto en Buenos Aires. Un remate desde afuera de Agustín Amado, su hombre más pensante, fue lo único que generó de peligro antes del descanso. No se apuraba el visitante. Tanto que el árbitro le cobró al arquero la nueva regla por demorar más de 8 segundos en sacar y sancionó tiro de esquina.
Ante la imposibilidad de avanzar por adentro, el Diablo encontró un fuga por la banda izquierda con el intrépido Alvaro Angulo. Cada vez que el colombiano se mandó en velocidad desniveló, aunque sus envíos no encontraban un destinatario libre.
Desconforme con algunos rendimientos, Vaccari metió cambios para el complemento: afuera Federico Vera y Santiago Hidalgo, adentro Pablo Galdames y Lautaro Millán, pasando Felipe Loyola como lateral derecho. Independiente empujó al rival a su campo y fue definitivamente el dueño del balón. Y el gol llegó por decantación. La metió al área Cabral, la bajó de cabeza Avalos y definió Galdames.
Era todo rojo, pero… En el único ataque de Boston River en todo el segundo tiempo llegó el inesperado empate por un zurdazo de Facundo Muñoa. Se paralizó el estadio porque faltaban 5 minutos par el final. Los que no se paralizaron fueron los jugadores de Independiente, que reaccionaron rápido y en tiempo de descuento pusieron de nuevo las cosas en su lugar con el segundo de Galdames.