Córdoba sigue siendo tierra fértil para el experimento libertario. En la provincia donde el voto a Javier Milei arrasó en 2023, el respaldo al Presidente se mantiene firme: tres de cada cinco personas aprueban su gestión y creen que este año será el inicio de una recuperación económica. Sin embargo, no es un cheque en blanco: cuando se trata de ajustar el gasto, los cordobeses marcan la cancha con claridad. A la obra pública y a los jubilados, ni tocarlos.
La encuesta de la consultora Casa 3, realizada entre el 21 y el 29 de mayo, traza un mapa nítido: Córdoba apoya el ajuste, pero exige límites morales y prácticos. El 69% de los encuestados cree que reducir el gasto público es el camino para achicar el déficit. Pero el cómo importa: el 90% rechaza recortes a las jubilaciones y el 67% se opone a paralizar obras. El bisturí, sí; la motosierra, no.
En cambio, medidas como la reducción de planes sociales (63%) o el recorte de salarios públicos (61%) encuentran mayor aceptación. Incluso hay un 54% que respalda la quita de subsidios a servicios como el agua y la energía. La provincia parece decirle al Presidente: ajuste sí, pero con estrategia; no se puede dinamitar el futuro.
Milei, con el viento a favor
Con una imagen positiva del 61%, Milei encuentra en Córdoba un apoyo superior al promedio nacional (47%). Además, un 59% cree que la economía mejorará para el final de su mandato, y el 62% considera que el Gobierno sabe cómo resolver los problemas del país. Son números que explican la persistencia de la fe libertaria en una tierra que siempre se sintió más cerca de la Nación que del centralismo porteño.
La esperanza, según el sondeo, es el sentimiento dominante. Los cordobeses muestran un balance general de emociones positivas. Un 51% declara sentir emociones favorables, mientras que solo un 31% manifiesta sentimientos negativos12. La emoción más destacada es la «Esperanza», compartida por el 51% de los encuestados. Otras emociones reportadas incluyen bronca (11%), incertidumbre (14%), tristeza (8%), desilusión (9%) y miedo (3%)
El Panal no se rinde: obra pública y pragmatismo político
Desde el Panal, la casa de gobierno cordobesa, Martín Llaryora toma nota de este clima social y político. El gobernador entiende que la obra pública no solo construye caminos, sino también capital político. Por eso, mientras el Gobierno nacional aprieta el cinturón, la provincia pisa el acelerador: cada semana se anuncia una nueva inversión en infraestructura.
Desde el cordobesismo se ilusionan con arrebatarle al el primer puesto en las legislativa de octubre. El manual está puesto en práctica desde que comenzó el año: obras pública,, contacto con intendentes y remarcar que están en la vereda contraria al presidente pero «dando gobernabilidad».
Específicamente, el estudio señala que la aprobación de la gestión del presidente Milei en Córdoba alcanza un 61%, mientras que la aprobación de la gestión del gobernador Llaryora es casi 10 puntos porcentuales menor, ubicándose en el 50%. Esto indica que, en Córdoba, la gestión de Milei es más valorada que la de Llaryora.
Llaryora pavimenta el vínculo Rambaldi – Fey: nueva ruta entre La Calera y Malagueño
Córdoba parece erigirse, una vez más, como laboratorio de una Argentina posible. Apoya el rumbo, exige racionalidad, prioriza el trabajo y defiende la inversión pública. Mientras el país discute modelos, la provincia afina su propio manual de supervivencia: el de una sociedad que votó el cambio, pero no está dispuesta a inmolarse en el altar del ajuste.