Pese al tono triunfalista que intentó imprimir en el escenario el candidato más conocido de la provincia, el porcentaje de votos conseguidos en esta elección legislativa se mantiene prácticamente igual al de comicios anteriores. Las miradas, sin embargo, se posaron sobre los intendentes —propios y aliados— como responsables de un desempeño que muchos consideran insuficiente.
“Paren la mano, nosotros hicimos lo que teníamos que hacer”, se defiende uno de los mandatarios del famoso G6, el grupo que reúne a los intendentes de las seis ciudades peronistas más grandes. Con los números sobre la mesa, pidió analizar los resultados con calma y sin simplificaciones.
Además de la capital, Hacemos Unidos gobierna en varias ciudades de peso: Río Cuarto, Villa María, San Francisco y Alta Gracia. En todas, la derrota fue clara: quedaron por debajo, y por varios puntos, de los libertarios. Una puñalada para el armado territorial que durante años fue el gran sostén electoral del peronismo cordobés.
“En el departamento San Justo, además de vecinos son parte del gabinete provincial, pregunten cómo les fue allá también…”, retruca el observador electoral. Junto con Alta Gracia fueron los únicos lugares donde el espacio superó —raspando— el 30% de los votos. En Carlos Paz, pese a los anuncios de un nuevo hospital y una universidad, apenas se logró el 21%. Aviles sólo se prestó para la foto, como tanto otros.
Así se pintó de violeta la provincia de Córdoba en las Elecciones Legislativas 2025
En Villa María, por ejemplo, la candidata de la lista fue Verónica Navarro, esposa del actual intendente Eduardo Accastello, uno de los hombres fuertes dentro de la estructura partidaria. Allí la diferencia fue de casi 20 puntos. “Lo mismo pasó en Bell Ville o Villa Allende, por mencionar otros lugares donde tenemos poca presencia”, remarca otro dirigente.
El razonamiento que comparten varios referentes es simple: históricamente, el PJ y sus intendentes obtienen entre 25 y 30 puntos en las elecciones de medio término. “Pongan el candidato que quieran, sumen call centers o no, siempre estamos en la misma”, afirma, con fastidio, un referente del interior.
Las quejas hacia Juntos por el Cambio
Desde el búnker justicialista también se apuntó a la participación de los aliados extrapartidarios. “¿Sumamos o no con los aliados? Y… con el diario del lunes te diría que nada”, lanzó un operador con tono ácido.
Los números son contundentes: en Capital se perdió por 11 puntos, en Río Cuarto por 10, en Villa María 19 abajo, en San Francisco por 8 y en Alta Gracia por 10. “¿Dónde están los aliados?”, cuestionó con ironía.
El gobernador Martín Llaryora se mostró dialoguista y con una fuerte apuesta a la obra pública en cada localidad, pero el electorado parece haber mirado hacia otro lado. “Al votante no le importó mucho lo que hacía el mandatario provincial; se dejó llevar por la ola nacional del miedo a que vuelva el kirchnerismo”, describió un encuestador del sur provincial.
Desde adentro reclaman ahora que a quienes “se sumaron” se les haga sentir el rigor de la “sensación de ausencia”. “Nos ocupamos de desarmar Juntos por el Cambio al pedo. No nos dimos cuenta de que eran votos violetas y no para Juan”, admiten desde el centro provincial. Según su lectura, muchos funcionarios con cargos en la estructura provincial terminaron jugando un discurso más alineado con Natalia de la Sota que con el propio de Provincias Unidas.
Pasan los años, se mantienen los votos
Pese al paso del tiempo, los cambios de frentes y las diferencias internas, el peronismo cordobés sigue mostrando una notable estabilidad en su caudal electoral. Los resultados de las legislativas de 2021 y 2025 reflejan que Hacemos Unidos —hoy dentro de Provincias Unidas— conserva una base sólida de apoyo en todo el territorio provincial, incluso con los matices locales y el desgaste natural de la gestión.
En ciudades clave, la comparación entre ambas elecciones muestra un patrón claro: en Córdoba capital, el espacio pasó del 22,57% al 25,31%; en Villa María, del 19% al 23,7%; y en San Francisco, del 26,08% al 32%. En Alta Gracia, el crecimiento fue leve (de 29,12% a 30,65%), mientras que en Río Cuarto, su bastión histórico, la fuerza apenas retrocedió (de 29,17% a 27%), manteniéndose primera en la ciudad y la Banda Norte.
En conjunto, los datos confirman que el peronismo provincial, más allá de los acuerdos coyunturales o las rupturas del momento, sigue siendo el núcleo político más estable y resistente de Córdoba.





