Largo tiempo definida por sus exuberantes selvas tropicales y la exportación agrícola de café, bananas y azúcar, Costa Rica se ha reinventado en silencio y ha dejado atrás una economía agraria para convertirse en una potencia mundial de las industrias tecnológicas de alto nivel: más dinámica y conectada globalmente que nunca.
Este artículo profundiza en la transformación moderna de Costa Rica y muestra cómo la integridad medioambiental y la ambición económica pueden ir a la par a medida que el país replantea su imagen en el exterior y redefine lo que una economía tropical puede lograr en la escena mundial.
Una economía tropical basada en la innovación
En un año en el que el crecimiento se desaceleró o se revirtió en muchos países de la OCDE, Costa Rica desafió la tendencia y registró un crecimiento del PIB del 4,3% en 2024. El crecimiento sostenido del país es el resultado de tres décadas de transición estratégica, sustentada en una economía abierta y un espíritu ecológico.
Durante este tiempo, Costa Rica ha pasado de centrarse en la exportación de materias primas a un modelo diversificado que da prioridad a la innovación, el empoderamiento social y la sostenibilidad. En 2024, se convirtió en el segundo mayor exportador de productos tecnológicos de América Latina, solo por detrás de México, destacando su éxito en la manufactura avanzada, desde microchips hasta instrumentos médicos.
Este reposicionamiento se refleja en la marca nacional del país: esencial COSTA RICA. La misión de esta marca es orientar las estrategias de exportación, turismo y promoción de inversiones del país en torno a valores compartidos como la sostenibilidad, la responsabilidad social, la innovación y la excelencia.
Esta alineación nacional ha obtenido reconocimiento internacional, con premios del Centro de Comercio Internacional y City Nation Place. Más de 760 empresas de todo el mundo han sido certificadas por esential COSTA RICA, lo que demuestra su compromiso con los valores nacionales de Costa Rica.
De las piñas a los productos sanitarios
En 2024, Costa Rica registró más de 28.000 millones de euros en exportaciones totales, un 8% más que el año anterior. Esta cifra incluye 18.500 millones de euros en bienes y 9.900 millones en servicios, lo que equivale al 32% del PIB y sustenta 700.000 puestos de trabajo. Lo más llamativo es que los productos sanitarios representan ya el 44% de todas las exportaciones de bienes, con un crecimiento continuo de dos dígitos.
Empresas como Boston Scientific, Medtronic y Abbott han convertido a Costa Rica en un centro regional de instrumentos quirúrgicos, catéteres y equipos de diagnóstico, mientras que socios de largo recorrido como Intel Corporation siguen reinvirtiendo en la fabricación de semiconductores avanzados y en instalaciones de I+D.
Pero el mundo sigue saboreando las exportaciones más dulces de Costa Rica. Cada año se exportan más de 1.400 millones de euros en piñas costarricenses, y las exportaciones agrícolas representaron el 18% del total de exportaciones de bienes en 2024, un 7% más que el año anterior. Además de reflejar una economía rural diversa, el mercado agrícola costarricense también está firmemente comprometido con las prácticas agrícolas sostenibles, un claro indicador de estabilidad futura del mercado.
El turismo madura
Si la historia del sector manufacturero del país resulta sorprendente, la evolución del turismo no se queda atrás. Aunque el tradicional sector de ecoturismo de Costa Rica sigue atrayendo a amantes de la naturaleza y buscadores de bienestar de todo el mundo, el sector se está ampliando.
Según la agencia de inversión de Costa Rica, Procomer, la inversión relacionada con el turismo se duplicó con creces en 2024, dando paso a nuevas formas de interacción como los viajes regenerativos, el turismo científico y la infraestructura para el trabajo remoto dirigida a la fuerza laboral digital global.
Gracias a su normativa progresista, los nuevos desarrollos turísticos deben cumplir estrictas normas medioambientales, lo que contribuye a garantizar que el crecimiento del sector beneficie a largo plazo a las comunidades locales y los ecosistemas.
El auge de la economía del conocimiento
Pero quizá el mayor salto de Costa Rica sea invisible: los servicios digitales. En 2024, el 58 % de las exportaciones de servicios de Costa Rica fueron intensivas en conocimiento, abarcando desde TI, computación en la nube y análisis de datos hasta servicios empresariales y telecomunicaciones, gran parte de ellos dirigidos a clientes en América del Norte y Europa.
Las constantes inversiones de Costa Rica en educación e infraestructura digital han dado como resultado una mano de obra bilingüe y experta en tecnología. Las universidades e instituciones de formación del país colaboran estrechamente con empresas multinacionales para preparar a los estudiantes en áreas como finanzas, análisis de datos y tecnología, lo que posiciona aún más a Costa Rica como un entorno de alta confianza para el comercio de servicios.
Y la inversión está dando sus frutos: ahora sus ciudadanos tienen acceso a empleos limpios, bien remunerados y con proyección global.
Donde las mujeres y las empresas rurales lideran
El crecimiento también se extiende más allá de la región de la capital. Una quinta parte de las empresas que se preparan para exportar tienen ahora su sede fuera de la Gran Área Metropolitana, un signo de descentralización que muchas economías regionales de América Latina luchan por alcanzar.
Las oportunidades de inclusión son otro claro signo de la ambición progresista del país. Más de la mitad de las empresas exportadoras que participan en los programas o iniciativas comerciales de Costa Rica están dirigidas por mujeres. Esto es fruto de un esfuerzo nacional deliberado por incorporar la inclusión en las estrategias de comercio e inversión, y está transformando el perfil de quienes participan en los mercados globales.
Un socio comercial estratégico para Europa
Para las empresas y compradores europeos, Costa Rica ofrece algo que pocos proveedores de la región pueden aportar: sostenibilidad con estructura. El país se beneficia de un acuerdo de libre comercio con la UE, que agiliza los intercambios y reduce las barreras, mientras que las asociaciones bilaterales con varios Estados miembros fortalecen los vínculos de cooperación e inversión.
En consonancia con las normas de sostenibilidad de la UE y el comportamiento de los consumidores, las exportaciones de Costa Rica ofrecen trazabilidad, producción con bajas emisiones de carbono y garantías medioambientales. La mayoría de sus fábricas ya funcionan con energía renovable y el uso generalizado de envases con certificación ecológica demuestra que el país sigue prácticas ambientales que no solo cumplen las normativas actuales, sino que también anticipan las futuras.
La silenciosa transformación de Costa Rica continúa
El ascenso de Costa Rica como potencia comercial se produce sin alardes, pero con integridad. Ha surgido gracias a una visión a largo plazo, un desarrollo basado en valores y una idea clara del tipo de nación que quiere ser.
Para los turistas, sigue siendo un lugar de maravillas. Para los inversores y las empresas tecnológicas, es algo totalmente distinto: un socio fiable, con visión de futuro y una ventaja competitiva.
En un panorama mundial cambiante, Costa Rica no se limita a seguir el ritmo. Marca el compás.
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