La caída de una de las cuentas más populares de Instagram vuelve a poner en el centro de la escena una problemática que crece en silencio: la publicidad de apuestas clandestinas en redes sociales. La suspensión del perfil de Coty Romero -ex participante de Gran Hermano 2022 y figura con más de 2,7 millones de seguidores- marca un punto de inflexión en la forma en que Meta, empresa dueña de Instagram y Facebook, empieza a aplicar sanciones ejemplificadoras.
Hoy, lejos de su masividad habitual, la influencer intenta recuperar su comunidad desde una cuenta alternativa que apenas supera los 76 mil seguidores.
La medida se produjo luego de que Romero promocionara en su perfil una casa de apuestas sin habilitación legal para operar en Argentina. Instagram decidió bloquearle la cuenta principal, una decisión que impactó directamente en su fuente de ingresos: la mayoría de sus contratos comerciales dependían de la visibilidad de esa comunidad. Desde TikTok, la influencer pidió públicamente a sus fans que intercedieran ante Meta para revertir el bloqueo, pero hasta el momento la empresa no dio marcha atrás. Su caso es apenas la punta del iceberg de un fenómeno que mezcla dinero, audiencias jóvenes y vacíos legales en el mundo digital.
Además la influencer hizo un mea culpa explicando las razones por las que decidió sumarse a esas campañas que le daban mucho dinero.
Influencers bajo la lupa: de Wanda Nara a streamers investigados

Coty Romero no es la única figura pública señalada por la Justicia y los organismos reguladores. A lo largo de este año, nombres de gran alcance mediático como Wanda Nara, L-Gante y Traniela fueron denunciados penalmente por la Cámara Argentina de Salas de Casinos, Bingos y Anexos (CASCBA) por hacer publicidad de plataformas de apuestas clandestinas.
La Fiscalía Especializada en Juegos de Azar también puso en marcha operativos concretos: en los últimos días, allanó la vivienda del streamer Joaco López en el marco de una causa donde se investiga si utilizó su influencia en redes sociales para organizar y promocionar juegos virtuales ilegales. Según la investigación, habría publicitado de manera sistemática una casa de apuestas no autorizada, incentivando a sus seguidores -en su mayoría adolescentes- a sumarse.
En paralelo, las plataformas legales redoblan esfuerzos para marcar la diferencia. Desde Lotería de la Ciudad de Buenos Aires (LOTBA) informaron que entre 2024 y la actualidad bloquearon 2.390 sitios ilegales y presentaron más de 100 denuncias contra influencers por promocionarlos. La cifra da cuenta de un ecosistema complejo, donde la estética de las publicaciones y el engagement suelen pesar más que la legalidad de lo que se comunica.
Adolescentes expuestos y responsabilidades compartidas

La combinación entre audiencias jóvenes, celebridades digitales y la falta de control efectivo crea un caldo de cultivo riesgoso. “Las redes sociales deben ser seguras para los menores de edad y las sanciones tienen que servir para que las celebrities tomen conciencia de que no pueden hacer publicidades de manera irresponsable”, aclara Guillermo Gabella, director de Asuntos Públicos y Legales del Grupo Boldt, empresa que opera la plataforma legal bplay. “La conducta de los influencers puede causar un daño significativo en la salud mental de los adolescentes”, advierte.
La dinámica de estas figuras es conocida: viven de la publicidad, generan contenido constante para sostener la atención de sus seguidores y establecen vínculos afectivos que potencian su capacidad de persuasión. En esa lógica, la legalidad de los productos que promocionan muchas veces pasa a un segundo plano frente a la urgencia de subir historias, reels y posteos que mantengan viva la interacción.
“Resulta indispensable detectar la publicidad de las casas legales en las redes. Los sitios ilegales son el mayor peligro para menores de edad y necesitamos una intensa coordinación digital para frenar la promoción de la ilegalidad”, agrega Gabella al tiempo que explica que para diferenciar las plataformas legales de las ilegales basta chequear las que terminan en .bet.ar, esas son las que tienen filtros y no permiten que jueguen los menores de edad.
En este contexto, el caso de Coty Romero opera como advertencia: el impacto de perder una comunidad de millones de seguidores es enorme, y recuperar esa influencia -al menos en el corto plazo- parece una tarea más complicada de lo que parece. Algo que, en estos momento, la ex Gran hermano padece.