La crecida del río Pilcomayo continúa generando preocupación en el norte de Salta. Aunque las condiciones climáticas siguen siendo inestables, con alta humedad y lluvias intermitentes, el nivel del río ha crecido solo algunos centímetros en las últimas horas, filtrándose en los canales que rodean la localidad.
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La crecida del río Pilcomayo continúa generando preocupación en el norte de Salta. Aunque las condiciones climáticas siguen siendo inestables, con alta humedad y lluvias intermitentes, el nivel del río ha crecido solo algunos centímetros en las últimas horas, filtrándose en los canales que rodean la localidad.
El esperado pico de crecida llegó durante la noche, pero con menor impacto del previsto. Sin embargo, el agua sigue ejerciendo presión sobre la ruta a la altura de Santa María Este, manteniendo la alerta en la zona.
En respuesta a la emergencia, equipos de vialidad y voluntarios trabajan en la construcción de defensas para contener el avance del agua. Se están levantando muros de contención con bolsas de arena y tierra para evitar que el agua cruce las rutas y afecte más a la comunidad.
El número de evacuados ha superado las primeras estimaciones. Aunque se hablaba de 300 familias, se calcula que al menos 1.000 han debido abandonar sus hogares en Santa Victoria y Santa María. Muchas de ellas se han trasladado a campamentos improvisados, mientras que otras han buscado refugio en casas de familiares en zonas más altas.
A pesar del difícil panorama, hay un cierto optimismo entre los pobladores y los equipos de emergencia, quienes esperan que el nivel del río comience a descender en las próximas horas para aliviar la crisis. No obstante, la situación sigue siendo delicada y se mantiene el monitoreo constante en toda la región.